Es un mito que entre 800,000 y 1,000,000 de palestinos se convirtieron en refugiados entre 1947 y 1949. El último censo británico de 1945 reflejó, aproximadamente, 1.2 millones de árabes como residentes permanentes en Palestina. El censo realizado por el gobierno israelí en 1949 contó a 160,000 árabes que vivían en el estado después de la guerra. Recuérdese que, luego de la guerra de 1949, el Estado de Israel terminaba en la línea del Armisticio de 1949.

En 1947, 809,100 árabes vivían en la misma zona. Esto significa que no más de 650,000 árabes palestinos podrían haberse convertido en refugiados.

Los árabes se marcharon por variadas razones: los ricos, en previsión de una guerra; miles más respondieron a las presiones de los líderes árabes para salir del camino de los ejércitos que avanzaban; otros fueron expulsados dada su hostilidad hacia el renacido Israel; pero la mayoría, simplemente, huyó evitando estar en medio de una guerra. Los oficiales árabes ordenaron evacuar determinadas áreas, para prevenir que sus habitantes traicionaran en favor de los israelíes o entorpecieran sus despliegues militares. Esto conllevó el eventual éxodo de las restantes poblaciones árabes rurales y urbanas.

 Desde entonces, la ONU tiene dos entidades dedicadas a los refugiados: una, para los refugiados de todo el mundo (casi 55 millones) y una, especial, para los árabes de Palestina, la UNRWA, que define como “refugiado palestino” a cualquier persona “cuyo lugar habitual de residencia era Palestina, entre junio de 1946 y mayo de 1948, así como sus descendientes, incluyendo a cualquier inmigrante llegado a partir de 1946. O sea, la población de refugiados de la UNRWA pasó de 750,000 en 1950 a 5,300,000 en la actualidad.

Los países musulmanes se opusieron, radicalmente, a la creación del Estado de Israel. Cinco de sus ejércitos le invadieron, pero fueron derrotados. El fracaso incrementó su ira. Al ver que no podían derrotar a Israel, la emprendieron contra los judíos que habitaban sus países desde tiempos inmemoriales.

Además de los asesinatos y maltratos físicos, les despojaron de todos sus bienes y a los que no pudieron huir a tiempo les obligaron a abandonar sus territorios con lo que llevaban puesto.

De estos refugiados nadie habla, recuerda ni defiende.

El número de judíos que se fue de los países árabes en los años posteriores a la independencia de Israel es prácticamente el doble del número de los árabes que salieron de Palestina. Poco se oye de ellos porque no permanecieron refugiados por mucho tiempo. De los 820,000 refugiados judíos de los países musulmanes entre 1948 y 1972, 586,000 fueron reasentados en Israel a gran costo y sin ninguna oferta de compensación de los gobiernos árabes. Por consiguiente, Israel exige que cualquier acuerdo de indemnización a los refugiados palestinos debe incluir también reparaciones de los países árabes para los refugiados judíos.

Hasta hoy, los estados árabes se han negado a pagar nada a los cientos de miles de judíos que se vieron obligados a abandonar sus propiedades antes de huir de esos países. Hasta 2014, al menos 173 de las casi 1,000 resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el conflicto en el Oriente Medio se referían directamente a los refugiados palestinos. Ninguna para los refugiados judíos de los países árabes. Los refugiados judíos de los países árabes no han sido mencionados en ninguna resolución de la ONU.

Las diferencias entre la recepción de refugiados judíos y palestinos es incluso más contrastante cuando se considera la diferencia en la dislocación cultural y geográfica experimentada por los dos grupos. La mayoría de los refugiados judíos viajaban cientos –algunos viajaban miles– de millas a un pequeño país cuyos habitantes hablaban un idioma diferente, pero donde fueron acogidos con los brazos abiertos, mientras que la mayoría de los refugiados árabes ni siquiera abandonaron Palestina pues se fueron a vivir en los territorios ocupados por Jordania después de la guerra del 49 o a los otros países árabes fronterizos con Israel permaneciendo dentro de la vasta nación árabe de la cual formaban parte lingüística, cultural y étnicamente, donde aún muchos viven en campamentos de refugiados a expensas de las Naciones Unidas y otros donantes.

Mientras que el mundo judío ha prestado gran atención a la dolorosa situación de las víctimas europeas del Holocausto, la penosa situación de los judíos sefardíes ha sido durante mucho tiempo un “éxodo olvidado” según el Dr. Henry Green, de la Escuela de Estudios Judaicos de la Universidad de Miami, quien, junto con otras voces autorizadas como el Dr. Georges Bensoussan, autor de varios libros sobre el tema, así como Danny Ayalon, ex ministro de Relaciones Exteriores de Israel, se han echado sobre sus hombros la enorme tarea de enmendar esta injusticia. Creo que es hora. ¿A Ud. no le parece? A mí, sí.

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