El documental ‘La niña bonita’ destaca que la frustración y el desamparo de las personas refugiadas son los mismos en cuaquier latitud o momento histórico

La niña bonita protagonista del documental del mismo nombre dirigido por Julieta Cherep es Hala, de la provincia siria de Homs. La niña bonita también es Fátima, de nueve años, que recoge en su cuaderno de dibujos las pesadillas acumuladas a lo largo de un conflicto que está a punto de cumplir su sexto año. La niña bonita es cualquiera de los 6,6 millones de civiles sirios que han tenido que abandonar sus hogares y desplazarse a otro lugar a medida que la guerra les ha ido asediando.

En la actualidad, hay 65,3 millones de desplazados en el mundo, casi la misma población que tiene Francia. Casi la mitad son menores. La historia narrada por el documental es la de cualquier niño o niña obligados a crecer de golpe, en cualquier latitud y en cualquier época, como también le ocurrió a Mirta Drago, hoy directora de comunicación de Mediaset España, que fue a un campo de refugiados en Lagadikia (Grecia) para encontrar a Hala y su familia.

Drago no es siria, pero a los 15 años tuvo que dejar su hogar en Santiago de Chile debido al golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet y vivir como refugiada en el extranjero. Más de cuatro décadas después, la historia se repite. Hala tenía 12 años cuando empezó la guerra en Siria. Hasta entonces su vida había estado marcada por los juegos entre amigos, los estudios y el sueño de convertirse en ingeniera informática. Lo único que conserva de esa época es una pequeña mochila en la que guarda algunas pertenencias. Su hogar en Homs ya no existe: fue saqueado, quemado y finalmente destruido.

«Lo que más temíamos de la guerra era perder nuestra casa. Y la perdimos. Temíamos perder nuestros estudios y los perdimos. Lo que más miedo me daba era perder a alguien de mi familia o que le pasara algo. Mi tío fue asesinado y mi padre se tuvo que alejar de nosotros por culpa de la guerra. Todo lo que temía me ha pasado», dice con una seriedad normalmente impropia de las chicas de su edad.

Como ella, los otros jóvenes que viven el campo sueñan con tener una habitación que no sea una tienda de campaña, volver a estudiar y llevar una vida normal, como la que les arrebató el conflicto. «Lo que nos sobra aquí es tiempo», explica Hala, insistiendo en la frustración de ver los meses pasar sin nada que hacer además de esperar un visado para empezar desde cero en un nuevo país. «No solo somos números, somos gente que piensa».

El documental, realizado por 12 Meses y el comité español de Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, quiere poner en evidencia que, a pesar del sufrimiento y el miedo, no hay que perder la esperanza en un futuro mejor. El trabajo puede verse en la plataforma Mitele y en la web de 12 Meses.

Durante la grabación de La niña bonita, Hala, su madre y sus dos hermanos lograron el permiso para viajar a Alemania y reunirse con su padre después de un año. Sin embargo, más de 62.000 refugiados siguen hoy bloqueados en Grecia. Acnur estima que cada minuto 24 personas son forzadas a huir en todo el mundo. Es decir que en los 27 minutos de duración del documental 648 personas tuvieron que abandonar sus casas. Y siguen.

http://elpais.com/elpais/2017/02/13/migrados/1486988764_434686.html

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