Tener el smartphone a la última en lo que a aplicaciones se refiere se ha convertido en una moda seguida por muchos usuarios, pero esta tendencia puede poner en riesgo nuestra privacidad.

En multitud de ocasiones nos sorprendemos cuan concentrado se muestran conocidos y familiares ante su Smartphone. Ante preguntas como, ¿qué estás haciendo?, su respuesta gira entorno a que se trata de la aplicación X y sorprendidos por nuestra falta de información al respecto, no son pocas las veces en las que nos someten a preguntas del tipo, ¿no la conoces? pero si la usa todo el mundo, ¡y es gratis!

Puede ocurrir que esa aplicación X, tan “de actualidad”, utilizada por un elevado número de usuarios en el mundo, en poco tiempo pasará al olvido. Incluso puede darse el caso, que ésta aplicación “haga más cosas” que las que aparentemente realiza a simple vista. ¿Alguna vez te has preguntado de qué viven los desarrolladores de estas aplicaciones que están tan de moda? Muchas no tienen publicidad, ni existe la posibilidad de hacer compras dentro de la misma. Por lo tanto, ¿cuál es su objetivo? Es en este momento donde entran en juego los permisos.

¿Qué son los permisos?

Los permisos en Android e iOS funcionan como una barrera, que entre otras cosas, controla a que información, servicios y componentes del dispositivo se permite acceder a una aplicación.

Esto evita que una aplicación pueda acceder a cualquier tipo de información o recurso del dispositivo que se haya restringido, pudiendo solo acceder a aquellos que tenga habilitados. Existe una gran variedad de permisos, desde aquellos que dan acceso al micrófono o la cámara del dispositivo hasta los que permiten administrar las llamadas o gestionar SMS. Por ejemplo, éste tipo de permisos permite interceptar un SMS, procesarlo sin informar al usuario, o proceder a un envío a otro número.

Permisos Tinder

En Android, hasta la versión 5 inclusive, en el momento que se va a instalar una nueva app, es necesario listar los permisos a los que tendrá acceso, y únicamente se podrá instalar y utilizar si se aceptan todos ellos. Desde la versión 6 en Android cuando se instala una aplicación no se listan los permisos, pero su acceso está restringido por defecto. Por lo tanto, deben ser habilitados manualmente por el usuario la primera vez que sea necesario para el uso de la app. Al igual que en Android 6 y posteriores, sucede con el sistema operativo iOS.

¿Dónde está el negocio?

Generalmente las aplicaciones solicitan permisos para usar aquellas funciones sin las cuales no podrían funcionar. Por ejemplo, una aplicación cuya finalidad es grabar audios, es comprensible que necesite acceso al micrófono y la memoria del dispositivo para poder alojar dichas grabaciones. Lo que no sería entendible es que precisase de acceso a nuestra ubicación, lista de contactos, administrar mensajes y llamadas, etc.

Esto es lo que hacen muchas aplicaciones gratuitas, recopilar información personal de los usuarios, almacenarla en servidores ubicados en cualquier parte del mundo y posteriormente utilizarla con fines publicitarios o simplemente venderla al mejor postor.

Además, en la mayoría de las ocasiones, la práctica anteriormente citada es completamente legal, ya que nosotros hemos dado permiso a la app para acceder a toda esta información en el momento que la instalamos, aceptando que ejecute sus acciones a través de los permisos que hemos concedido.

Conclusión

Para proteger nuestra privacidad al máximo, debemos evitar aquellas aplicaciones que requieren excesivos permisos para su uso, o en caso de tener la oportunidad, restringir el acceso a aquellas permisos que creemos que no son necesarios para su correcto funcionamiento.

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