“Detrás del aura de felicidad que muestra Elton John, hablando de los bebés y de una noción de familia moderna, hay una industria que compra y venta de bebés que son diseñados para satisfacer las necesidades de los países ricos”, esta es la principal conclusión de una comisión de expertos suecos después de investigar, a petición del Gobierno, los vientres de alquiler.

“Desde hacía años se sabía que algo en la maternidad de alquiler no estaba bien”, se recoge en el informe, y es que en este tipo de prácticas, reguladas sin ningún tipo de pudor por Naciones Unidas, “la madre es considerada como la nada, pues ni siquiera tiene el derecho a ser llamada mamá y todo responde a los deseos del comprador”.

Por ello, la investigación pone de manifiesto la necesidad de prohibir toda forma de maternidad sustituta, sea comercial o no, incluida la publicidad de estos, a pesar de ser una fórmula apoyada por el lobby gay y homosexuales de renombre mundial como Elton John.

El caso del “Bebé M”, cuya madre se vio obligada a entregar a su hijo entre lágrimas a un millonario japonés que había ordenado su compra dentro de un paquete de 16 niños que adquirió en varios hospitales de Tailandia, es uno de los ejemplos que cita The Guardian, donde se ha publicado el informe sueco.

Una mujer embarazada / Pixabay
Los vientres de alquiler se han convertido en un gran negocio, que ha dejado ya numerosas víctimas / Pixabay

En el artículo, titulado “Cualquier tipo de maternidad subrogada es explotación”, se destaca que en los vientres de alquiler se da la “verdadera mercantilización de la vida humana que mediante un clic, elige la raza y color de ojos; paga, y puede obtener al niño”.

Hay madres obligadas a abortar después de que los compradores conocen que los niños tienen algún tipo de malformación

Algunos de casos más terribles que se dan terminan con las madres obligadas a abortar después de que los compradores conocen que los niños tienen algún tipo de malformación o que son más de uno, y el cliente exige que se aborte a todos menos a uno.

Fábricas de niños

Pero el asunto pasa de castaño oscuro cuando el informe se centra en los casos de la fábricas de niños, en especial en Nigeria, donde se las conoce como “baby factory”. La periodista Milena Castigli sacó a la luz la realidad que se vive en el país africano donde miles de mujeres son esclavizadas para proveer hijos a parejas ricas, tanto heterosexuales como homosexuales.

La periodista italiana habla de jóvenes mujeres  que “son secuestradas, segregadas, violadas durante meses y utilizadas como incubadoras para los recién nacidos, que serán después vendidos al extranjero para fines desconocidos”.

“Las denominadas fábricas de niños no son más que chozas donde decenas de mujeres y chicas muy jóvenes viven abarrotadas como ganado, las tienen escondidas en secreto hasta el momento del parto, con torturadores pagados por poderosos grupos criminales locales. ¿Qué ocurre con estas madres después del parto?, no se sabe. ¿Y con los niños? Tampoco”, denuncia Castigli.

Niños africanos hacinados en un aula
Niños africanos hacinados en un aula/ Pixabay

Muchos de ellos son “colocados” como mercancía dentro del circuito de las adopciones internacionales y “vendidos a un alto precio a las parejas heterosexuales u homosexuales. Sin embargo, de muchos otros se pierde la pista y existe el temor de que son usados para la venta de órganos o utilizados para la pornografía infantil”, alerta la periodista.

Emanuele di Leo, Presidente de Steadfast (una organización sin ánimo de lucro que opera desde hace años en Nigeria junto a los más pobres) explica que los compradores “son occidentales que tienen problemas de fertilidad, tanto parejas heterosexuales como homosexuales, aunque también hay nigerianos ricos que buscan perpetuar su propio patrimonio genético”.

¿A qué se debe el silencio sobre esta atrocidad?

“Esta nueva frontera de explotación sexual es una práctica abominable que se salió a la luz hace unos meses pero lleva años vigente, con el silencio cómplice de muchas personas que no han denunciado la situación”, denuncia la nota de la periodista Castigli.

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