Ser mujer y tener artrosis duplica las probabilidades de sufrir ansiedad o depresión

A esta conclusión se ha llegado tras entrevistar a 1.371 pacientes, de entre 55 y 80 años, con artrosis sintomática de rodilla y 63 médicos de Atención Primaria de 14 comunidades autónomas

Ser mujer y tener artrosis duplica la probabilidad de sufrir otros trastornos como, por ejemplo, ansiedad o depresión, según los resultados del ‘Estudio para evaluar la comorbilidad en pacientes afectos de artrosis sintomática de rodilla’ (‘EMARTRO’), presentado en el Congreso Mundial de Artrosis (OARSI) celebrado recientemente en Las Vegas (Estados Unidos).

A esta conclusión se ha llegado tras entrevistar a 1.371 pacientes, de entre 55 y 80 años, con artrosis sintomática de rodilla y 63 médicos de Atención Primaria de 14 comunidades autónomas. Se trata de un estudio epidemiológico, multicéntrico, de casos y controles comparativo entre pacientes con y sin artrosis en ninguna localización y sin gonalgia, realizado a nivel nacional por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), con la colaboración de Bioibérica.

Concretamente, el trabajo constata que el 31 por ciento de las mujeres artrósicas presentan ansiedad y el 20 por ciento depresión, frente a un 12 por ciento de hombres. Además, las mujeres tienen una peor percepción de su calidad de vida y una mayor sintomatología derivada de su artrosis, dado que, según el trabajo, tienen más dolor que los hombres y más problemas de movilidad para realizar sus actividades diarias.

Del mismo modo, se ha observado que las mujeres presentan un 70 por ciento más de hipertensión, un 89 por ciento más de reflujo gástrico y un 115 por ciento más de enfermedad vascular periférica que mujeres sin artrosis.

“Si a estos factores diferenciales les añadimos el hecho de que la mayoría de mujeres estudiadas tienen sobrepeso, el factor cardiovascular toma una especial relevancia. Toda esta información es clave para poder mejorar la calidad de vida de los pacientes con artrosis y decidir el mejor abordaje terapéutico en cada caso”, ha explicado la investigadora principal del estudio y responsable de investigación clínica de Bioibérica, Marta Herrero.

Precisamente otra de las conclusiones hace referencia a la medicación, y es que el 58 por ciento de los pacientes está siendo tratado con analgésicos, el 36 por ciento con antiinflamatorios, el 20 por ciento con opioides, el 16 por ciento con sysadoa y el 13 por ciento con COX-2, sin distinción de género.

“Hemos detectado una elevada prescripción de antiinflamatorios en una población con un elevado riesgo de problemas cardiovasculares y gástricos y un incremento exponencial en la prescripción de opioides en una población añosa y polimedicada. En este tipo de pacientes sería más adecuado contemplar el uso de otros fármacos como el condroitín sulfato, específico para la artrosis, de eficacia demostrada y con un elevado perfil de seguridad”, ha apostillado Herrero.

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