Siempre me he imaginado como sería aquella ciudad medieval que se extendía por las faldas de Sierra Elvira, capital de la cora elvirense hace ya más de mil años.

Siempre me he planteado como sería la alcazaba en donde se dirimían las cuestiones administrativas, residencia de los visires, las estancias de su gobierno. En definitiva, como sería el paisaje del Sombrerete con esas vetustas edificaciones de la que hoy solo quedan restos en el subsuelo.

Y nunca he sido capaz de construir ese horizonte pues mi mente, poco artística, me impedía pintar dicha perspectiva. Sin embargo, hace un tiempo ví la magnífica pintura de nuestro paisano Manolo Rivas, titulada “Cerro del Sombrerete” y con ella contemplé y plasmé lo que en mis paseos iba buscando. La pintura se puede contemplar en el Centro Cultural.

Desde entonces, para mí, el Sombrerete está coronado por esta hermosa alcazaba.

Curiosidades elvirenses.

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