En varias ocasiones he escrito alguna entrada intentando reflexionar sobre el tema del trabajo con las fichas, del papel que tienen en nuestra clase, en nuestra manera de entender el aprendizaje en la escuela.

En una ocasión leí  una frase que me quedó grabada en la memoria «¿hace falta ir a  a la escuela de magisterio para enseñar a un niñ@ a rellenar fichas?». Mi respuesta es contundente: NO.
Y justo esta mañana he leído una entrada que me ha encantado y que deseo compartir con el permiso de su autora. Se trata de la seño Patricia del  blog Investigando para la vida, del CEIP San José de Calazanz de Mancha Real (Jaen)y os recomiendo que lo visitéis porque no tiene desperdicio alguno.
En su entrada «Los invisibles que no caben en las carpetas» habla de forma clara y amena de todo aquello que hacemos en la escuela y que no se ve fuera de ella. Todas esas actividades, diálogos, reflexiones,juegos,… que son los auténticos responsables de que se produzca la situación adidáctica necesaria para que una persona de un paso hacia delante alcanzando nuevos aprendizajes. Sé que puede parecer difícil de entender, pero los que ya llevamos unos cuantos años recorridos en las aulas sabemos de lo que estamos hablando.
Un claro ejemplo de ellos es el siguiente.
Hace unas cuantas semanas cambiamos en nuestra clase la manera de elegir al encargado de cada mesa. Antes utilizábamos los tapones para votar, actividad que nos permite trabajar el número y la numeración (conteo, cardinación, comparación de colecciones…. ). Esta situación era resuelta de forma sencilla por la totalidad del alumnado con lo cual no suponía ya ningún aprendizaje nuevo, lo que hacía necesario un cambio. El aprendizaje solo se produce si la estrategia que utilizamos para solucionar algo deja de ser válida.
Entonces aparece el conflicto cognitivo que nos pondrá en situación de alcanzar un nuevo aprendizaje. Así que decidí ofrecerles una bolsa con cintas y mi orden fue la siguiente: «coger una cinta y a ver quién gana». Al principio todos los miembros del equipo cogieron una cinta y empezaron a estimar quién tenía la más larga (a pesar de que yo no había dicho que ganaba la más larga, pero ellos lo habían dado por hecho).
Ahí empezaron las dudas, el diálogo entre ellos, pues no se ponían de acuerdo en quién tenía la cinta más larga. Al final, tras darle muchas vueltas y colocarlas de diferentes maneras, llegaron a una solución: había que colocarlas «juntas por las puntas» dijo alguien. Y eso hicieron.
De este modo, conseguimos iniciar la construcción de una de las magnitudes continuas como es la longitud: la identificamos como una cualidad de los objetos, las comparamos, construimos relaciones de orden según dicha magnitud….  ¿En qué ficha se construye dicho aprendizaje? Ahí queda dicho, no sé si habré conseguido explicarme con claridad pero solo pretende invitaros a la reflexión.

http://unaescuelaunailusion.blogspot.com.es/2014/06/puede-quedar-todo-plasmado-en-una-ficha.html?spref=fb&m=1

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