Los robots ya están preparados para enseñarnos a programar

Si sueñas con que tus hijos sean programadores, tenemos buenas noticias: hay alternativas más que de sobra para empezar a aprender

Hay un mantra que se repite de manera constante en todos los ambientes laborales y empresariales, tanto dentro como fuera de España: estamos faltos de profesionales tecnológicos. Y con el paso de los años la carencia será aún mayor.

Más allá de las cifras concretas, que dependerán de la estimación de cada país, sí parece evidente que en los últimos años ha habido una rápida explosión de los empleos relacionados con la tecnología, en los que, sin embargo, parece haber menos profesionales de los que serán necesarios. Y dentro de todo este ámbito laboral, hay una profesión que destaca por encima de todas las demás: la de programador.

¿Quiere que sus hijos aprendan conceptos de programación? Juegue con ellos con estos robots

Es por ello que cada vez son más las familias que se preguntan de qué manera pueden ir preparando a sus hijos para que, desde pequeños, vayan asimilando ciertas competencias digitales que en el futuro les sirvan como ventaja competitiva a la hora de encontrar un trabajo. Y para aquellas familias que quieran que sus hijos sepan programar, hay un juguete adaptado a esas necesidades: los robots educativos

El mercado está lleno de alternativas de este tipo. Una de ellas es Robo Wunderkind, un robot de varios módulos con el que, mediante la configuración de los mismos, cada niño puede crear su propio robot original.

Aprender a programar mientras juegas con un robot es un buen sistema para que el aprendiza se convierta en algo sencillo

Una vez que el robot ha sido construido, la aplicación vinculada permite programar sus rutinas y movimientos, sin necesidad de que el niño en cuestión sepa ni una sola línea de programación. Gracias a esta tecnología los robots creados pueden resolver laberintos, descubrir tesoros o hacer composiciones musicales, entre otras cosas.

No es ni mucho menos la única opción. La española BQ creó hace tiempo Zowi, un robot educativo que enseña a los niños funciones básicas de programación a la vez que personalizan su propio robot para que pueda andar, bailar, esquivar obstáculos o reaccionar a todo tipo de sonidos emitidos cerca de él.

El robot por módulos Robo Wunderkind

El robot por módulos Robo Wunderkind (Robo Wunderkind)

El abanico es casi infinito: también encontramos Robot Turtles, Codi la oruga y uno de los líderes en este sector, Lego, que lleva tiempo vendiendo robots autoconstruibles y autoprogramables para que los niños puedan iniciarse, de manera muy básica, en todo el mundo de la programación informática.

El ingeniero informático y emprendedor David Bonilla, CEO de la compañía Comalatech, conoce bien de cerca este mundo. Hace poco fue al colegio de su hija pequeña para enseñar a los niños de su clase conceptos básicos de informática y programación, y para ello decidió recurrir a la mejor herramienta posible: los robots.

El robot Zowi, de BQ
El robot Zowi, de BQ (Zowi)

“Los niños fliparon”, nos cuenta. “Cualquier niño ya flipa con un robot, y mucho más cuando empieza a moverse y a hacer cosas, es algo que engancha mucho a cualquiera. Los niños lo toman como lo que realmente es, un juguete, pero a la vez van viendo cómo funciona”.

Para él, lo más importante de estos robots ya no es que enseñen o no a programar, sino el mecanismo que ‘activan’ en el cerebro de los niños: “Lo que estos juguetes enseñan a los niños es a pensar como un programador. Por ejemplo, si el robot solo tiene cuatro piezas de movimiento y te dice que necesita dar cinco pasos, al principio el niño no podrá, porque no hay piezas suficientes, pero lo que sí puede es ‘llamar’ a esa subrutina dos veces para dar los cinco pasos”.

Con los robots, los niños aprenden a pensar como lo hace un programador”

DAVID BONILLA

CEO de Comalatech

Un robot, en definitiva, “puede ayudar a que un niño haga llamadas a métodos con lógica encapsulada, y la programación no es mucho más que eso. A un niño, un robot así le prepara la cabeza para que, si unos años después quiere aprender a programar, tenga mucha ventaja, ya que su cerebro se ha ido haciendo a una serie de ejercicios muy similares a los que lleva a cabo un programador”.

Esto nos lleva a una de las preguntas que más se repite en los últimos años: ¿debemos enseñar a los niños desde pequeños a programar? Si cuando sean adultos estarán inmersos en un mundo donde las competencias tecnológicas serán esenciales, ¿conviene ir ‘adelantando’ ese camino?

¿Hay que enseñar a los niños a programar?

No está seguro de ello Ignacio Arriaga, ingeniero informático y cofundador de Acumbamail: “Es un tema que me genera dudas al respecto: está bien que los niños entiendan cómo funcionan las cosas, pero no sé a qué nivel de profundidad. Porque está bien que tengan unos conocimientos básicos de biología, por ejemplo, pero, ¿tenemos que enseñarles cómo hacer una operación quirúrgica? Es interesante que tengan unas nociones del funcionamiento para que no les parezca magia, pero habría que tener cuidado, ya que programar requiere de algunas habilidades (capacidad de abstracción o ciertos conocimientos lógicos y matemáticos) que un niño no tiene muy desarrolladas”, asegura.

Si un niño no aprende a programar, ¿tendrá una desventaja en su trabajo?

Arriaga, además, hace cierto llamamiento a la calma: “Con esto de los ‘niños programadores’ hay que ser cauto, porque se puede formar una burbuja de academias y juguetes educativos parecida a la que se creó en su día con las academias de inglés. Habrá niños que se sientan atraídos por la programación y otros que se sientan atraídos por el fútbol, y ambas cosas me parecen igual de buenas para la educación de un niño. No creo que, en el futuro, la persona que no sepa programar sea considerada una iletrada; no veo la urgencia para que un niño tenga que aprender a programar tan pronto”.

David Bonilla lo tiene claro: “¡Por supuesto que hay que enseñarles! Es como si me preguntaras si un niño tiene que aprender a leer o a sumar: a lo mejor cuando sea adulto no va a necesitar sumar, pero es una herramienta básica, ¿verdad? Pues con la programación pasa lo mismo, para nuestros niños va a ser algo básico. Trabajen o no como desarrolladores, saber de programación les va a ayudar en cualquier profesión”.

“Un niño debe jugar con lo que le divierta”

En cualquier caso, tanto Bonilla como Arriaga están de acuerdo en algo: “Un niño tiene que jugar de pequeño con lo que le divierta”. Con aprendizaje o sin él, pero si nuestro hijo no se divierte, parece imposible que quiera hacer lo que queramos que haga.

http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20170618/423433107472/robots-ensenaran-hijos-programar.html

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