Este primer párrafo nos ¡calentará la cabeza bastante! Recomiendo pasar al segundo que es más curioso y entretenido! Resumiendo la tesis filosófica de la “teoría eternalista”, se podría decir que el pasado, presente y futuro se igualan, unifican y confunden en un solo plano, “eternidad”.

Mejor entenderíamos esta idea si escudriñamos la realidad física del firmamento: “al mirar una estrella lejana vemos el pasado en el presente; este presente queda en el infinito como futuro que se podrá apreciar como pasado desde otro presente ¡Casi ná! Así pues, en la continua línea espacial coinciden los tres tiempos. En definitiva, esta corriente ideológica nos lleva a la inmortalidad.
Inmortal se hace la historia cuando se narra como leyenda, cuando engrandece las gentes que han dado vida al pueblo. Este es el caso de la fundación de la ciudad de Ilíberis.
Resumiendo a Bermúdez Pedraza, en su “Historia Eclesiástica de Granada”, la ciudad de Ilíberis se creó así: “Tras el diluvio, Noé desembarcó a los nuevos pobladores en las montañas de Armenia. Dividió el mundo entre sus hijos. A Jafet, lo mandó a Europa. Este tuvo varios hijos y el llamado Tubal pobló España en el año 2317 AC.
Los Santos Isidoro y Gerónimo, y los historiadores Josefo, Beroso y otros dicen que primeramente creo la Bética. A Tubal le agradó esta tierra, ríos y fuentes, fundando en ella algunas ciudades que fueron visitadas por Noé, su abuelo, eternizó su visita al dar nombre a algunas de las poblaciones hoy existentes.
A la muerte de Tubal sucedió su hijo llamado Íbero, de él se llamó toda España Íbera. Murió Íbero, y varios descendientes posteriores tiranizaron la región, por lo que Osiris Rey de Egipto, vino a España a establecer la paz.
Hércules, hijo de Osiris, reinó en España y dejo como descendiente a su hijo Hispan, de quien derivó el nombre de España.
Hispan tuvo una hija única llamada Liberia, nieta de Hércules el Egipcio, cuyo ingenio y hermosura quedaron reflejados por el Rey don Alonso en su “Historia general”. Liberia se caso con “Pirros”. Crearon Osuna, y dio el nombre de su mujer “Iliberia”, a la nueva ciudad que se conoce por “Ilíberis”, (conocida es la situación en Sierra Elvira)
Esta leyenda se da como testimonio auténtico, pues verdadero es que antiguamente a las grandes ciudades se les daba el nombre del fundador como ocurrió con Babilonia, Rómulo, Constantinopla, y Liberia en la ciudad de Ilíberis.
Recomendamos leer la leyenda al completo en el libro “Historia Eclesiástica de Granada” de Bermúdez Pedraza, Granada 1638.
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