Las empresas cada vez valoran más las denominadas habilidades blandas en sus procesos de selección y los juegos digitales ayudan a potenciarlas

No mucha gente ha oído hablar de una de las series más absurdas y gamberras de los últimos años, Future Man. En ella, un par de guerreros viajan desde un futuro apocalíptico para reclutar a un joven conserje que deberá salvar a la humanidad. ¿Por qué le eligen a él? Porque creen que posee las habilidades que demuestra en un complicado videojuego de acción. Su sorpresa es mayúscula cuando comprueban que el chico no es tan valiente ni diestro en combate como su avatar virtual.

Los videojuegos pueden ayudarte a conseguir trabajo

El punto de partida de esta comedia de HBO es intencionadamente simplista y, por tanto, permite apuntar ciertos matices. Un videojuego de fútbol no te va a convertir en Cristiano Ronaldo, pero te ayuda a potenciar el pensamiento espacial y a entender la distribución del juego. Puede explotar tus habilidades blandas, aquellas relacionadas con la comunicación y el trabajo en equipo, la actitud hacia una determinada tarea y la disposición para afrontarla.

La startup xBadges se ha propuesto identificar y evaluar cómo influyen los videojuegos en la mejora de este tipo de competencias. “Comenzamos con juegos básicos, como Pacman y Tetris, y vimos que era posible medir el reconocimiento del riesgo, la persistencia y el razonamiento espacial”, recuerda Flavio Escribano, encargado de prototipar esta iniciativa.

Gráfica que representa la evolución de las habilidades blandas de un jugador
Gráfica que representa la evolución de las habilidades blandas de un jugador xBadges

Ahora trabajan con títulos modernos como Counter Strike, Team Fortress 2 y Dark Souls III y miden unas 40 habilidades cognitivas, funcionales y emocionales, entre ellas memoria visual, razonamiento lógico, creatividad, pensamiento crítico, liderazgo, gestión de recursos, fijación de metas y tolerancia al estrés. “Los test estándares que se usan desde 2008, los juegos de gestionar panaderías o parques de bomberos, son más simples que los que usamos nosotros”, añade Escribano. “Nuestra conclusión es que los videojuegos entrenan generaciones con habilidades blandas más potentes”.

Para fijar sus criterios de evaluación, xBadges propone una serie de cuestionarios a un grupo de personas antes, durante y después de jugar y analiza su evolución. Realizaron su primera prueba con Workkola, una compañía que localiza estudiantes talentosos mediante estrategias de gamificación y los conecta con startups que buscan personal. Ahora comienzan su segunda fase, en la que ayudarán a mentores y orientadores profesionales a identificar el talento durante procesos formativos.“Muchos videojuegos te ponen en situaciones que requieren pensar rápido y lo que aprendes jugando se pone en práctica en todo lo que haces en tu vida”, opina Alvaro Mancilla, CEO de Workkola, . En su plataforma, los usuarios tratan de superar retos y reciben valoraciones por su desempeño. Su intención es sustituir el currículum tradicional por un sistema de métricas de candidatos basado en cómo estos aplican lo que han aprendido para valorar sus capacidades más allá de sus conocimientos.

Una encuesta entre las 1.500 compañías digitales con las que trabajan destaca que, de media, la actitud, motivación y comunicación importan un 70% frente a competencias más técnicas. La OCDE considera que, en general, las habilidades blandas suponen una parte igual de importante que las duras —las relacionadas con el conocimiento específico para que un trabajador desempeñe su puesto— en los criterios de contratación empresariales. El despacho de abogados Cuatrecasas prevé que en 2020 esas habilidades destaquen como las más buscadas en el mercado laboral. “Las empresas buscan pequeñas muestras de que una persona es capaz de afrontar los retos que  le propongan”, alega Mancilla. “Poder sacar este tipo de información de una actividad lúdica es un valor muy importante para ellas”.

La medición de estas aptitudes en procesos de selección está más extendida de lo que puede parecer, aunque generalmente se utilizan dinámicas de juego que distan de parecerse a videojuegos estructurados como los que analiza esta startup. La consultora Apertia pone a sus candidatos en situaciones en las que tienen que tomar ciertas decisiones para evaluar habilidades complejas y características de la personalidad. Con esta metodología, ayudaron durante siete años en la contratación de controladores aéreos y mandos intermedios de empresas energéticas. A estos perfiles se les exige una determinada capacitación en habilidades blandas como colaboración o tendencia al riesgo.

“La ventaja principal de utilizar estos ejercicios en procesos de selección es que evalúas lo que una persona haría realmente si se presenta una situación similar en el entorno de trabajo, se parece más a lo que la empresa pretende predecir”, explica Daniel Peña, doctor en psicología y director de I+D en la consultora. “Con las pruebas habituales, sueles contestar lo que crees que la compañía quiere que contestes”.

Los datos científicos no son, sin embargo, tan esperanzadores. Varios estudios recientes coinciden en que el nivel de transferencia entre el juego y la realidad no es demasiado alto. “Es cierto que la gente aprende a desarrollar habilidades en entornos de juego, pero es difícil que este aprendizaje se traslade al mundo real, porque le influye un contexto diferente”, reconoce Peña. “Las personas no permiten un cambio conductual serio en su comportamiento si no existen estímulos más personales”. Los videojuegos pueden ayudarnos a desarrollar muchas de nuestras habilidades; el reto está en saber desplegarlas al apagar la pantalla.

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