Solo en el contexto de la oferta más radical del  SEFF le ha sido dado a la ciudad de Sevilla disfrutar de un tipo de cine, tan rompedor y diferente, como el que representa esta película australiana. En efecto, es un auténtico lujo su presencia en las carteleras de una urbe nada proclive a exhibir cintas tan transgresoras, en su fondo y forma, como esta. ’52 martes’ te sorprende de principio a fin. ’52 martes’ no es previsible nunca, ni siquiera en su manera de contar cada uno de esos periodos de tiempo semanales, pese a que pudiera parecerlo así en un principio.

’52 martes’ se rodó también, durante más de un año, una vez a la semana en paralelo a su historia. A propósito de la historia, trata sobre una adolescente de 16 años, inserta en un grupo familiar más que abierto, que quiere volar por su cuenta, pero a la que su madre convence para que se encuentren semanalmente y afronten juntas el proceso físico y emocional concomitante al cambio radical de la progenitora. Su puesta en escena es deliberadamente fragmentaria, pero nunca dispersa.

Antes al contrario, la coherencia preside el registro de la evolución de cada uno de los personajes y de sus relaciones, junto a la de los flashes, al comienzo de cada epígrafe – estos, por cierto, son distintos en cada ocasión, en cada encuentro – de las convulsiones político-sociales del mundo y la sociedad en la que están inmersos-as. Con esto consigue a la vez una narrativa radical – a años luz de la que suele exhibir el llamado cine independiente… – y una cohesión argumental, desde el inicio hasta la conclusión.

Consigue también una rara combinación de perspectiva y cercanía. De una ausencia absoluta de cualquier tentación moralista, incluso en los episodios más, por llamarlos de alguna manera, espinosos. Nos acerca a un grupo humano, persona a persona, con especial énfasis en las dos protagonistas, en una situación límite de cambio.

Con todas las consecuencias emocionales, físicas, sexuales y mentales que de ello se derivan, sin aspavientos, ni paroxismos, ni subrayados, ni exasperación. Por el contrario, con una perspectiva de comprensión, lucidez y aceptación, pero sin eludir ningún conflicto. Con sensibilidad, sabiduría, radicalidad y emoción. Con una madurez impropia de una ópera prima.

Fechada en el 2013. 103 minutos de metraje. Realizada y coescrita por una mujer, Sophie Hyde, que comparte el guión con Matthew Cormack. Su fotografía es de Bryan Mason y su partitura, de Benjamin Speed. Con un reparto en estado de gracia, del que destacamos a las inmensas Tilda Cobham- Hervey y Del Herbert Jane. Está en las antípodas, no solo geográficas, sino narrativas, estilísticas, eróticas, estéticas, éticas y morales de todo lo que han visto hasta ahora. Una apuesta sin ambages por la libertad de elección, por el respeto a la diferencia. Una mirada de mujer honesta, rigurosa, insobornable y valiente. Háganse el regalo de no perdérsela.

PUBLICADO EN : http://sevillacinefila.com/2015/05/31/52-martes-en-las-antipodas/

 

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