Por primera vez, un paro femenino recibe el ‘ok’ de los sindicatos.Estructurado en huelga laboral, estudiantil, de cuidados y consumo

La huelga feminista convocada por sindicatos y colectivos feministas y apoyada por algunos partidos políticos no tiene precedentes en España. Tampoco en la mayoría de los 177 países donde el movimiento feminista ha instado a la participación.

En realidad, se trata de una acción que va más allá de las tradicionales manifestaciones y que busca reivindicar lo mismo ante la falta de cambios en una sociedad que se las arregla para maquillar la desigualdad de género década tras década.

En esta ocasión, el Día Internacional de la Mujer sirve de trampolín para una huelga en cuatro frentes que visibilice una paralización que trascienda -sin olvidar- el ámbito laboral. Al menos, en los países en los que las mujeres apuesten por quedarse, por una vez, de brazos cruzados. La parálisis se articula en los siguientes cuatro aspectos, reclamados desde el manifiesto de la Comisión del 8 de Marzo, organizadora de la iniciativa:

1. Huelga laboral

Se trata del ámbito más tradicional y clásico del concepto. La plataforma organizadora, que aglutina a diversos colectivos y asociaciones de mujeres y de hombres que apoyan la causa feminista, ha convocado un paro en los trabajos que se prolongue durante las 24 horas del día 8. Sin embargo, los sindicatos apoyan la ausencia en el puesto de trabajo durante dos horas. Son ellos los que legalmente pueden convocar los paros en el trabajo, por lo que partidos políticos como el PSOE han animado a participar en esta versión de la convocatoria, y también incluyendo a los hombres.

En principio, se trata de una convocatoria sólo dirigida a mujeres, de la que no existe ningún precedente en España. La inspiración hay que buscarla en Islandia, donde el 24 de octubre de 1975, el 90% de las mujeres abandonó sus puestos de trabajo y los cuidados de la casa y la familia y paralizó esta isla de 250.000 habitantes, cambiando su historia para siempre. Aquel día, fábricas, tiendas y escuelas tuvieron que cerrar, y los hombres se vieron obligados a llevar a los niños a sus trabajos y a ocuparse de los hogares. Se llamó el ‘Día Libre de las Mujeres’, y forzó a que posteriormente se desarrollaran leyes de igualdad salarial.

Vigdis Finnbogadottir, la primera mujer que presidió un país en Europa desde 1980, participó en este ‘día libre’ y aseguró que había servido para «abrir los ojos a muchos hombres».

En España, las mujeres ganan una media de un 18,8% menos que los hombres y se enfrentan a una tasa de desempleo tres puntos mayor, del 18,4% en 2017 frente al 15% de ellos. La temporalidad y los contratos de tiempo parcial también hacen sangre entre el colectivo femenino. Según datos del Servicio Público de Empleo Estatal, la tasa de temporalidad en las contrataciones a mujeres ascendió al 90,9% en 2016, en una tendencia que no ha presentado grandes variaciones en los últimos años. Ese año, el 16% de los contratos firmados por ellas fueron eventuales y de duración menor a un mes, seguidos por el 13,2 % a tiempo parcial e idéntica duración, y un 13% de contratos por obra a tiempo completo.

Alcanzar un puesto de responsabilidad también es más complicado para una mujer. Sólo un 26% de los puestos directivos están ocupados por ellas, y, en el caso de las empresas del Ibex 35, únicamente hay 92 ocupando asientos en consejos de dirección entre 453 cabezas de empresas.

El manifiesto del 8 de Marzo también reivindica que el empleo se adapte a las necesidades de la vida: «El embarazo o los cuidados no pueden ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar expectativas personales ni profesionales».

2. Huelga de cuidados

La iniciativa pide a las mujeres que, durante la jornada señalada, no realicen los cuidados de la familia y del hogar que desarrollan diariamente. El cuidado de los niños, de los abuelos, la limpieza del hogar, la alimentación y la logística del funcionamiento familiar entran en esta retahíla de trabajos no pagados que las mujeres ejercen durante el doble de horas que los hombres: casi 27 horas a la semana frente a las 14 de ellos.

Este paro doméstico y familiar está llamado a visibilizar un trabajo no reconocido, «en la casa, mal pagado o como economía sumergida». La Comisión del 8 de Marzo reivindica que el trabajo de cuidados se entienda como «bien social de primer orden», y que se conciencie a las personas sobre la necesidad de que estas tareas se distribuyan entre los distintos componentes de los hogares.

3. Huelga de estudiantes

La desigualdad empieza en la educación. Este pilar del pensamiento y de las teorías de socialización quiere ser puesto de relieve en la huelga del 8 de Marzo instando a las estudiantes, profesoras y la comunidad educativa en general que se unan a sus reivindicaciones como motor del cambio. Denuncian que los comportamientos discriminatorios comienzan a calar en las niñas desde su primer contacto con las aulas, condicionando su futuro. Un estudio publicado en la prestigiosa revista Science en 2017 concluyó que, a los 6 años, la niñas dejan de considerarse tan listas como los niños.

El movimiento feminista exige asimismo el desarrollo de una formación afectivo-sexual que expulse la imagen de las mujeres como objetos, el primer paso para evitar futuras agresiones machistas.  Según una encuesta del CIS de 2015, el 29% de los jóvenes de entre 15 y 29 años considera aceptable o inevitable controlar los movimientos y horarios de la pareja, impedir que estudie o trabaje y ordenarle lo que tiene que hacer.

4. Huelga de consumo

El consumo es el cuarto pilar sobre el que se apuntala la huelga feminista. La organización pide a las mujeres que no consuman, en una clara crítica a la ‘tasa rosa’, un concepto que se refiere a los mayores precios que pagan las mujeres por artículos muy similares a los que usan los hombres. Aunque en Europa no se han realizado estudios al respecto, en EEUU una investigación concluyó que las mujeres pagan 1.400 dólares más al año por productos similares a los que adquieren ellos. Cuchillas de afeitar o desodorantes de distintas marcas aumentan sus precios en decenas de céntimos en su versión para mujeres. También sucede con cremas, artículos de cuidado corporal, prendas de ropa unisex como los pantalones vaqueros e incluso servicios como el de tintorería.

El manifiesto va más allá y alude a visibilizar la presión estética a la que se ven sometidas las féminas y exige que los cuerpos femeninos no sean «reducidos a mercadería ni utilizados como reclamo».

La Comisión 8 de Marzo ha proyectado distintas actividades en cada municipio. En Madrid, se ha convocado una manifestación a las 19 horas que partirá de Atocha y finalizará su recorrido en Plaza de España.

Patricia C. Serrano

 

 

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