«Articular la Universidad con los centros educativos», por Antonio Bolívar

Un problema habitual, no específico de la Universidad de Granada, es articular debidamente la docencia e investigación educativa con los centros escolares de su zona. Algo tan lógico como que la Facultad de Medicina no tuviera relación orgánica con los hospitales o centros de salud, tanto para potenciar la mejor medicina como para experimentar nuevos tratamientos.

Pues bien, en educación, un conjunto diverso de factores, progresivamente acumulado, ha hecho que no haya relaciones articuladas con las escuelas e institutos, que contribuyan tanto para potenciar (y “experimentar”) las mejores prácticas como para que los propios investigadores y docentes de la Facultad puedan aprender de la práctica. Institutos Experimentales de Enseñanzas Medias (como el “Padre Manjón”, que conmemora el 50 aniversario), Escuelas Anejas de las Normales de Magisterio, etc. fueron desapareciendo, produciéndose la separación entre enseñanzas universitarias y las “no universitarias”, que culminaron con la separación en Andalucía en dos Consejerías distintas.

Además del practicum de los alumnos de nuestra Facultad en los centros, tenemos necesidad de vincular la investigación educativa tanto con las líneas predominantes o emergentes en las ciencias sociales como con la realidad de los problemas más acuciantes de la enseñanza. El conocimiento que, como profesionales, precisa el profesorado, debe ser aplicable a situaciones particulares. La investigación educativa, además de su dimensión descriptiva, debe tener implicaciones sustantivas para la mejora de la educación. En caso contrario, como ha pasado en general en los últimos años, se torna marginal, al arbitrio de las medidas cambiantes de la política educativa.

Es cierto que cada uno, a título individual, procura buscarse estas necesarias relaciones. Por poner ejemplos en los que participo con otros colegas actualmente, “Proyecto Atlántida-Granada”, tenemos articulada una red de escuelas con el apoyo del profesorado universitario; igualmente en “SAUCA-Granada”, tenemos articulada una red de apoyo universitario a los centros de nuestra provincia que están constituidos como “Comunidades de Aprendizaje”; además de la relación a nivel individual con Centros de Profesorado, Asociaciones de Directores, etc. Esta misma primera semana de Mayo se celebran en nuestra Facultad unas Jornadas de Creatividad e Innovación en Educación a través de Proyectos Colaborativos”, que buscan explícitamente la colaboración entre proyectos innovadores de los centros y la Facultad.

Pero conviene dar un paso más, articulando de modo más institucionalizado la vinculación de la teoría y práctica de la educación con la práctica de la enseñanza. A comienzos de los noventa, en los EE.UU. surgen las “Professional Development School” (Escuelas de Desarrollo Profesional), propuestas por el influyente Grupo Holmes de 96 Universidades, buscando nuevas formas de colaboración entre Universidad y Centros Escolares. Consisten en la colaboración interinstitucional entre Facultades de Educación y centros escolares de la zona, para potenciar el aprendizaje conjunto de los alumnos en formación inicial y, al tiempo, constitución de foros estables que puedan contribuir a incrementar el desarrollo profesional, organizativo e innovación de los centros, y –viceversa– de las instituciones universitarias, por medio del apoyo, intercambio y difusión de conocimientos y experiencias. La Asociación Americana de Colleges for Teacher Education ha apostado por configurar espacios donde las Facultades y escuelas comparten objetivos comunes para maximizar sus niveles de consecución, preparar profesores de cualidad, incrementar el desarrollo profesional de los principiantes y veteranos e investigar sobre las mejores prácticas. Otros muchas propuestas, casos y ejemplos se podrían señalar.

Este es uno de los retos que nuestra Universidad tiene pendiente y que, a través de las fórmulas más adecuadas (operativas y no burocráticas), puede contribuir a nuevos modos de relación entre Universidad y centros escolares. No obstante, superar este “gap” histórico para establecer una colaboración en nuestro contexto es una empresa compleja. Por lo pronto, cabe ir iniciando experiencias parciales en las que se puedan ir materializando otras forma de llevar a cabo la formación/innovación, susceptibles progresivamente de irse ampliando, que vayan “borrando” prejuicios, percepciones y modos de funcionar asentados.

Antonio Bolívar

Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada.

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