ANDALUCÍA HOY: AUTONOMÍA Y FEMINISMO, POR JUAN ALFRDDO BELLÓN para  EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 04-03-2018

Lo que aumenta con el tiempo, disminuye con la avalancha de los acontecimientos que a su paso se acumulan. Así resulta que son ya treinta y ocho los años pasados desde la proclamación de la Autonomía Andaluza y bastantes más los puntos en que ha bajado la expectativa de soluciones que su vigencia ofrece a nuestros problemas cotidianos que cada vez son mayores y están más enquistados si observamos los acontecimientos de estos últimos días. Y lo que digo vale desgraciadamente también para la Democracia. Y aunque me adhiero a aquellas palabras de J F. Kennedy pronunciadas desde el Berlín de la postguerra corrigiendo a quienes lo esperaban todo de América y no se preguntaban qué podía o debía esperar América de ellos, tengo que añadir que las ideas de América, de Andalucía y de la Democracia misma no se entienden sino como deales políticos de fraternidad, igualdad y libertad para sus habitantes y que poco valen cuando acaban olvidándose en la vida diaria de la ciudadanía.

Ahora, cuando las ideas progresistas no parecen persistir ni prevalecer facilmente en nuestra sociedad, cabe concluir que el verdadero progresismo consiste en apostar a fondo por la igualdad y por la libertad para alcanzarla en el marco de la fraternidad mayor posible, cosa que hacemos quienes luchamos desde Andalucía por la autonomía igualitaria generalizada en España y en nuestra región procurando romper así pacíficamente los moldes tradicionales de las relaciones de poder del centralismo con la periferia y del machismo con el feminismo en favor de las tesis del patriarcado. Por eso, la teoría política de la emancipación, basada en la consecución pacífica de una nueva correlación de fuerzas que favorezca el espíritu igualitario, tanto en el terreno geográfico como en el aspecto de género y en las diferencias sociolaborales tal como el ideal de justicia retributiva al que aspiran hoy en día nuestros cuerpos policiales municipal, nacional y de la guardia civil, como en el de las diferencias de género que colocan a las mujeres en franca inferioridad frente a los varones aun cando desempeñen en su trabajo iguales cometidos.

Y resulta curioso observar que, así como no se han producido demasiados avances en el sentido de satisfacer las nuevas reivindicaciones, sí se han producido notables cambios en la libertad de plantear esas exigencias haciéndolas adoptar y defender por una mayor parte de los colectivos sociales a quienes afectan.

Y en resumidas cuentas, cabe decir que, en los tiempos que corren, las reivindicaciones autonómicas y territoriales españolas pasan por conseguir asentar las reclamaciones andaluzas hasta que el poder central acabe por denegar a las comunidades hasta ahora históricas una cuota extrema y diferente de autonomía que la de Andalucía y el resto de regiones españolas que aún no han accedido,. o lo han hecho parcialmente, al autogobierno periférico constitucional.

De lo cual se infiere que el avance de los planteamientos progresistas y, si se me apura, revolucionarios pasa hoy para nosotros por el andalucismo firme sin concesiones al establecimiento del modelo asimétrico y el feminismo firme y radical basado en la defensa igualitaria de los derechos de la mujer y por el por el apoyo a las reivindicaciones laborales más evidentes de aquellos colectivos mayoritarios de amplias raíces populares por su importancia estratégica en el desenvolvimiento social como son las fuerzas de orden publico, los pensionistas y demás clases pasivas, los jóvenes, los funcionarios, los enseñantes, los trabajadores dela salud, etc.

Ni que decir tiene que estos planteamientos me llevan a adherirme a la próxima huelga general del día ocho de marzo en favor de las reivindicaciones femeninas y de los planteamientos feministas que más pronto que tarde tienen que acabar por servir de palanca para transformar el actual statu quo de la sociedad andaluza y española en favor de uno de los colectivos más enraizados y progresistas, como es el de las mujeres, de la vida social y cultural de nuestra nación.

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