Algunos cargos conservadores lamentan la parálisis que se vive. «Antes íbamos con noticias a las convenciones. Ya ni eso» En el PP temen que las pensiones sean el talón de Aquiles de Rajoy. Dan por hecho que su jefe tiene los Presupuestos atados porque no puede arriesgarse a dar “una imagen de soledad parlamentaria tan devastadora”

Los populares tienen a veces la sensación de que no han dejado atrás el año del Gobierno en funciones. A algunos dirigentes les parece que la parálisis es tal que siguen anclados en el pasado. Cataluña sigue congelada dos meses después de sus elecciones. El PP no pone en marcha ninguna medida y los acuerdos con el PSOE se alejan, tras la ruptura del pacto educativo.

El único movimiento registrado ha sido en las calles, como resultado del malestar social. Las protestas de mujeres y pensionistas han dejado completamente descolocado al Ejecutivo, que ahora se enfrenta así a todo un cóctel molotov.

Por eso algunos conservadores están preocupados ante lo que consideran que puede ser «la legislatura más inútil de la historia». Ven que se estira como el chicle sin que haya ningún avance importante y piden a su jefe que «haga anuncios». Opinan que debe «perder el miedo a perder», porque lo importante no es que las iniciativas salgan adelante, sino que se hable de ellas y la oposición se retrate. Explican que siempre podrán culpar luego al resto de grupos de boicotear sus pasos pero, eso sí, tras probar que tienen pulso político.

Rajoy sigue ganando tiempo

Sin embargo, Rajoy va ganando tiempo a su manera. El presidente camufla su inacción tras una campaña de imagen. Se dedica a hacerse fotos inaugurando obras o selfis en sus paseos por España. Tras el batacazo de las catalanas, los suyos le pidieron cambios y él no ha querido aprovechar la salida de Luis de Guindos para hacer una remodelación que le diera fuerza. Su respuesta a las criticas fue promover un calendario de convenciones. Una agenda con la que tiene entretenido a su partido y con la que logra movilizar a sus dirigentes regionales de cara a los comicios de 2019.

Hasta ahora, el PP ha celebrado cuatro actos y una Escuela de Invierno en Tenerife. En estos encuentros se ha hablado de educación, de prisión permanente revisable, de autónomos, de conciliación familiar… muchas reuniones de las que han salido pocos titulares. «Antes íbamos con noticias. Ya ni eso», señala un diputado. Como él, otros también piensan que no sirven de nada. Lamentan debatir temas que luego no se concretan o no tienen recorrido por falta de apoyos y tienen muy claro que de este forma no van a lograr imponerse a Ciudadanos.

Sin embargo, en la dirección nacional conservadora, todavía confían en superar esta etapa de bloqueo. Para ello tienen puestas sus esperanzas en los Presupuestos. Están convencidos de que si Rajoy los presenta el 23 de marzo es porque los tiene atados. No creen que se arriesgue a ofrecer «una imagen de soledad parlamentaria tan devastadora».

«El desgaste es tremendo»

Además, esperan que las tornas cambien a partir del próximo sábado que se celebra un cónclave en Málaga. Esta cita servirá para que el PP presente a sus candidatos en Andalucía y, ya de paso, para que se vea a Rajoy rodeado de unos cuantos rostros nuevos. Toca exhibir «cierta renovación». Los colaboradores del presidente consideran que es «toda la regeneración que se va a ver por ahora», porque tienen la impresión de que en la Convención Nacional de Sevilla, en abril, sólo se vivirá «una gran exaltación del líder».

Lo que muchos en el PP no saben es cuánto tiempo podrán aguantar en esta situación. En el Grupo Popular reconocen que «el desgaste es tremendo» y en Génova son conscientes de que, a medida que vayan pasando los meses, se les irán abriendo frentes, como ahora con las mujeres y los jubilados.

Después de ver el éxito de las manifestaciones feministas, el Gobierno se percató del error que había cometido al menospreciarlas y ahora debe estudiar cómo afrontar sus reivindicaciones. Pero no es el único sector social que se revuelve. En el PP saben que los mayores son los que más les votan y no quieren enfrentamientos. Temen que el asunto de las pensiones se convierta en el talón de Aquiles de Rajoy.

El miércoles, el jefe del Ejecutivo comparecerá en el Congreso. Ya ha comentado que no tiene intención de mentir a los pensionistas con promesas que no puede cumplir. Desde la Moncloa insisten en que no hay «formulas mágicas» y precisamente por ello algunos diputados piden a Rajoy que «tenga gestos de comprensión». Resaltan que en 2015, en plena crisis, hubo fallos de comunicación al explicar los recortes. Fue entonces cuando salió Carlos Floriano diciendo aquello de que les había faltado darle «un poco de piel» a la forma de contar lo que estaba ocurriendo. Sostienen que esa recomendación se debería aplicar ahora, teniendo mayor sensibilidad a la hora de abordar algunos temas.

FOTO: El presidente del gobierno Mariano Rajoy durante la reunión del Consejo de ministros del pasado viernes. / Emilio Naranjo (EFE)

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