Sufrir problemas relacionados con el sueño y el descanso puede afectar gravemente a la salud y empeorar el curso de patologías crónicas, especialmente en personas mayores

El descanso es esencial para conservar una buena salud física y psicológica. En pacientes con patologías crónicas, sufrir procesos asociados a problemas de sueño pueden agravar su situación o incluso haber colaborado en su desencadenamiento, según ha señalado el miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Sueño (SES), Óscar Sans. Esta sociedad científica ha promovido el Día Mundial del Sueño, que se celebró ayer viernes bajo el lema Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida.

Enfermedades como el alzhéimer, demencia con más frecuencia en España, se relacionan con la apnea del sueño. En las superviviente de cáncer de mama, por su parte, se ha demostrado que existe un elevado porcentaje de insomnio, que comienza en el diagnóstico de la enfermedad, continúa en ocasiones desencadenado por los tratamientos aplicados, y persiste una vez superada la enfermedad debido al temor de recaídas.

Descansar menos de siete horas se asocia con mayor riesgo de demencia en ancianosLa poca flexibilidad horaria o los turnos cambiantes, entre las causas del insomnio

Según algunos estudios en Salud Pública, en el caso del insomnio es escasa la bibliografía que aborda la medición de el insomnio e la población y la forma en que el tratamiento farmacológico es capaz o no de mejorar sus componentes físico, social y emocional. Un trabajo publicado hace dos años por el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha demostró que el insomnio, ya sea primario, relacionado con otro trastorno mental o secundario a una enfermedad médica, es un problema de salud que afecta aproximadamente a una de cada cuatro personas mayores y repercute desfavorablemente en la valoración del estado de salud. «La percepción del estado del estado de salud es inferior en los pacientes con insomnio tratados con hipnóticos/sedantes respecto a los que lo padecen pero no consumen tales fármacos. Este aspecto es de interés al considerar una prescripción racional de éstos, especialmente si se tiene en cuenta la gran utilización que hacen de ellos las personas mayores», explicaban los autores en su trabajo, que recogió Gaceta sanitaria. De hecho, dormir menos de siete horas conlleva peligros asociados para las personas mayores, como un mayor riesgo de caídas, deterioro cognitivo y dificultades en el control de la medicación, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Esta sociedad científica recomienda a los ancianos que limiten la ingesta de líquidos por la tarde, que se expongan a luz solar y paseen por la mañana y no hagan ejercicio ni beban alcohol o fumen poco antes de acostarse. Asimismo, aconsejan seguir una rutina horaria fija para acostarse y despertarse, que eviten dormir una siesta de más de 30 minutos y que controlen las condiciones de temperatura, luz y ruido de la habitación en la que descansan.

Según ha señalado Sans a Europa Press, actualmente la sociedad española sufre, en general, una cronodisrupción con sus ritmos biológicos. entre las causas, destaca la poca flexibilidad horaria en el trabajo, los turnos laborales mal planificados, la turnicidad, la falta de asesoramiento en las empresas por parte de profesionales del sueño, la cultura española, tendente a cenas tardías y la falta de ajuste de la franja horaria». Los más sensibles ante esta falta de coordinación son los niños y adolescentes, quienes se encuentran en pleno crecimiento y en quienes la falta de sueño puede provocar alteraciones en el correcto desarrollo del cerebro que tendrán consecuencias durante toda la vida.

 R. Navarro
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