Las presiones y los intereses de las grandes compañías farmacéuticas prevalecen sobre los de los ciudadanos, y en OCU no estamos dispuestos a tolerarlo.

Para OCU, es inadmisible que, a la vez que se están recortando servicios y limitando coberturas sanitarias, en aras de una “racionalización del gasto”, se prescriban en ocasiones  medicamentos equivalentes mucho más caros sin una justificación razonable y convincente.

Las presiones y los intereses de las grandes compañías farmacéuticas prevalecen sobre los de los ciudadanos, y en OCU no estamos dispuestos a tolerarlo. Este es el caso, por ejemplo, de Avastin y Lucentis: dos medicamentos que resultan adecuados para el mismo uso (la degeneración macular, DMAE), que presentan una eficacia muy similar… pero tienen precios muy dispares, pone sobre la mesa el tema del gasto público en Sanidad. O mejor, del despilfarro, pues el medicamento autorizado, Lucentis, cuesta 100 veces más que el otro.

Por ello, OCU se dirige a la ministra de Sanidad, Ana Mato, solicitando:

  • Que se acabe con esta situación de despilfarro: en el caso que nos ocupa, si en vez de utilizar Lucentis se recurriera a Avastin el ahorro estimado podría llegar a los 200 millones de euros anuales.
  • Que el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad responda con transparencia ante la necesidad de un uso racional de los recursos públicos en salud, ya sea directamente en ejercicio de sus competencias, o indirectamente, instando a otros organismos e instituciones a hacerlo de manera contundente y coordinada.
  • Que los recursos destinados a la salud, que como sabemos son limitados, y más en una coyuntura como la actual, en vez de despilfarrarse como el caso que denunciamos, se destinen a paliar las graves deficiencias en salud mental, atención de personas mayores y personas dependientes, atención dental, que desde OCU detectamos y hemos denunciado.
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