DALE QUE DALE QUE DALE… por Juan Alfredo Bellón  para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 20-05-2018

En el mundo de las letras musicales hay fenómenos que tienen gran relación con el folclore y este es, en gran medida, parte del patrimonio musical donde son frecuentes también los procedimientos propios del acerbo popular y uno de ellos es la reiteración, que explica por qué el ritmo es la repetición periódica de un fenómeno y también uno de los componentes principales de la música. Así, los flamencos repiquetean con los nudillos sobre el recio tablero de las mesas de la taberna creando la noción rítmica, tan relacionada a su vez con el compás, al que luego se añade la melodía de la voz o del instrumento con que se ejecuta el cante en cuestión, melodía que a veces se repite machacona y rítmicamente dando lugar a lo que los preceptistas llaman ritornello, como cuando la estrofa de un cante en cuarteta, redondilla o terceto se repite en su verso inicial o en los

finales y la transcripción de la letra indica “[volver] al estribillo” : Mira si es mi amor sincero / mira si es mi amor sincero / que las fatigas de un muerto / sufro al decir que te quiero. /

Y eso es precisamente lo que pasa en la famosa letra de La Reja (granadina) cuyo final recurre a la reiteración usando la conjunción copulativa /que/, casi desusada en otros casos, con carácter también reiterativo: Dale que dale que dale, / toma que toma que toma , / tengo una novia que vale / más que la gente de Roma.

Encontramos este mismo fenómeno del /que/ copulativo / reiterativo en el hablar casual y cotidiano cuando se le dice a alguien que se muestra machacón en algo -Y dale… ¡Qué pesado eres!

Bueno pues eso es lo que viene pasándonos al común de los españoles con el asunto de los catalanes, que se nos han vuelto más pesados y reiterativos que aquel que mató a un borrico a besos, por la táctica que han tomado de exigir su independencia sin optar por la violencia ni acudir a métodos no pacíficos para alcanzarla eso sí, en un tiempo récord, por lo que se nos han vuelto tan insoportables como el burro besucón y están acabando con nuestros nervios porque es bien sabido que no puede haber método más hartible, como dicen los gaditanos, que el de la reiteración de dale Perico al torno de la defensa obsesiva de tus ideas, esa que acaba por cargarme, desesperarme y violentarme… por encima de las palabras que de pacíficas y respetuosas no tiene nada sino todo lo contrario, de modo que el supremacismo catalanista guarda e implica un desprecio xenófobo y racista que hasta ahora no se ha detectado ni castigado con las leyes en la mano.

Hay que ver cuánto ha cambiado la vida y nuestra percepción de estos asuntos de un tiempo a esta parte y cómo y cuanto está influyendo en nuestro comportamiento individual y colectivo desde que hemos visto a Qim Torra,en unas fotografía de 1º de octubre de 2016, frente a la fachada de la sede del Comité Federal del PSOE de la madrileña calle de Ferraz, apoyando al entonces tambaleado Secretario General Pedro Sánchez y defendiendo el carácter federal de nuestra nación, excluyendo Cataluña, que también lo es pero por su cuenta.

Y mientras Trump y Netanyahu fumigando y jugando al tiro al palestino, y al iraní y al mejicano (peor que los animales)[¡sic!] y a cualquiera que se mueva contra su paranoia asesina. Criminales y cabrones hay que ser… que nos trienen acogotados contra toda razón.

Y en Granada, Pere Ginferrer, un excelente poeta catalán, que también versifica en español y francés, presentado como Premio Internacional Federico García Lorca, con los tiempos tan xenófomos y homófobos que corren… se promociona la firma de un manifiesto SIN ELLAS NO para exigir presencia femenina en todos los actos y foros cívicos y culturales donde se in-visibiliza a las mujeres y yo me sumo, faltaría más. Y se protesta profunda y airadamente contra el penúltimo crimen machista, el de la estudiante de Filología Española, la que fue mi carrera docente, con permiso de Cristina Cifuentes y el Pablo Casado, ese de la carrera de Derecho en dos tacadas, contribuyendo con ello a fundar un mundo sin ética ni valores que ametralla a palestinos indignados e indefensos y acumula siete y ochocientos mil refugiados en campos invisibles solo comparables a los hitlerianos de exterminio…

Y dale que dale que dale; toma que toma que toma; esto no hay quien lo aguante, ni quien lo pare.

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