Golpe al impuesto al sol: la ministra Teresa Ribera apuesta por el autoconsumo energético en España

Teresa Ribera, la exsecretaria de Estado de Medio Ambiente y Cambio Climático, vuelve al Gobierno de España de la mano de Pedro Sánchez como nueva ministra de Transición Energética y Medio Ambiente, un gran ministerio que aglutinará todas las competencias medioambientales con el que pretende acelerar la senda de la descarbonización de España y apostará por el autoconsumo energético en España y la reforma del impuesto al sol.

Teresa Ribera, que presidía en el PSOE el Consejo Asesor para la Transición Energética hasta ahora, sentará las bases de acuerdo a las propuestas socialistas en esta materia, que pasan por, entre otras cuestiones abandonar el carbón y cerrar las centrales nucleares a medida que cumplan sus 40 años de vida útil.

Recientemente, Ribera ha manifestado que la transición ecológica es un desafío «complejo» puesto que requiere visión de conjunto coherente en «todos los ámbitos» de la vida, tanto en el marco constitucional y financiero en el sistema fiscal y en las políticas de empleo.

En base a esta concepción, a finales de marzo, hace apenas dos meses, el Consejo Asesor presentó su esquema a este respecto, que pasa por alcanzar un sistema energético eficiente y sostenible que siente las bases para un sector eléctrico basado en las energías renovables en 2050 y reducir las emisiones de CO2 según los compromisos del Acuerdo de parís.

Apuesta igualmente por el autoconsumo energético y reformar el denominado impuesto al sol, así como acometer una reforma del mercado eléctrico que incluya una auditoría de los costes regulados que están integrados en la tarifa eléctrica, así como el nuevo mercado gasístico.

Por otro lado, plantea la creación de un Fondo Verde para la transición energética que se alimente con parte del nuevo impuesto al CO2 y que se destine a impulsar la eficiencia, la movilidad sostenible y el apoyo a una transición justa.

Además, quiere promover un «gran Pacto de Estado» de la Energía que permita una política energética de estabilidad en el tiempo y facilitar la transición energética.

Para ello, el documento contempla aprobar una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establezca objetivos de reducción de emisiones y su actualización, impulsar el mejor conocimiento y la disponibilidad de escenarios climáticos y de trayectorias para el desarrollo sostenible, así como la sistemática toma en consideración de los elementos de riesgo climático en cualquier actuación pública y de transparencia y rendición de cuentas en empresas cotizadas.

Además, prevé modificar la Ley de Contratación Pública para que ésta incluya los nuevos requisitos ambientales y climáticos a todos los proveedores y contratistas.

Entre las medidas energéticas más concretas, según la propuesta socialista, también está prohibir el fracking y nuevas exploraciones de hidrocarburos así como el cierre progresivo de las centrales nucleares cuando éstas vayan cumpliendo 40 años de vida útil.

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