Yo he venido aquí a hablar de mi libro. (Francisco Umbral)

Normalmente dedico este agónico blog a temas poco personales, pero esta vez tendréis que permitirme que comparta con vosotros la inmensa alegría que constituye la publicación de mi libro “Cabos sueltos” (Granada, Editorial TransBooks, 2013). Acaba de aparecer en formato electrónico (los que no dispongáis de lector o tablet podéis hacer la descarga del libro y, junto con ella, descargaros la aplicación gratuita Kindle, que permitirá que vuestro ordenador convencional funcione como una tablet o un e-reader) y desde el pasdo 21 de junio se puede descargar en la plataforma de Amazon.es (pronto también estará disponible en iTunes), cosa que espero que hagáis masivamente, no por mí, sino básicamente por no resultar gravoso para la editorial que ha confiado en mi texto sólo con una vaga propuesta en la que incluía tres de mis cuentos.

“Cabos sueltos” es una selección de veinticinco relatos, elegidos de entre los más de ciento veinte que he ido escribiendo y, casi siempre, publicando en los dos blogs sucesivos que he administrado entre 2007 y 2011, en que di el libro por cerrado y empecé a enviarlo como propuesta de publicación a varias editoriales. Dichos cuentos han sido cuidadosamente retocados y pulidos, en algún caso se ha añadido un nuevo elemento a la trama y ha habido otro caso de ampliación y cambio de final, de manera que el libro es un material nuevo que parte de lo que habéis ido viendo en mi blog actual o en el antiguo, pero sin ser exactamente lo mismo.

Estoy convencido de que esos seres humanos con los que nos cruzamos desean obstinadamente encontrar la felicidad, pero la vida es un conjunto de cabos sueltos que, con frecuencia, impiden que encontremos lo que buscamos. La existencia, así concebida, sólo da unas migajas del enorme montón de felicidad anhelada y merecida, por eso tenemos que aprovecharlas y vivir el momento como si fuera el último. Pesimismo optimista o entusiasta desencanto por la vida, los relatos contienen una serie de agridulces episodios de gente corriente, como son nuestros vecinos de al lado, nuestros compañeros de trabajo, las personas que toman cada día el mismo autobús que nosotros… Siempre hay un tono de ternura y un punto de humor dirigidos al ser humano que sufre y goza en las tramas narrativas.

El libro se inicia con un prólogo a cargo del escritor Francisco Gil Craviotto, que como suele ser habitual en él, me pone por las nubes. Gracias, amigo mío. Por tu prólogo y por tu generosidad de cada día.

El primero de los relatos, Muselinas, de abril de 2009, es una reflexión llena de erotismo sobre el deseo y la imposibilidad de saciarlo.

Le sigue Nachito (agosto de 2010), protagonizado por un niño mimado y consentido por sus padres. He sido maestro treinta y nueve años, así que he conocido a más de uno de estos repelentes personajes que he tratado de representar aquí.

En Eterna Melibea me permito una licencia: me traigo los amores de Calixto y Melibea, así como las tercerías de Celestina, a Granada. Pero es que además de este cambio de localización hago actuar a los personajes de Fernando de Rojas en tres momentos distintos: el momento de la expulsión de los moriscos granadinos, el de la pérdida de las colonias (con la muerte de Mariana Pineda como trasfondo) y, finalmente, el momento actual. Un curioso experimento que me gustó siempre mucho, pese a ser de los primeros que escribí (es del verano de 2007).

El cuarto, aun anterior, siempre me gustó: una noche de San Juan de un adolescente de la postguerra. En esa noche mágica va a percibir los mil misterios de la vida y la muerte. (La noche de los misterios, junio de 2007).

Hoguera de San Juan en la costa granadina

El siguiente, Comandante de puesto, es un relato terrible, realmente impresionante. Se trata de un descenso al mal, así, en abstracto, y es una reminiscencia de viejos recuerdos de aquella oscura época de represión de postguerra. Lo escribí en enero de 2010 y aparece un recurso que suelo usar: la doble tipografía para diferenciar la acción narrativa de los flujos de conciencia del protagonista.

En Gorrilla (abril de 2010) aparecen tres personajes marginales, tres derrotados de la vida, que se dedican a aparcar coches. Realismo social, divertido y tierno.

Le sigue un sensible Mayores, donde reflejo el mundo de soledad y olvido de los ocupantes de las residencias de tercera edad. Es del verano de 2009.

De finales de 2010 es Úrsula, uno de los que más me gustan. Para quien piense que el amor es quebradizo y volátil, mi cuento viene a demostrarle que también existen amores eternos, capaces de superar todas las dificultades.

Un durísimo alegato contra el maltrato a la mujer es Azulejos, otro de mis favoritos. Se centra en el sufrimiento que la mujer ha tenido que soportar en una etapa en que el marido tenía derecho a todo y hasta era mejor ocultar el maltrato. Lo escribí en mayo de 2011.

Patera es un pasaje de una novela inacabada y su argumento es bien fácil de averiguar a partir del título: el viaje hacia los sueños de un grupo de marroquíes que aparece en la costa granadina a bordo de una patera. Lo puse en el blog, como relato autónomo, en mayo de 2010, aunque la novela a la que originalmente pertenecía es de 1995.

Le sigue un relato sencillísimo: la amistad surgida entre tres mujeres que desayunan juntas en el trabajo y, con el tiempo, llegan a sentir una auténtica amistad y dependencia, cada una respecto a las otras dos. Apareció en mi blog en octubre de 2008 y siempre me ha gustado mucho. Su título: Solo, cortado y con leche.

En Diecisiete pasos, una mujer va al encuentro de su marido, que la ha abandonado unas horas antes. Trata de contar hasta cien para tranquilizarse, pero la distancia sólo da para andar diecisiete pasos, que ella camina haciendo una profunda introspección. Se trata de uno de estos relatos que estuvo mucho tiempo como borrador porque no le veía posibilidades. Después le hice profundos cambios (tiempo narrativo y punto de vista del narrador) y, para mi gusto, quedó muy bien cuando lo puse en otoño de 2010.

En el ecuador del libro está ¡Hagan juego! Es la historia de un piso de chicas estudiantes. También es la historia de una líder que se hace la dueña y la guía de sus compañeras de piso, una auténtica inductora de conductas extrañas que vampiriza a sus incautas víctimas. Apareció en el blog el último día del año 2010.

Las despedidas de soltero, con toda su carga de desmadre, ¿pueden acabar arruinando el esplendoroso futuro de un notable ejecutivo? Al protagonista de este cuento le pasan cosas rarísimas en el alocado viaje al que sus amigos lo llevan para celebrar su peculiar fiesta. Despedida de soltero apareció en mi blog en el verano de 2010. En realidad el relato surgió cuando en la boda de la hija de unos buenos amigos, supe que los del novio habían intentado llevárselo de viaje unos días antes de la celebración.

También me gusta mucho La habitación redonda (septiembre de 2010), una recuperación de la infancia del atormentado protagonista, tras haber sido testigo de tres tragedias cincuenta años antes. En este cuento se acumula toda la magia del recuerdo revivido.

Las mil caras del destino (diciembre de 2010) es un relato emparentado con la película Babel. Si ésta suponía la globalización de la tragedia, mi relato es la globalización del azar: cualquier hecho que le suceda a un individuo incide notablemente en una cadena de vidas, aunque nunca somos conscientes de ello. En el relato cuento la misma historia desde tres puntos de vista distintos.

Cajera (septiembre de 2009) es un relato muy duro. Una chica de un pueblecito de postal veraniega se ve presa entre su padre (alcohólico y abusador), su novio (que la trata como una cosa) y el jefe del supermercado en que trabaja como cajera. Se trata de un monólogo interior en el que apenas se dejan oír las voces de los clientes.

Faro de Estepona

El décimo-octavo relato es Disparates. Aparecido en mi blog en agosto de 2009, es un relato en que se mezcla el sentido vitalista y sensual de la primera parte con la tragedia del final. Una encantadora joven de buena familia se enamora de un pintor vanguardista que desentona notablemente con los planes matrimoniales de los padres de la muchacha. Se casan y el pintor le va enseñando los placeres de la vida, que ella llama disparates, pero la guerra civil lo destroza todo…

Lavadero (enero de 2010) es una historia tan sencilla que se limita a sugerir la realidad de la postguerra a través del encuentro entre dos hermanas en un lavadero público. La mayor intenta saber por su pequeña, que ha entrado a servir en la casa de la viuda del Jefe Local del Movimiento, lo que esa casa encierra, pero trata de hacerlo sin que la chiquilla se contamine por la maldad de los que han vivido de lleno el horror de la guerra.

En el puesto vigésimo, aparece el relato que da título al libro: Cabos sueltos (de octubre de 2010), en que una muchacha reproduce treinta años después el mismo esquema de vida, coincidente tal vez con el de su hija adolescente. Alguien señaló en el blog su similitud con “Historia de una escalera”, de Buero Vallejo, aunque no fui consciente de ello hasta ese momento.

También alguien me advirtió de que el siguiente relato, Pura magia (diciembre de 2008) tenía, a su vez, un antecedente en la ficción. En este caso, la película La vida es bella (Roberto Benigni, 1997): en las durísimas circunstancias de la postguerra, una mujer esconde ante su hijo su miseria convirtiendo la sordidez de sus vidas en magia.

Escuela de los años 50

Tardes de primavera es el monólogo interior de un chico (tal vez sea yo mismo) en la escuela de mi niñez. Fue el primer relato que incluí en mi segundo blog, en abril de 2010.

Yerno (septiembre de 2010) surgió en mi conciencia hace unos años en un bar granadino de la zona de Plaza Nueva. Un matrimonio maduro veía con cierto remilgo el aspecto alternativo del novio de su hija, una adolescente en avanzado estado de gestación. El semblante de los padres denotaba angustia por el incierto futuro de “su niña”. Mi relato termina con una solución real “como la misma vida”.

Durante mi infancia en Alcaudete (Jaén), la noche del 14 al 15 de agosto se dedicaba a velar a la Virgen en su santuario. La fiesta se conmocía como la velada o, más coloquialmente, la velá. Nuestra tórrida adolescencia bien hormonada trató siempre de aprovechar aquella oportunidad casi única en que las chicas podían pasar toda la noche fuera de casa para ver si alguna de ellas era un poco más proclive a dejarse querer, en medio de aquella represiva educación sexual. Mi relato La velá de la virgen (agosto de 2010) refleja esas vivencias en un tono sensual y divertido.

El Guernica de Picasso

El libro se cierra con el relato estrella del blog: Guernica, que se lleva casi 70.000 visitas de las 322.000 que ha tenido el blog hasta hoy. La trama es bien simple: un andaluz llega a la villa de Guernica a principios del s. XX. Conoce a una mujer y se queda para siempre, pues crea una familia, prospera, arregla el caserío, lo amplía… y cuando todo va bien llega la guerra. El cuento acaba con el horror del bombardeo y se centra en los elementos del cuadro picassiano.

Quienes estéis interesados podéis descargar el libro en Amazon. En iTunes estará disponible muy pronto, según dice la web de Transbooks. Lo podéis encontrar en este enlace.

Un ruego: si os gusta el libro, movedlo, metedlo en Menéame.com, multiplicadlo en las redes, recomendadlo. Se trata de hablar de mi libro. Aunque yo no me llame Paco Umbral.

Alberto Granados

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