El Mediterráneo, sexta área de acumulación mundial de desechos plásticos

El Mar Mediterráneo destaca por su riqueza biológica y por la concentración de actividades económicas que alberga. Ahora, un grupo de científicos ha constatado que las concentraciones de plásticos en su superficie son tan altas como las halladas en el Pacífico Norte y Sur, Atlántico Norte y Sur e Índico.

Esta es la principal conclusión de un estudio que se publica en la revista PLoS ONE, en el que sus autores advierten de que los efectos por contaminación por plásticos en la vida marina y el hombre podrían ser “especialmente relevantes en esta región”, por eso piden acciones urgentes.

Este trabajo está liderado por el investigador Andrés Cózar, del Campus de excelencia internacional del mar (Ceimar) de la Universidad de Cádiz, y participan además científicos de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Estudios Avanzados (centro mixto de la Universidad de las Islas Baleares y el CSIC) y la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah (Arabia Saudí).

Esta investigación tiene un antecedente: el pasado año, Cózar, junto a otros científicos como Carlos Duarte -que también firma este artículo- publicaron en la revista PNAS un mapa global de la abundancia de desechos plásticos en los océanos.

En ese artículo, demostraban la existencia de cinco grandes acumulaciones de residuos plásticos en el océano abierto, que coinciden con los cinco grandes giros de agua superficial en los que se organiza la circulación del océano global: el del Pacífico Norte, Pacífico Sur, Atlántico Norte, Atlántico Sur e Índico.

En 2010 se produjeron cerca de 280 millones de toneladas de plástico. Entre el 0,1 y el 5 % va a parar al mar.

Según las conclusiones del actual trabajo, el Mediterráneo acumula en sus aguas superficiales entre 1.000 y 3.000 toneladas de plásticos. 

Se trata de la sexta gran región de acumulación de desechos de este material en el planeta, ha confirmado a Efe Cózar.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron 72 lugares, cubriendo toda la cuenca mediterránea: “salimos de Cádiz y cruzamos el Mediterráneo por el sur, dando la vuelta a Chipre. Después cruzamos el mar por el norte hasta Barcelona”.

Encontramos plásticos en el 100 % de los sitios muestreados, con una densidad media de un residuo por cada 4 metros cuadrados”.

Principalmente, se trata de fragmentos milimétricos de objetos como botellas, bolsas y envoltorios.

No obstante, aparecen más proporciones de plásticos grandes que en los océanos anteriormente examinados, lo que pone de manifiesto una mayor cercanía del Mediterráneo con las fuentes contaminantes.

Preguntado por la zona más pegada a España, Cózar ha señalado que el plástico en el Mediterráneo está muy disperso, con pequeños parches por toda la cuenca, movidos por la acción del viento y oleaje.

Una “trampa” para los plásticos

La acumulación de estos desechos en este mar semi cerrado se relaciona con la alta presencia humana pero también con su particular patrón de circulación de agua, que resulta “una trampa” para los plásticos flotantes: la salida del agua ocurre a través de una capa profunda en el Estrecho de Gibraltar, dificultando así la salida de residuos flotantes de la cuenca mediterránea, ha indicado.

El Mar Mediterráneo representa menos del 1 % del área oceánica global, pero tiene valores ecológicos y económicos de gran relevancia a escala global: alberga alrededor del 10 % de las especies marinas y la pesca y el turismo litoral son importantes fuentes de ingresos para la población mediterránea.

En este mar se han encontrado desechos plásticos en estómagos de pequeños peces, aves, tortugas y cachalotes.

Según otro estudio publicado en 2014 por la Universidad de Siena (Italia), se han registrado altas concentraciones de ftalatos (contaminantes asociados a los plásticos) en grandes organismos filtradores, como el tiburón peregrino y el rorcual común.

En cuanto a si los plásticos afectan a las profundidades, el investigador de la Universidad de Cádiz ha declarado: “muy probablemente las mayores cantidades de plástico se encuentren en el fondo. La superficie es solo un reflejo de lo que puede esconder el fondo”.

Según Cózar, ya se sabe que el Mediterráneo se ha sobrecalentado y se sobrepesca y “ahora hay que añadir uno de los niveles de contaminación por plásticos más altos del mundo”.

“Muy probablemente la producción de plásticos seguirá aumentando y esto podría llevar a una imagen muy deprimente del Mediterráneo si no se implementan acciones urgentes”.

Acciones urgentes

Sin embargo, como la producción de plásticos es probable que siga incrementándose en las próximas décadas, las estrategias de gestión deberán dirigirse a las fuentes de contaminación, con el fin de evitar la liberación de desechos de plástico para el medio ambiente.

“Las campañas de limpieza de costas puede ayudar mucho a mitigar los efectos de la contaminación, pero la raíz del problema está en la entrada continua de residuos plástico en el mar”.

Para Cózar, “cuidar del Mar Mediterráneo es cuidar de nosotros mismos y de nuestras futuras generaciones”. EFEfuturo

 

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