La emotiva carta abierta de un guardia civil intentando rescatar a Julen en Totalán

El agente de la Benemérita asegura que sienten el aliento de todo el país y ha agradecido el trabajo de los cientos de profesionales involucrados en el rescate

Toda España está en vilo esperando noticias desde Totalán. Cada vez que llega una última hora sobre Julen, el país entero se pone en tensión esperando que, por fin, llegue el momento en que se pueda rescatar al niño, aunque problemas como el que afectaba en las últimas horas a la desviación del pozo estén retrasando la búsqueda.

Entre los cientos de personas que trabajan sin descanso en Totalán hay bomberos, policías, mineros, ingenieros, guardias civiles… y así un sinfín de profesionales dando lo mejor de sí mismos y con un único objetivo: encontrar a Julen y devolvérselo a sus padres.

Uno de esos profesionales, un guardia civil, ha hecho llegar una carta abierta al ‘Diario Sur de Málaga’ en la que explica sus sentimientos sobre todo lo que está sucediendo y pone voz al testimonio de los cientos de personas que tratan de encontrar al pequeño por todos los medios. El aliento que sienten de toda España es el suyo propio.

Testimonio de un guardia civil trabajando en Totalán (carta íntegra)

“No he tenido otra opción que escribir unas letras sobre lo que está ocurriendo en torno al caso del pequeño Julen. Lejos de las cámaras, políticos y comunicaciones oficiales, es mi intención dar testimonio del lado humano de lo que está ocurriendo, porque esto está pasando muchos límites.

Decir que, por cuestiones de cercanía, fui uno de los que abandonó a su familia con el plato en la mesa aquel fatídico domingo día 13. Recuerdo que la llamada que realicé a mi esposa un rato más tarde fue ‘no me esperes ni para cenar, esto va para largo‘. Y fue a partir de ese momento que comenzaron a ocurrir los acontecimientos que motivan este testimonio.

Como guardia civil y como persona, reconozco que se me estremeció el corazón al tratar con los primeros minutos de desesperación de los familiares, pero igualmente me sentía abrumado escuchando la emisora y cómo la Central iba coordinando el aviso de movilización a GEAS, Montaña, Policía Judicial, Seprona, etc.

Llevo poco tiempo de profesional, pero llevo el justo para sentirme pequeñito ante tal despliegue de unidades de élite de la Guardia Civil. Verlos trabajar, coordinados con la experiencia de bomberos, físicos de carrera, ingenieros, etc., era todo un ejemplo de profesionalidad. Fue increíble cómo, entre todos, buscaban soluciones y fabricaban ‘inventos’ para poder llegar a Julen en las mejores circunstancias de seguridad posibles.

No se me olvidará el escalofrío caluroso y las palpitaciones de mi corazón visualizando la pantalla de la cámara en su recorrido, intento tras intento, pues aunque mi deseo era ver a Julen, sabía que rompería a llorar si eso ocurría, y por otro lado, ni siquiera estaba seguro de querer que apareciera en esas circunstancias o valorar la posibilidad de que no estuviera allí y se abriera una nueva vía de esperanza.

Fueron momentos duros, de excesivo trabajo y tensión, aún todavía no había ni relevo, y durante dos días se pudo observar cómo algún bombero y guardia dormía en los fríos vehículos para que la cabeza pudiera seguir funcionando. Las palabras que me dijo un compañero tras tres días de trabajo ininterrumpido en el pozo no se me olvidarán, ‘aquí no vamos a parar hasta que lo rescatemos, eso está claro‘.

Por desgracia, todo ese esfuerzo sirvió de poco, finalmente hubo que asumir realizar una obra de ingeniería para rescatarlo, con todo lo que eso conllevaba y con la desazón de que el pequeño ya llevaba más de 48 horas ahí metido.

Igualmente, he visto la admirable progresión de las emociones de los padres, desde la absoluta desesperación hasta una calma sosegada que se convierte en ejemplo para quienes les miramos a los ojos.

Ya llevamos más de una semana de intenso trabajo, y para qué negarlo, nos encontramos con el cuerpo cortado pero con el corazón intacto, y voluntad nos sobra.

Visto lo visto, España puede estar tranquila, porque sus bomberos, personal GREA del 112, Protección Civil, personal civil facultativo, psicólogos y, por supuesto, su Guardia Civil JAMÁS PARARÁN HASTA DEVOLVER A JULEN A SUS PADRES, eso tenedlo por seguro.

Y cómo no, un agradecimiento especial a todos lo que, de manera altruista, se convierten en parte fundamental del rescate con comidas, bebidas y demás, que hacen que nos mantengamos animados, activos y con muchas ganas de seguir trabajando.

Desde Totalán sentimos el aliento de España entera, os lo aseguro, sentid vosotros el nuestro y contad siempre con nosotros. Un saludo. Un guardia como otro cualquiera que está dando su mejor versión en Totalán. Lo lograremos…”.

EL CONFIDENCIAL

FOTO:Cientos de profesionales trabajan en Totalán para dar con Julen.

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