Entrevista a Miguel Mirones, presidente de la centenaria Asociación Nacional de Balnearios

El turismo sanitario, con los balnearios como estandarte, lleva varios años creciendo a chorro. Según Miguel Mirones, propietario de Relais Termal y presidente de la centenaria Asociación Nacional de Balnearios (Anbal), a un ritmo que ronda el 20 % anual. Y eso a pesar de que franceses, alemanes e italianos pueden tratarse en sus propios centros termales a cuenta de la sanidad pública. Tiempo ha, los balnearios fueron como «un medicamento más». Ahora, además, se han convertido en un refugio terapéutico para pensionistas y jóvenes estresados.

Primero se tiene que localizar la existencia de un manatial y luego analizar ese agua para comprobar que es medicinal. A partir de ahí se construye una instalación con una zona para los tratamientos con agua minero-medicinal y, normalmente, otra parte parte hotelera. Pero la mayoría de los balnearios están en zonas rurales. En en lugares que acaban teniendo una cierta magia…

Miguel Mirones, director de Anbal.
Miguel Mirones, director de Anbal. / C. G. CANO

Algunos de esos lugares se explotan desde hace cientos de años, ¿verdad?

Claro, los romanos ya usaban las termas: ‘salute per aqua’. Hubo un bache entre la Guerra Civil y los años 70, pero entonces el sector empezó a recuperarse hasta llegar hasta los 110 balnearios que tenemos actualmente. La gran mayoría, además, tienen el distintivo Q de Calidad, porque el sector ha apostado muy fuerte por que su servicio esté siempre certificado, igual que las clínicas. El cliente tiene que saber que recibe tratamientos pautados.

¿Agua termal es sinónimo de agua caliente y que huele mal?

No. Un agua es termal cuando su temperatura está unos grados por encima de la media de esa comarca. Y ese olor tan característico a huevos podridos es una característica exclusiva de las aguas sulfurosas. Pero las aguas minero-medicinales pueden tener características muy diferentes: cálcicas, bicarbonatadas, sulfurosas…

¿Qué enfermedades pueden tratarse con aguas medicinales?

Problemas respiratorios, reumáticos, dermatológicos, musculares… También problemas de huesos e incluso tratamientos psiquiátricos. Antes las aguas eran un medicamento más y el médico, en función de la dolencia, prescribía un balneario u otro.

¿Es lo mismo un ‘spa’ que un balneario?

No, un ‘spa’ es un sitio que tiene agua del grifo.

En Marina d’Or no hay balneario, ¿entonces?

No porque, aunque se hacían llamar «balneario», no tienen agua medicinal. Desde la Asociación Nacional lo hemos perseguido para que quede claro. Pero el mercado es lo suficientemente amplio para espás, balnearios y, si trabajan con agua de mar, también centros de talasoterapia.

Balneario de Alange (Badajoz).
Balneario de Alange (Badajoz). / ANBAL

Hoy en día, los tratamientos en balnearios no están cubiertos por la Seguridad Social, pero el Imserso sí ofrece ayudas…

En Francia, Italia y Alemania sí está incluido en el catálogo de la Seguridad Social, pero en España se optó por considerarlo un tratamiento complementario. Hace 30 años se puso en marcha el programa de termalismo social y, gracias a él, este año pueden llegar 208.000 personas con plaza subvencionada. El único requisito es ser pensionista.

¿Qué tipo de gente hace turismo termal?

Depende mucho del balneario, pero la media de edad ronda los 50-55 años. Cada balneario tiene su ‘target’, pero muchos cuentan con instalaciones preparadas para poder acoger a personas de todas las edades.

Teniendo buena salud, ¿también se puede disfrutar de un balneario?

¡Se debe! Por dos motivos. Primero, porque el agua también vale para la prevención de determinadas dolencias. Y segundo, porque cada vez son más los jóvenes que acuden a los balnearios para relajarse o someterse a tratamientos estéticos.

¿Qué tan importante es la alimentación en los balnearios?

Suele haber restaurantes con una oferta más bien tradicional, pero si alguien quiere hacer una dieta específica, se le hace un plan personalizado.

¿Cómo está evolucionando el sector?

¡Nos va muy bien! Es un producto desestacionalizado. Se pueden encontrar balnearios abiertos todo el año en muchas zonas de España. Y estamos teniendo crecimientos entorno al 20 % anual. Perspectivas interesantes que, contando con la oferta existente, aún se pueden desarrollar más.

¿Con qué porcentaje de extranjeros?

Muy pocos. Un 5 % del total, como mucho. Y la explicación es muy sencilla: en Francia, Italia y Alemania los tratamientos los cubre la Seguridad Social para todas las edades. Cuando alguien tiene un tratamiento subvencionado en su país, no viene a hacérselo en España. La cosa podría cambiar porque existe una directiva de sanidad transfronteriza que prevé que los ciudadanos europeos puedan elegir dónde darse los tratamientos. Es un tema poco conocido, pero si España lo activase, podría ser el gran receptor de Europa, tanto en balnearios como en otras especialidades

Carlos G. Cano

FOTO: Balneario de Archena (Murcia). / ANBAL

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