NOTAS EN TORNO AL CONCEPTO DE ‘HIBERNACIÓN’ PARA USAR EN EL ANÁLISIS DE LA CULTURA POPULAR EN ANDALUCÍA por Juan Alfredo Bellón

NOTAS EN TORNO AL CONCEPTO DE ‘HIBERNACIÓN’ PARA USAR EN EL ANÁLISIS DE LA CULTURA POPULAR EN ANDALUCÍA por Juan Alfredo Bellón para EL MIRADOR DE ATARFE del sábado 10-02-2019

Continuando con las reflexiones invernales que comencé la semana pasada, empezaré a darles forma concreta pues su simple enunciación no abarca la complejidad que implican y plantearé la conveniencia de escudriñar en la percepción de la sucesión temporal de nuestra existencia en círculos concéntricos y sucesivos que responden a las vueltas de nuestro planeta al rededor del sol y determinan la sucesión de las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) de forma diferente en cada zona terrenal aunque nosotros tendemos a generalizar el paisaje estacional en cuatro estereotipos sucesivos que nada tienen que ver con la realidad puesto que los cuatro revisten circunstancias muy distintas en cada zona del planeta.

Y además, guardamos en nuestro acerbo meteorológico una visión tendencial y regionalmente subjetiva de las cuatro circunstancias estacionales que luego enriquecemos con nuestra experiencia personal de las mismas según la percepciópn vital, individual y colectiva y la sucesión de otras experiencias biográficas acumuladas por los viajes, las vivencias, las lecturas y los visionados narrativos e iconográficos respectivos acompañados de la consiguiente e imprescindible valoración ideológica que nos arrastra a tomar partido irremisiblemente en cada percepción y en cada narración.

Y eso, para no hablar más que de las cuatro estaciones, que luego se ven incrementadas e interferidas por los calendarios culturales, religiosos, santorales, escolares, sociales y laborales que modifican y enriquecen las apreciaciones de cada época del ciclo anual que cada uno ve desde el subjetivismo regional propio. Así, la visión del paisaje invernal muda radicalmente según la septetrionalidad o la meridionalidad planetaria de cada cual o de cada cuales y esto sirve igualmente para la Primavera, el Verano y el Otoño, como queda patentemente explicado en el discurso literario y en todos los de los lenguajes sectoriales que se observen y así mismo como ocurre en los discursos narrativos de los cuentos fantásticos populares que tantos frutos positivos arrojaron en los estudios lierasrios de Vladimir Prop y su famosa escuela folklorista y formalista rusa.

En muchas de estas obras, la Primavera es un constructo ideológico y cultural con entidad y protagonismo propios que puede servir para marcar un vector autónomo de gran importancia en una época o en una producción cultural determinadas. Y esto vale también para la música y para todas las Artes P.lásticas. Lo que ocurre es que en cada disciplina artística subyace un discurso de base que implica valoraciones estéticas y éticas determinadas y que están necesariamente ligadas a su mismidad cultural y a su razón de ser enunciada y comunicada.

Y si dejamos esta exposición a un lado. para continuar más adelante la especficidad canónica de este discurso, diré que la época anual de la hibernación y del enfriamiento ambiental es el fondo semántico donde se desarrollan las historias narradas en la literatura popular y fantástica centro-europea y, por extensión o contagio, también en la literatura de ámbito mediterráneo, que hoy toma protagonismo por su posición hegemónica en el terreno editorial y comercial y en los numerosos medios dedicados a la industria cultural de público infantil y juvenil, cosa extraña pero explicable en zonas del Poniente Almeriense y de la Andalucía Marítima y curiosa si de conoce la realidad geográfica y medioambiental de estas zonas y su grado de implicación en las recientes estructuras comunitarias europeas, conceptos todavía culturalmente divergentes a pesar de sus muchas y crecientes implicaciones.

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