CARNAVALES ANDALUCES por JUAN ALFREDO BELLÓN para  EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 24-02-2019

El calendario festivo en lo que todavía se llama Europa y tiene, también todavía, ganas de serlo, es una sucesión de eventos romanizados y greco-latinizados; quiero decir de origen greco romano, que salpican nuestro calendario anual y lo articulan como la red del ferrocarril metropolitano sostiene y articula el plano y el esquema de una gran ciudad bajo la que discurre ese tren catacúmbico. Así, no hay fiesta actual que no se funde en la memoria ancestral de algún gran evento cíclico anual de la antigüedad clásica o pre-clásica y, en el caso de los Carnavales, son las fiestas Saturnales y Dionisíacas las que les prestan memoria ancestral y dictaminan un antecedente cultural más o menos inmediato pero siempre presente en la memoria colectiva de la ciudadanía de manera que, para los habitantes de Roma y, subsiguientemente de su imperio, incluyendo el Brasil de Orfeo Negro y su barca de Caronte, las fiestas de Dionisio y las de Saturno consistían en una exaltación lírica y báquica de un anuncio del advenimiento de la Primavera cuya presencia era bien patente en toda la cuenca del Mediterráneo.

Pero sobre esta implantación claramente pagana, surgió luego el calendario cristiano y, como en tantas otras ocasiones, se mezclaron las churras de la gastronomía con las merinas de la conmemoración dionisiaca acompañando instrumentalmente los ritos de los himnos laudatorios dedicados a la ingesta etílica, que solía sumarse a los ritos pánicos y báquicos coincidiendo con la crisis del invierno y la maduración y transformación del mosto de la uva que culminaría en la Pascua.

Después vino el Referendum del 28-F y el Día de la Patria Andaluza, relacionado con el día desdichado en que fusilaron a Blás Infante en una cuneta andaluza al peor estilo sumarísimo de Queipo de Llano (¿También a este lo exhumarán?) Vaya que le dieron café, mucho café, y menos mal que ahora lo conmemoramos, aunque este año el acto pasará o nosotros pasaremos sobre el acto del 28 de Febrero con un perfil muy bajo, como de puntillas, a ver cómo se lo toman estos nuevos mandamases, cogidos como están entre la espada y la pared o entre el clavel y la espada: teniendo que celebrarlo por ser la exaltación de una autonomía suya, por fin reconquistada, pero que, al mismo tiempo, ha de exhibir en sus ancas el sello de la nueva marca y el emblema de la nueva “casa”, la moderación autonómica, si no la forma distintiva de lo recién re-encauzado por la derecha responsable hacia un nuevo sentido de la España Centralista… y esquizofrénica (si no oligofrénica) donde las haya. Esto sí que es un Carnaval con los lobos disfrazados de corderos, luciendo el tipo cambiado y dando la impresión de bobos o taimados o de ambas cosas a la vez, vaya usted a saber, muy señor mío.

Total, que ya estamos otra vez como Penélope, dando y no dando puntada sin hilo y con él, ay, Pepi Mayo de mis entretelas, tú que tantos antifaces de oro tienes del Carnaval de Cádiz. Pues no va a ser que estamos regresando otra vez al Carnaval de las catacumbas… Mañana se verá, como decía aquel viudo al que estaban dándole su correspondiente cencerrada en su noche de bodas y él respondía a los bromistas dedicándoles un aspergis vobiscum sacudiéndoles con una escoba vegetal mojada en aceite puro de oliva, silencioso pero superagresivo con sus trajes de fiesta: Mañana se verán, a la luz del día, los lamparones de aceite sobre vuestros trajes nuevos, so cabrones.

¿Y qué pasará mañana? A juzgar por nuestra experiencia, los españoles, y los andaluces los primeros, somos gente experta en resistir como Pedro Sánchez,, con pan o sin pan, como decía el doctor Negrín, miembro destacado del Gobierno legítimo de la II República que a estos debe ponerles los pelos como escarpias.

-¡Españoles, resistid, resistid, con pan o sin pan!¡Viva el Frente Popular! ¡Viva la II República! ¡Viva Cái!-¿Ahora una nueva racha de consultas electorales? / La gente no respeta ni que estamos en Carnavales.

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