“El importante papel que la piedra de Sierra Elvira tiene como material de construcción no surge de manera espontánea, sino que su empleo se remonta a tiempos muy antiguos. Su utilización está ligada íntimamente a las distintas culturas que, desde la época romana, se asentaron en Granada, existiendo en la actualidad constancia de ello, por ejemplo, en el Carmen de Lopera donde se empleó en solerías, y a través de restos arqueológicos hallados en Granada y su provincia: cipos cilíndricos, con inscripciones honorarias y lápidas con inscripciones funerarias, de piedra caliza marmórea, de color grisáceo, de Sierra Elvira, que datan de los siglos I y III.

A partir de los romanos, con la llegada de otras culturas como los visigodos o los árabes, su empleo decrece, alcanzando sus más altas cotas en el s. XVI con la conquista de Granada por los Reyes Católicos. En esta época es cuando se produce lo que quizás ha sido la mayor transformación de la ciudad, no ya sólo a nivel constructivo sino también a nivel social y religioso. La llegada de una nueva sociedad marca unas costumbres y, por tanto, niveles constructivos diferentes que acarrean el empleo de materiales pétreos, extraídos de canteras próximas a la capital, que son considerados como nobles, siendo utilizados, por tanto, como símbolo de poder y ostentación que, generalmente, han sido colocados en sitios visibles como fachadas y portadas.

Es en estas zonas, además de en solerías y zócalos, donde la “piedra de Sierra Elvira “fue utilizada en mayor medida, dada su buena durabilidad y elevada resistencia mecánica.” En “La Piedra de Sierra Elvira. Su historia en la arquitectura granadina” de I. Valverde Espinosa y C. Aguirre Cobo, Atarfe en el papel.

FOTO: Cerro del Castillejo en donde son visibles algunas canteras, aunque no en la cantidad que hay en la actualidad.

Curiosidades elvirenses

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