EL FÚTBOL Y LA VIDA por JUAN ALFREDO BELLÓN para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 12-05-2019

Lo tengo escrito y lo repito ahora que está reciente la derrota reciente del Barça en  Liverpool el pasado martes, en las semifinales de la Champions Ligue: ni en el fútbol ni en la vida hay nada escrito, y menos en aquel que en esta. Primero, porque el fútbol es un juego de supremacías psicofísicas muy  sofisticadas y poco o nada se sabe de las unas o de o de las otras en orden a la competición porque a la gente, a la hora de competir, se le secan las madres del cante y se le abren las meninges y sin saber cómo, se quedan sin ideas en la cabeza de arriba y les empiezan a entrar los goles por la portería como por ensalmo y no les sirve de nada ser sobrinos de San Jordi  ni devotos de la Moreneta, ni tener un ático en el Enxample ni una massía en Torre d’Émbarra porque los  demonios de Anfield fueron los dueños absolutos del bacalao y no hubo manera de repartirlo ni de pararlos.

            Si como dicen, el fútbol es una metáfora de la vida y Dios maneja las diabluras del balón gobernando los caprichos de Messi, que es su profeta, entonces el martes 07 del 05 del 2019 se apagaron las luces del Paraíso en la Pérfida Albión y solo quedó la desolación en casa de los inventores de la butifarra y no hubo barretina que ponerle al Caganet ni tambor donde repicara el joven Tambor del Bruch para marcar el paso de este que fue mucho más que un club pero mucho menos que un equipo de fútbol en las semifinales de la Champions del 2019 que, para más inri, se disputará en Madrid en el Wanda Metropolitano el próximo mes de junio de los corrientes. Y así como,  contra todo pronóstico, el Ajax de Amsterdam sucumbió ante el Totenham de Pochetino y se clasificó para una final supremacista británica con el recientemente victorioso Liverpool, así también, en pleno brexit, el Reino Uunido de la Gran Bretaña sigue sin pagar y cobrando de Europa, convertido en un moroso crónico al que ya le da igual tús que mús.

            Y para que no decaiga la fiesta, en Nápoles, feudo histórico de los Borbones, le cantaron el otro día al Rey Emérito y a su propio hijo don Felipe la letra del himno de España compuesta por Pemán durante la Segunda República para contrarrestar aquella institución laica, cosa que encajaron ambos monarcas sin pestañear puesto que a ambos, aunque no les iba la música del himno de Riego, si que les iba la letra de don José María y su interpretación, por un orfeón italiano ad hoc, la consideraron aceptable y la dieron por buena como pelillos a la mar del protocolo, saltándose a la torera lo que marca el artículo correspondiente de la Constitución a unas fechas del inicio de la nueva campaña electoral, Local, Autonómica y Europea, que nos ha recetado Pedro Sánchez en una monodosis (una en esencia, trino en personas) como el misterio de la Santísima Trinidad y ya solo nos queda entregar la cuchara en la Mesa Electoral Central para que allí elijan   a Iceta como candidato a la Presidencia del Senado por el PSOE como un gesto con Cataluña para que se laman bien las heridas tras la derrota del Barça y el aplazamiento (por ahora) de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, por lo menos hasta la celebración de la Final de la Copa del Rey (la de la Reina se celebrará aquí en Granada)  cuando ya haya pasado el peligro eminente de sedición en un espacio público.

            Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho en que tendrán lugar  las verdaderas conversaciones para nombrar Gobierno y se empezará a gobernar de una puñetera vez si Dios quiere y el PP no lo remedia, que ya va siendo hora de empezar a cuidarnos de los asuntos de nuestra casa aunque entonces habrá quien invoque la necesidad de un consenso amplio para aprobar las grandes leyes de la nación: Sanidad, Educación, Poder Judicial, Relaciones Laborales, Reforma de la Banca, etc. para las que algunos dirán que hacen falta nuevas Elecciones Generales para formar nuevas mayorías y así sucesivamente y dale Perico al torno, etc., etc. Y la Ley del Deporte sin dictaminar y el Barça en crisis y la Federación Española gobernada por un niñato de Motril y la Liga por un megalómano obstruccionista y así sucesivamente hasta la derrota final.

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