La Cuesta de los Chinos es un curioso, bello e histórico acceso peatonal que comunica la Alhambra y El Generalife, a través de la colina de La Sabika, con el centro de la ciudad y el Albaicín, desde el romántico Paseo de los Tristes.Esta cuesta ha recibido varios nombres a lo largo de su historia

La cuesta de los Chinos, tiene una longitud de más de 850 metros. Comienza en el río Darro, cruza el Puente del Aljibillo y sube serpenteando por el antiguo Barranco de la Alkibía, entre casas y restos de algún molino. La vereda se abre paso entre el impresionante lienzo norte de la muralla de la Alhambra y los escarpes de la ladera sur del Cerro del Sol, sobre la que se asientan las huertas del Generalife.

A mitad de camino, en el lado derecho, nos encontramos con la Puerta de Hierro, por la que se accede a un recinto de caballerizas y a la Puerta del Arrabal, bajo la Torre de los Picos, que era la primitiva salida de los Palacios hasta el Generalife.

En el lado izquierdo se localiza un callejón de origen nazarí, muy bien conservado, que comunica la cuesta con el Palacio del Generalife a través de las huertas.

CUESTA DE LOS CHINOS

CUESTA DE LOS CHINOS

Recorriendo, la Cuesta de los Chinos que continúa hacia arriba, podremos disfrutar de unas vistas espectaculares de la Torre de las Damas, del Qadi, de la Cautiva, de las Infantas y del Cabo. Bordeando la muralla se sitúa un arroyo de aguas de riego sobrantes, que provienen del recinto palaciego.

Cuando afrontemos el último tramo, pasaremos bajo la Acequia Real, un puente que hace de unión entre Alhambra y Generalife. Aquí se descubrió, en 1998, con motivo del centenario del nacimiento de Federico García Lorca, una placa en la que se puede leer:

Quiero bajar al pozo,
quiero subir los muros de Granada,
para mirar el corazón pasada
por el punzón oscuro de las aguas.

Federico García Lorca

Pasando la Acequia Real, llegaremos a la Torre de los Siete Suelos, junto a la puerta de Bib Algodor. Por esta puerta entraron las tropas castellanas, cuando conquistaron la ciudad en 1492.

Ya desde aquí podemos dirigirnos a los Jardines del Generalife o a la Puerta de la Justicia para completar nuestro paseo.

Esta cuesta ha recibido varios nombres a lo largo de su historia:

  • Cuesta del Rey Chico porque Boabdil huyó por aquí para reunirse con las tropas rebeldes y luchar contra su padre, tras ser alertado por su madre.
  • Cuesta del  Molino, por tener próximo un molino.
  • Cuesta de los Muertos por ser camino obligado desde Santa Ana al cementerio.
  • Cuesta del agua, nombre acuñado por Federico García Lorca, porque el agua es la esencia de su recorrido.
  • Cuesta de los Chinos, a decir de muchos por el empedrado de cantos rodados que cubre gran parte de la cuesta. Aunque existe otra versión más plausible, puesto que el nombre de “Cuesta de los Chinos”, se usaba antes de que se empedrara en 1910. Esta versión se relaciona con una anécdota protagonizada por un niño, que al ver a varias personas ataviadas de ‘moros y cristianos’, que bajaban por la cuesta, durante las fiestas del tercer centenario de La Toma de Granada, recordó sus lecturas ilustradas sobre Gengis Kan y exclamó: «¡Mira cuantos chinos!». La gracieta se extendió y se comentó por toda Granada, y de ahí que la cuesta, desde ese día, se quedara con el nombre de Cuesta de los Chinos.

Como curiosidad comentar que esta, no es la única “Cuesta de los Chinos” de Granada. En las Gabias existe un Yacimiento arqueológico, de la edad del bronce, situado en una “Cuesta de los Chinos”.

PUBLICADO POR Rincones de Granada

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