«La ciencia olvidada, días de silencio y rosas» Video realizado por nuestro vecino Jorge Rodriguez Puche

Magnífico documental sobre Antonio Chamorro tanto por el fondo como por su excelencia en la puesta en escena y realización. Gracias Jorge y gracias a todo el equipo por este extraordinario trabajo que tuve la oportunidad de disfrutar el pasado viernes 29 de noviembre en el salón de actos de la sede de UGT Granada.

Se estrenó el documental sobre la figura de Antonio Chamorro del que fuera discípulo de Alejandro Otero y que donó su legado a la UGR Alejandro Otero y Antonio Chamorro trabajaron juntos en los años previos a la Guerra Civil. Otero fue su mentor, lo introdujo en la actividad política (fue presidente de las Juventudes Socialistas y vicepresidente de la UGT), y encontró en él las cualidades que exige un buen investigador.

Video que dirigido por mi amigo Jorge Rodríguez Puche y asesorado por Enriqueta Barranco y Fernando Girón, y guión de Ana García Martínez es de una alta calidad y llena de historia, ciencia y afectividad por la defensa de la Memoria Histórica.

Puedes ver el video resumen en el siguiente enlance: https://www.facebook.com/AntonioChamorroDaza/videos/1149492675247682/

AMANDA MARTINEZ ha publicado en el IDEAL DE GRANADA ESTE MAGNIFICO ESTUDIO TITULADO:Antonio Chamorro: Memoria, amor, ciencia y exilio

REPRODUCIMOS DICHO ARTICULO DE IDEAL EN HOMENAJE A TANTOS INVESTIGADORES/AS QUE HAN DESARROLLADO Y DESARROLLAN SU TRABAJO FUERA DE NUESTRO PAIS.

ASI SE EXPRESO JORGE R. PUCHE CONCRETANDOLO EN SU HIJO QUE SE ENCUENTRA EN BERLÍN

Es la foto en sepia de un joven médico, un ginecólogo. Esboza una sonrisa mientras, con la mano derecha, acaricia a una coneja que sostiene sobre su brazo izquierdo. Posa con bata blanca en el laboratorio de Anatomía Patológica de la primera Facultad de Medicina de Granada, aquella que estaba junto al Hospital de San Juan de Dios. Corre el año 1934 y está trabajando en su tesis doctoral sobre el funcionamiento ovárico. Ha trasplantado un ovario en el ojo de ese animal para observar de cerca su fisiología. El joven es Antonio Chamorro Daza (Huesa, 1903-Bañolas, 2003). Atrás ha dejado su infancia en Huesa y Guadix, donde sus padres Antonio y Luisa trabajaban de maestros, y a sus diez hermanos, de los que solo cinco sobrevivieron a una epidemia de tifus que mermó la familia y fraguó su carácter independiente y resiliente. Atrás dejó sus estudios de Magisterio en la Normal y su trabajo de temporero en las fábricas de azúcar para costearse su vida en Granada y poder ir a la universidad. Había conseguido lo que quería, ser médico.

Antonio Chamorro en 1934
Antonio Chamorro en 1934 / Cedida por ‘Aperos de Vídeo’

Por delante tenía toda una vida. Una vida que estaría marcada por la investigación, la ciencia, el exilio y el amor y que cuenta el documental ‘La Ciencia Olvidada. Días de Silencio y Rosas‘. Dirigido por Jorge Rodríguez Puche y asesorado por Enriqueta Barranco y Fernando Girón, se estrena hoy viernes, 29 de noviembre, en el salón de actos de la sede de UGT a las 19.30 h.

Enriqueta Barranco y el director del documental, Jorge Rodríguez Puche, en el despacho de la cátedra de investigación Alejandro Otero-Antonio Chamorro
Enriqueta Barranco y el director del documental, Jorge Rodríguez Puche, en el despacho de la cátedra de investigación Alejandro Otero-Antonio Chamorro / Alfredo Aguilar

La profesora y ginecóloga, Enriqueta Barranco, trabajaba en su tesis doctoral sobre el catedrático de Obstetricia y rector de la Universidad de Granada, Alejandro Otero (1888-1953) cuando se topó con el nombre de Antonio Chamorro, uno de sus alumnos más aventajados. Corría el año 1983. Chamorro residía en París y se intercambiaron un par de misivas. «Fue muy importante para mi trabajo encontrar a alguien heredero de la mentalidad de Otero que se había proyectado en el futuro. Me envió su currículum y me contó muchas cosas sobre su maestro». Antonio Chamorro murió en 2003 y legó sus bienes a la Facultad de Medicina de Granada. Enriqueta Barranco y Fernando Girón figuraban en su testamento como albaceas. «Él intuyó que mantendríamos viva su memoria». Lo que dejó no era nada simbólico: un apartamento en París, una amplia biblioteca, importante documentación científica sobre sus estudios, discos y cintas de jazz, flamenco y música clásica y unos diarios personales de la que fuera su compañera sentimental durante más de cincuenta años.

Alejandro Otero y Antonio Chamorro trabajaron juntos en los años previos a la Guerra Civil. Otero fue su mentor, lo introdujo en la actividad política (fue presidente de las Juventudes Socialistas y vicepresidente de la UGT), y encontró en él las cualidades que exige un buen investigador. Le diseñó su proyecto de tesis y lo animó a que solicitara una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios para viajar a Berlín. En Alemania le sorprendió la sublevación militar, pero no quiso volver a España. Retomó entonces la actividad política, trabajó en la embajada de España y fue encargado de la valija diplomática, puesto que le permitió viajar por toda Europa. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se refugió en París. En la capital francesa entró a formar parte de una élite científica, la del Instituto del Radium de París donde comenzó una productiva etapa investigadora que se prolongó hasta su jubilación, en 1971, como jefe de Investigación vinculado al Centro Nacional para la Investigación Científica. «Es impresionante la cantidad de aspectos que abarcó en su trabajo: endocrionología, ginecología, metabolismo, virología, leucemias»…Explica Ignacio Melgares, que trabaja en una tesis doctoral sobre Antonio Chamorro. «Cultivó gran cantidad de disciplinas, era un hombre totalmente entregado a la investigación».

En el documental, es la pareja de Antonio, Andrée Jacob, quien acompaña al espectador en el recorrido de su vida. Aunque nunca vivieron juntos, ella anotaba diariamente lo que hacían, los restaurantes que frecuentaban en el bohemio barrio, Montmartre, o en Juan-les-Pins, la ciudad de la Costa Azul donde pasaban temporadas de vacaciones, sus viajes, las exposiciones que visitaban, las películas que veían, las amistades que mantenían… Así sabemos que Antonio era un lector infatigable, que amaban la cultura y admiraban a Picasso.

Con guión original de Ana García Martínez, la película visita los espacios de su vida, una vida marcada por los silencios y el miedo. Un miedo que le hacía pasar noches encerrado en su laboratorio de París durante las redadas de la Gestapo, y el miedo a las represalias que le hizo postergar su vuelta a Granada hasta 1980. Cuando por fin vino, quiso visitar las tapias del cementerio donde habían ejecutado a muchos de sus colegas y amigos. Allí quiso también que esparcieran sus cenizas que hoy reposan en camposanto granadino. « El deseo de ser enterrado aquí fue una manera de solidarizarse en la muerte con sus compañeros fusilados en la Guerra», explica Enriqueta.

«Fue una persona consecuente con sus principios, explica Melgares. «No se nacionalizó francés, como otros compatriotas, lo que le habría ayudado a ascender en su trabajo, pero él no quiso». Continuó con su condición de refugiado hasta que terminó la dictadura de Franco.

Cátedra Alejandro Otero-Antonio Chamorro

Quería que se le recordara ligado a la figura de Otero y lo ha conseguido. La renta del piso de París ha permitido la creación de una cátedra que lleva a cabo importantes trabajos de investigación, como un reciente estudio sobre la presencia de contaminantes en la sangre menstrual, publicado en revistas de alto impacto, u otro sobre endometriosis, han subvencionado estudios de máster en salud sexual y reproductiva a médicos residentes y anualmente convocan un concurso para premiar al mejor trabajo. «La mayor satisfacción de esta donación no ha sido el recibir, sino tener la posibilidad de dar», explica Enriqueta Barranco. Tal fue el deseo de Antonio Chamorro Daza, «relegado al olvido, fiel a sus principios políticos y a su vocación científica. Méritos no reconocidos, siempre anhelando un merecido regreso».

https://www.ideal.es/culturas/benefactor-ugr-antonio-chamorro-memoria-20191129122844-nt.html

FOTO: Carné de Médico de Antonio Chamorro. / Cedida por Aperos de Vídeo

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