Tenemos necesidad de un pacto educativo serio, en serio y con ambición

Salió el informe PISA sobre educación e hicimos lo que hacen los malos estudiantes, negarse a cualquier autocrítica y dar excusas ante las malas notas. Las notas han sido muy malas en la Comunidad de Madrid y en Cataluña, aunque en estas comuidades dicen que no hay que tomárselo en serio porque no se puntuaron las pruebas de comprensión lectora por problemas técnicos. Puede que sea esa una razón, pero difícilmente será la única.

Entre las comunidades muy destacadas figuran Galicia y Castilla y León, que no forman parte de la aristocracia socioeconómica española; por lo tanto, el buen o mal hacer algo tendrán que ver. 

Si dejamos a un lado las políticas de campanario trataremos de entender lo que ocurre y veremos con claridad que lo que ocurre es que España no avanza; España se rezaga con gran claridad. Se examinaban los estudiantes de la LOMCE, los de la ley Wert, pero sería facilón atribuirle a eso toda la culpa. Hasta el momento, ninguna propuesta de parte ha dado con la tecla. Y se confirma lo que toda España sabe, lo que es un clamor unánime desde hace muchos años; la necesidad de un pacto educativo serio, en serio y con ambición. Pero, suprema paradoja que muchas veces José Antonio Madina cita: los ciudadanos españoles en las encuestas nunca citan la educación entre los principales problemas, ni entre los diez primeros, pero el hecho es que en esta materia estamos fallando y perdiendo muchas posiciones. 

El informe PISA dice que los países asiáticos vuelan y cobran mucha ventaja, que Europa se frena y que España o se estanca o pierde posiciones, es lamentable y necesita una reacción. El Parlamento debería tomárselo como un verdadero deber nacional, dejándose de juegos de tronos y mirando a los ojos un problema de verdadera importancia. En estos temas, y no en los de charanga y pandereta, es en los que se expresa el verdadero patriotismo. 

Iñaki Gabilondo Madrid

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