BMN desmantela sus servicios centrales en Madrid y causa incertidumbre sobre su futuro

BMN, el banco dominado por la antigua Caja Murcia, donde se integró la ya desaparecida Caja Granada, junto a Sa Nostra, desmantela sus servicios centrales en Madrid, después de cinco años. Los trabajadores de Granada se encuentran ante otra disyuntiva: pueden volver a su tierra o ser mandados a Murcia. Pero además, la decisión siembra lógicas dudas sobre el futuro de la entidad al suspender una de sus acciones estratégicas vitales.

El repliegue deja al descubierto una fallida estrategia del banco, después de que hace un lustro considerara imprescindible crear una sólida estructura en Madrid, con un alto coste personal para los trabajadores afectados por los traslados, lejos de sus familias, de sus hogares y de sus territorios, según resaltaron fuentes sindicales consultadas por El Independiente de Granada.

En aquella operación, ahora cuestionada, el banco ha ido destinando cuantiosas sumas, para tratar de compensar los traslados forzosos, lo que logró arrancar la representación sindical. Recuerdan los sindicatos que a los empleados que se les trasladaba a Madrid desde Granada se les amenazaba con el despido, si no aceptaban las condiciones impuestas.

La decisión adoptada por el Comité Ejecutivo de BMN fue trasladada durante la semana por diferentes responsables de departamentos a la plantilla en Madrid, según fuentes de sindicatos que pertenecen al comité de empresa de los servicios centrales.

Las fuentes atribuyen, precisamente, al alto coste del mantenimiento –en ayudas, próximas a acabar, y en sedes- el cierre de los servicios centrales. Y lo que antes era “imprescindible” y “una absoluta prioridad” –desoyendo a los sindicatos y a las quejas de la plantilla trasladada- ahora es descartada, lo que confirma la debilidad de la estrategia.

El anuncio, cuya fórmula de comunicarla también fue censurada por la representación sindical que se queja de “opacidad”, lejos de generar la alegría de los empleados de retornar a sus lugares de origen, causó, según las fuentes, “máxima inquietud”, por la incertidumbre que la decisión genera en el futuro del banco, que debe devolver los 1.645 millones de euros de fondos públicos para evitar su quiebra, provenientes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), para lo que se plantea su salida a bolsa, en un proceso que, sin fecha, se eterniza.

Por ello, el Estado posee el 65 por ciento del capital de BMN, mientras que solo el 2,79 por ciento la Fundación Caja Granada, que preside el ex presidente de Caja Granada, el que fuera alcalde socialista de la capital Antonio Jara.

Exigencia de información

Tras conocer el anuncio, el comité de empresa se dirigió por escrito a la dirección para que de “forma urgente” aportara información “oficial” y “detallada” sobre la medida.

El comité de empresa de los servicios centrales en Madrid está formado por el mayoritario SESFI –Sindicato de Empleados del Sector Financiero-; UOB –Unió Obrera Balear-; CCOO y UGT.

Duras críticas de CCOO

La sección sindical estatal del Grupo BMN fue la que con mayor dureza se pronunció al subrayar la forzosa deslocalización a la que habían sido sometidos los trabajadores desplazados a Madrid, a los que muchos se les amenazó con el despido, si no aceptaban el cambio de lugar de residencia.

Cuestiona CCOO que la dirección hubiera “vendido” durante años que, “para ser un banco atractivo”, necesitaba unos Servicios Centrales localizados en Madrid, “centro de todas las miradas para inversores”, de lo que ahora se desdice y que los “traslados que se han comunicado no han tenido en cuenta el origen de las personas ni las circunstancias acontecidas en estos años”.

Porque, señala, que “cinco años en Madrid han dado para cambiar muchas vidas. Algunas de estas personas trasladaron a sus familias a Madrid como destino definitivo, vendieron sus casas, escolarizaron a sus hijos, universidades e, incluso sus parejas solicitaron su traslado a Madrid que les fue concedido o encontraron un nuevo empleo”.

“Otras se mantienen en Madrid, provisionalmente, sin más cambios que llevar años yendo y viniendo, esperando un día poder volver definitivamente a casa”, añade.

Imagen de cuando el cambio de rotulación en la sede del ‘Cubo’. Miguel Rodríguez.

“Ayer –por el jueves-, comunicaron a la mayoría de estas personas que su nuevo destino es Murcia o Granada. Da igual de donde procedas, lo que opines, tus circunstancias personales. A los de Palma lo de ir y venir a Madrid semanalmente que se olviden, no hay vuelos en Murcia para ellos. Y los últimos en entrar, esos sí de Madrid, que vayan haciendo las maletas”.

El sindicato, con su comunicado, da por hecho que a algunos empleados ya se les ha comunicado “extraoficialmente” el traslado, o bien a Granada o bien a Murcia, dependiendo de la sede donde se ubique el departamento al que están adscritos. Baleares, de momento, queda al margen de destino de departamentos.

CCOO ha solicitado “toda la información necesaria a la dirección” y advierte de que “si se traspasan los umbrales del traslado colectivo sin la preceptiva negociación con la representación laboral”, impugnarán “las medidas ante la justicia” y emprenderán “un calendario de acciones conjuntas; sindicatos y plantilla, para evitar medidas innecesarias y nuevamente dolorosas.

El sindicato también pide a la plantilla “que nadie negocie condiciones individuales para no perjudicar la negociación colectiva y así conseguir que  toda la plantilla afectada tenga las mismas oportunidades”.

CGT en BMN, por su parte, informó de que “en fechas próximas se producirá el repliegue de los actuales Servicios Centrales que BMN tiene ubicados en Madrid, hacia los territorios origen, principalmente Murcia y Granada. Hasta el momento no conocemos el criterio que se va a seguir, ni tampoco las condiciones en las que se producirá”.

Incertidumbre en BMN

Para algunas fuentes consultadas, la maniobra de BMN tiene su antecedente en el fracaso de sus previsiones, cuando de la fusión fría se pasó a la integración total, obligada por la ley, y por la suma financiera de las cuatro cajas que formaban el grupo: Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedès y Sa Nostra. Creyó, entonces, poder sobrevivir en un mercado dominado por grandes grupos, pero lastrado, además, por los exigentes requisitos impuestos por Bruselas en el rescate bancario.

BMN se dotó de una amplia estructura en Madrid para dar imagen de banco y atraer a inversores. El desmantelamiento de los servicios centrales genera, ahora, incertidumbre sobre el futuro de la entidad y de los trabajadores de la antigua Caja Granada.

Ante la “opacidad” del banco, que denuncian los sindicatos, BMN figura en todas las listas de posibles absorciones ante la tardanza de su salida a bolsa –y desaconsejada, en el momento actual por el poco músculo-. Para ello, como en todos los procesos precedentes, las entidades suelen “aligerar” estructura y plantilla.

El escaso peso en el banco de la cúpula de la antigua Caja Granada, con Jara a la cabeza, acrecienta entre la plantilla de Granada el temor al futuro, como así ha demostrado la dirección granadina en los procesos de reestructuración que ha acometido la entidad.

Más cierres de oficinas reducen la presencia en La Alpujarra y Jaén

Antes del anunciado desmantelamiento de los servicios centrales, BMN informó hace meses del cierre de 8 oficinas en la Comunidad de Madrid ante la infructuosa gestión de venta de estas oficinas.

Pero en las oficinas que dependen de la antigua Caja Granada, el cierre continúa y se agrava, lo que afecta seriamente a Jaén y La Alpujarra, por lo deficitario del negocio, cuando en sus tiempos de caja de ahorros, era una prioridad posibilitar el acceso financiero en las zonas –se decía- donde la banca comercial no llegaba por su escasa rentabilidad.

En Jaén, lo que fue una prioridad de Caja Granada, esta semana se anunció el cierre de dos oficinas. Pero en La Alpujarra la sangría es mayúscula. Se cierran, nada menos, que cinco sucursales que se convierten en oficinas desplazadas –con días de servicio y horarios reducidos-.

La de Torvizcón, que se clausura, pasa a depender de la de Órgiva; la de Capileira, de la de Pitres; y la de Mecina Bombarón, de la de Cádiar. También se cierran las sucursales de Válor y Laroles, que pasan a depender de la de Ugíjar.

Denuncia del FROB

Además, el FROB envió recientemente a la Fiscalía hasta cinco “operaciones irregulares” detectadas en Caja Granada, Sa Nostra y Caixa Penedés que, estima, que generaron unos “perjuicios económicos” que se elevaban a unos “175 millones de euros”.

“La operativa analizada en dichos expedientes se basa fundamentalmente en operaciones de financiación y refinanciación para la adquisición de inmuebles o participaciones en sociedades, renegociaciones de préstamos con reducción de garantías y, en general, operaciones que han dado lugar a importantes pérdidas para las entidades y presenten indicios de irregularidad o no respondan a una finalidad económica lógica”, señalaba el FROB.

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