Miles de españoles mueren cada año por un consumo abusivo de esta sustancia del que, a menudo, ni siquiera son conscientes

El principal enemigo de la dieta es el azúcar. Los españoles que mueren cada año por abusar de él se cuentan por miles. Sólo a causa de la diabetes, que es la principal enfermedad, que no la única, provocada por el más goloso ingrediente, fallecen en nuestro país nada menos que 25.000 personas. La evidencia científica recomienda que su consumo se limite a 50 gramos al día, una cantidad que la Organización Mundial de la Salud ha rebajado a la mitad con el fin de contener la actual epidemia de obesidad y enfermedades ligadas a esta sustancia. Lo máximo que deberíamos tomar deberían ser, por tanto, 25 gramos, que son como cinco cucharadas de postre.

Es posible que le parezca poca cantidad. En realidad lo es, porque una simple lata de refresco ya son siete. Si la cifra le ha impactado, prepárese para la siguiente. Los españoles consumimos cada día una media de 71,5 gramos de azúcar diarios, casi el triple de lo recomendado por la OMS. Ese es el reto en los países occidentales. Ya no se trata de una cuestión de salud, sino de vida o muerte.

Cómo controlarlo

La relación de las personas con el azúcar no es algo reciente, sino que forma parte de la propia evolución humana. Los cavernícolas descubrieron pronto que un golpe de dulzor les aportaba la energía necesaria para afrontar la jornada diaria. Lo verdaderamente nuevo es el consumo desaforado de este ingrediente en las últimas décadas. En el siglo XVIII, cada europeo ingería unos cuatro kilos al año. En la actualidad, son en torno a 70, que proceden muchas veces de los «alimentos más insospechados, como el pan, la bollería y la comida preparada», según recuerda el médico nutricionista Javier Aranceta, directivo de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria.

El azúcar que consumimos surge, según detalla, de dos fuentes. Por una parte está el edulcorante natural propio de los alimentos, como el que contiene una naranja o la fruta en general; y por otro, el añadido, el que se utiliza como condimento en la elaboración de un producto. Azúcar añadido es el del bizcocho que preparamos en el horno de nuestra cocina y el de la lata de tomate frito que se adquiere en el supermercado. Éste es el que debe controlarse y no superar los 25 gramos al día, el llamado azúcar intrínseco.

La mayor parte del edulcorante extra de nuestra dieta está en la comida que se compra elaborada, los refrescos y la bollería industrial

El catedrático de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, Gregorio Varela Moreiras, recuerda que un azucarillo contiene como cuatro gramos de azúcar. Téngalo en cuenta antes de calcular el edulcorante extra que ingiere cada día. La lata de tomate frito de 300 gramos lleva unos 10 azucarillos (40 gramos); un yogur del llamado 0%, aparentemente sanísimo, 4 terrones. Yposiblemente lo peor, por lo que tiene de engaño:buena parte del azúcar moreno que se adquiere en el supermercado es en realidad azúcar blanco teñido con melaza para darle la tonalidad.

La autenticidad del producto puede comprobarla uno en su propia casa con un sencillo ejercicio. Intente derretir en agua un terrón de supuesto azúcar moreno. Si el líquido se tiñe de marrón, no lo dude, es el efecto del tinte de melaza. Algunos granos comenzarán a verse blancos. Lo ideal, para evitar líos, es adquirir azúcar integral de caña en comercios especializados y tiendas de confianza.

¡Es la guerra!

Estados Unidos fue el primer país occidental en declarar la guerra al azúcar, tras descubrirse lo letal de su dulzura. El resto del mundo siguió su estela. En el gigante americano, las alarmas saltaron cuando descubrieron que el exceso de peso se había convertido en solo veinte años (1980-2002) en un problema de salud que afectaba a uno de cada tres ciudadanos.

Es más o menos lo que ocurre hoy en España, donde sobrepeso y obesidad afectan ya a uno de cada cuatro españoles. La epidemia crece prácticamente al mismo ritmo que lo hacía en EE UU cuando se encendieron las luces rojas. A la vista de los resultados, las medidas que comenzaron a ponerse en marcha en 2013 con la estrategia pública NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) no parecen haber servido de mucho. España figura ya como el segundo país europeo al que más kilos le sobran, por detrás sólo de Reino Unido.

En el siglo XVIII, cada europeo consumía unos cuatro kilos de azúcares; hoy son 70

La ciencia viene advirtiéndolo desde hace años. La relación entre el consumo de este edulcorante y las enfermedades cardiovasculares no parece del todo clara, pero nadie duda de su relación directa en la aparición y desarrollo de diabetes, toxicidad hepática, dolor articular y caries dental, que no es un problema menor en una sociedad envejecida. «Todas estas enfermedades suponen para la salud humana un riesgo aún mayor que las infecciones», advirtió Naciones Unidas ya en 2011. «El azúcar resulta tan peligroso como el tabaco y el alcohol. Mata, pero mata lentamente», dijo.

Un estudio publicado en ‘Medicina Clínica’ por Javier Martín, jefe de Cirugía General del hospital Severo Ochoa de Madrid, ha puesto cifras al desafío. La obesidad y el azúcar causan tres muertos cada hora en España. En total, un 15% de los fallecimientos del país. Lo tiene claro: «Habría que eliminar las bebidas carbonatadas, que son la principal fuente de obesidad juvenil, y cambiar a los chavales la Play Station por unas botas de fútbol», aconseja el especialista. La salud no es un juego de niños. Ni de mayores.

 

FERMÍN APEZTEGUIA

 

A %d blogueros les gusta esto: