La científica Teresa Rodrigo (Lleida, 1956), una de las más destacadas investigadoras en el campo de la física de partículas e integrante de los equipos que descubrieron el Bosón de Higgs o el Quark, falleció el martes a los 63 años, ha informado la Universidad de Cantabria. Desde 2016 y hasta hace unos meses fue directora del Instituto de Física de Cantabria, un centro mixto dependiente de esta universidad y Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 

“Con la muerte de Teresa, desaparece una de las investigadoras más brillantes de la física de partículas en el contexto mundial y, sin duda, una de las científicas de gran relevancia de nuestra universidad”, ha asegurado Ángel Pazos, rector del centro.

Reconocida internacionalmente por su investigación en el ámbito de la física de partículas, su trabajo se desarrolló principalmente en experimentos de colisionadores de hadrones. Teresa Rodrigo fue la primera española que participó en experimentos punteros en el campo de las partículas elementales y en grandes instalaciones como la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), que opera el laboratorio de física de partículas más grande del mundo, situado cerca de Ginebra (Suiza). Allí dirigió uno de los equipos que hace unos años confirmó la existencia del Bosón de Higgs, la partícula elemental más buscada, que se cree podría dar forma a todo. Por eso es conocida como la ‘partícula de Dios’. Su existencia fue propuesta en 1964 por Peter Higgs, pero no fue confirmada por el CERN hasta 2013. Está considerado uno de los descubrimientos científicos más importantes del último medio siglo. Ella lideró el grupo de más de treinta investigadores del IFCA y de la Universidad de Cantabria que participó en el proyecto.

Además de en el CERN, Teresa Rodrigo trabajó en el Fermi National Accelerator Laboratory del Departamento de Energía de Estados Unidos, el laboratorio de física de partículas más importante del país. Allí destacó su trabajo en el experimento Collider Detector-CDF que llevó al descubrimiento del QuarkTop en 1995, otro hito en el campo de la física de partículas.

Entre los muchos reconocimientos que obtuvo a lo largo de su carrera destacan la medalla de plata de la Universidad de Cantabria, el doctorado honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el I Premio Julio Peláez a las Pioneras de las Ciencias Físicas, Químicas y Matemáticas.