¿Pero de qué pasta está hecha esta gente que se apropia de la bandera de todos para ponernos a todos en peligro? Debe ser excitante descubrir de mayor que existen las cacerolas y golpearlas

Hoy vuelve la pandemia a esta portada porque hay grupos reducidos de patriotas que han decidido poner en peligro la salud de la patria incumpliendo la ley. Al grito de «libertad, libertad» atentan contra la salud pública. ¿Dónde queda la libertad de no infectarnos los demás por su incivismo? Son pocos, es verdad, y salen en unas pocas calles de un par de barrios ricos de Madrid. Pero son los suficientes y lo suficientemente juntos para dinamitar el esfuerzo colosal que estamos haciendo los madrileños y el resto de los españoles, cumpliendo a rajatabla el confinamiento.

Un solo y primer contagio en Wuhan ha paralizado el mundo. ¿Habrán pensado en algún momento en los veintisiete mil muertos que llevamos a fecha de hoy? ¿En sus familias que no han podido despedirlos? ¿En los intubados ahora mismo en las UCI? ¿En los sanitarios que terminan largas y peligrosas jornadas de trabajo? ¿En los que han perdido el trabajo y hacen cola para pedir comida?

¿Pero de qué pasta está hecha esta gente que se apropia de la bandera de todos para ponernos a todos en peligro? Debe ser excitante descubrir de mayor que existen las cacerolas y golpearlas. Han tenido y tienen sus ventanas y balcones para manifestar libremente su opinión y las críticas al gobierno hasta desgañitarse. Pero solo quien desprecia profundamente al prójimo lo pone en peligro como estamos viendo en esas calles de Madrid.

¿Y qué hace el mando único ? ¿Qué ha hecho la Delegación del Gobierno? ¿Por qué lo tolera? ¿Cuál es el miedo?

Hoy sabemos mucho más que ayer, lo grave y traicionera que es esta pandemia. Hoy nadie puede alegar desconocimiento ¿A qué juega una parte del PP alentando movimientos que atentan contra la salud pública? ¿A lo mismo que jugaron instrumentalizando la guerra de Irak o las víctimas de ETA?

Torra ya tiene su versión madrileña. Díaz Ayuso le decía esta mañana a los radicales ‘apreteu’. «Esperen a que la gente salga a la calle – ha dicho – porque lo de Núñez de Balboa les va  aparecer una broma». Núñez de Balboa es la calle del Barrio de Salamanca donde más irresponsablemente hemos visto a la gente junta.

Muchos hemos recordado en esta horas a Antonio Machado cuando escribió: «en los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva».

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