Me publicó Ideal una carta en la que defiendo la idea de la España del abrazo frente a la del garrotazo. El espíritu de la Transición ha quedado hecho trizas y sustituido por el del odio.

 
El lenguaje político del Parlamento se está extendiendo a la calle en una peligrosa polarización. La idea totalitaria que implica el pensamiento “si no estás conmigo estás contra mí” está calando en la sociedad. Y nos estamos deslizando por una pendiente que puede conducir a la pérdida de libertad. Ese es el sentido de mi carta, que os cuelgo seguidamente junto a los dos cuadros que simbolizan , uno el espíritu de la reconciliación, y el otro, el del odio y el enfrentamiento:
 
 
Sr. Director de Ideal:  recientemente ha fallecido el pintor valenciano Juan Genovés. Si hay un cuadro que simboliza con mayor fuerza el espíritu de la Transición, ese es el titulado “El Abrazo”, pintado por el genial artista en 1976.
 
En él, sobre fondo claro, varios ciudadanos, todos de espaldas y vestidos en tonos marrones, se funden en un abrazo colectivo. Ubicado actualmente en la Sala Constitucional del Congreso de los Diputados, en palabras de su autor, este lienzo representa a “las miles y miles de personas que luchamos para que nuestro país no fuera diferente. Este cuadro representa la reconciliación de todos los españoles”.
 
Pues bien, 42 años después, parece que las nuevas generaciones de políticos, hijos y nietos de aquellos que habían luchado para traer una España mejor de la que habían heredado, se han empeñado en destruir ese espíritu de unidad y concordia. Lo hemos visto en el Parlamento estos días. En un momento en el que todos los políticos, dejando al margen sus ideologías, deberían haber estado más unidos que nunca, porque estaba en juego la vida de muchos españoles, han utilizado sin ningún escrúpulo la pandemia como trampolín de lanzamiento de sus ideas políticas.
 
Se han tirado los trastos a la cabeza y han cambiado cromos a cuenta de la prórroga del estado de alarma. Han aprendido muy poco del pasado que representa el cuadro de Genovés.
 
Se han instalado en el espíritu de la crispación y el odio, que se puede simbolizar por otro cuadro de Francisco de Goya, pintado en el siglo XIX, que encarna las guerras fratricidas de ese siglo y que se titula “Duelo a garrotazos”.
 
Pertenece a sus pinturas negras, y en él dos campesinos luchan, garrote en mano, a ver quién vence de los dos. Nuevamente, queremos retroceder al pasado, y en lugar de aspirar a que una España abrace a la otra, aspiramos a que la venza.
 
El espíritu de reconciliación ha quedado hecho trizas. Vuelven las dos Españas. “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón” ¿Recuerdan esta frase de D. Antonio Machado? Pues bien, para no repetir la historia, hay muchos ciudadanos, entre los que me encuentro, que lo que quieren es la España del abrazo. Y debemos exigir a los políticos que pongan todo su empeño y esfuerzo para lograrlo. De ello depende nuestro futuro en una situación económica tan delicada. 
 
Publicado en el facebook de José Vaquero Sánchez el 27 de mayo
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