El Consejo Escolar de Andalucía reclama más profesorado, desdobles y menos ratio para afrontar con garantías el próximo curso

El órgano de participación de la comunidad educativa andaluza emite un dictamen con una docena de propuestas para el próximo curso escolar, que se organiza con la incertidumbre de cómo afectará la pandemia a su desarrollo.

El curso que acabará a finales de junio ha obligado a hacer «un significativo esfuerzo» a docentes, alumnado, familias y personal de atención complementaria para hacer frente a una situación extraordinaria, «con la que nunca nos habíamos encontrado» y que exige «de la máxima colaboración» para afrontarla con éxito.

De ese diagnóstico parte el dictamen elaborado por el Consejo Escolar de Andalucía para plantear una serie de propuestas de cara al próximo curso escolar 2020-2021, que arrancará con «incertidumbre» debido a la incógnita sobre cómo evolucionará la pandemia. Son en total doce propuestas recogidas en un dictamen trabajado por la Comisión Permanente del órgano de participación de la comunidad educativa que incide en la necesidad de contar con más profesorado, reducir la ratio, establecer desdobles y contar con un presupuesto suficiente para garantizar las medidas necesarias para responder a cualquiera de los escenarios que se presente. 

Son medidas históricamente demandandas e imprescindibles ahora con la situación provocada por el Covid-19 

Son recetas que valdrían para cualquier otro momento y que han sido las más demandadas históricamente por la comunidad educativa, pero que se tornan imprescindibles en una situación tan complicada como la actual. El Covid-19 sacó abruptamente el curso de las aulas para instalarlo en los salones de los hogares y ha evidenciado carencias en el sistema educativo y lo que es más grave, acentuado la desigualdad en el alumnado, la que debe combatirse en la escuela pública.

Entre las medidas, los integrantes del Consejo Escolar que preside José Antonio Funes, proponen hacer, al inicio del curso escolar, «una evaluación exhaustiva» al alumnado para detectar las «lagunas» que se han producido durante el último trimestre de este curso, para diseñar el correspondiente plan de refuerzo. 

Recogen también las competencias digitales y la necesidad de «apostar por la incorporación más decidida de las TIC» y, muy relacionada con ello y tras la experiencia de este curso, «garantizar que todo el alumnado dispone de los medios que le permitan seguir adecuadamente el proceso educativo de forma presencial o a distancia». Al hilo de esa propuesta, el Consejo Escolar pone el foco en la necesidad de reforzar la Orientación y las tutorías, para detectar «situaciones personales complejas».

Un alumno, en tareas escolares en casa, durante el confinamiento. Foto: Europa Press

Son tres los escenarios que pueden vivirse en el próximo curso: «vuelta a una cierta normalidad si se encuentra respuesta sanitaria a la pandemia, un regreso condicionado por rigurosas medidas de prevención que dictarán las autoridades sanitarias y, como tercera opción y la menos deseable, la vuelta en algún momento del curso a un confinamiento severo«.

En las próximas semanas se discutirá mucho en torno a las medidas necesarias para afrontarlos. Para cualquiera de esos escenarios, el Consejo Escolar de Andalucía plantea en su dictamen, consultado por El Independiente de Granada, esta docena de propuestas:

1.- Realización al comienzo del período lectivo de una exhaustiva evaluación inicial para todo el alumnado, que detecte las lagunas que pudieran haberse producido durante el último trimestre del presente curso, incluyendo la competencia digital. Y, en función de los resultados obtenidos, realizar planes de refuerzo individualizados, de repaso o profundización, según cada caso. Este plan de refuerzo debería llevarse a cabo especialmente durante el primer trimestre del curso 2020-2021, con los oportunos apoyos y desdobles, contando con la plantilla suficiente, y concediendo a los equipos educativos y centros docentes la mayor autonomía posible.

2.- Reforzar los mecanismos de coordinación entre los equipos de los propios centros o de otros, para garantizar al alumnado una adecuada transición en el cambio de ciclo, etapa o de centro educativo.

3- Revisar y aplicar con flexibilidad el currículo, teniendo en cuenta la diversidad de centros y el análisis de sus equipos docentes, para, garantizando los aprendizajes básicos imprescindibles en todas las áreas, fortalecer las materias instrumentales y abordar otros contenidos de forma transversal, adaptándolo a los distintos escenarios que nos podemos encontrar y simplificando la burocracia.

4.- Organizar los grupos atendiendo a las prescripciones de las autoridades sanitarias y dotar a los centros de todos los medios necesarios para garantizar el trabajo en un entorno seguro, contando con los necesarios protocolos de actuación.

5.- Realización de un plan específico para el alumnado NEE (Necesidades Educativas Especiales) y NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo), que ha sufrido de forma más significativa esta situación de crisis sanitaria, con objeto de arbitrar las oportunas medidas en medios y personal y minimizar sus dificultades en el proceso de aprendizaje, asumiendo que es necesario mantener el apoyo educativo también en la educación digital a distancia.

6.- Generalizar y reforzar la utilización de las plataformas educativas que ya están en funcionamiento o implementación de otras, como un instrumento de trabajo cotidiano para profesorado y alumnado. Para ello será necesario mejorar las dotaciones tecnológicas de los centros para cubrir de forma suficiente las exigencias de la educación digital, presencial y a distancia, y apostar por la incorporación más decidida de las TIC.

7.- Asegurar desde el inicio de curso que todo el alumnado dispone de los medios que le permitan seguir adecuadamente el proceso educativo de forma presencial o a distancia. Dotarles a quienes lo necesiten, en forma de préstamo, de tablets o portátiles y del acceso a la red.

8.- Reforzar la Orientación y la acción tutorial en los centros, capaz de detectar situaciones personales complejas y ofrecer alternativas al alumnado y su familia.

9.- La experiencia de este curso nos obliga también a abordar los procesos de enseñanza aprendizaje considerando tanto la educación presencial como la digital a distancia. Se deben potenciar procesos de autoaprendizaje, de aprendizaje tutelado, el trabajo por proyectos o por ámbitos competenciales, interdisciplinares… Todo ello obligará a repensar la evaluación, que deberá abarcar todo el proceso y que, partiendo de los datos obtenidos en la evaluación inicial, debe ser una evaluación formativa.

10.- Establecer las medidas oportunas, teniendo en cuenta la diversidad de centros, para mantener el distanciamiento físico, a través, entre otras recomendaciones que pudieran adoptarse, de escalonar las entradas y salidas, reducción de ratios, horarios docentes flexibles, organización de los recreos, turnos de asistencia presencial o habilitando espacios en zonas de influencia para que pudieran servir como aulas provisionales.

11.- Dotar de herramientas formativas y de otra índole al profesorado, contando con los CEP, a las familias, a través de las FAMPA y Escuelas de Familias, y al alumnado para enfrentarse a las situaciones que abre esta nueva realidad educativa: Competencias digitales, gestión emocional, organización del trabajo autónomo, conciliación…

12.- En esta situación extraordinaria, instamos a las Administraciones competentes a la suficiente dotación presupuestaria para implementar las medidas que se adopten.

 

M.A. Domingo

FOTO: Imagen de archivo de un aula vacía

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