«En el laberinto de los libros olvidados: El recuerdo de Carlos Ruiz Zafón» por Maria Serra

“Pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón”.

Escribo estas palabras mientras escucho “La Flaca” de Pau Donés, miro con nostalgia los libros de Carlos Ruiz Zafón en mi estantería e intento asimilar la noticia de su fallecimiento. A los 55 años, por un cáncer.

En un mes en el que esta enfermedad se ha llevado a tres grandes artistas de nuestro país. Rosa María Sardá, que siempre nos alegraba con su carisma y ganas de vivir; Pau Donés, que nos transporta a nuestros mejores años con su voz y, ahora, Carlos Ruiz Zafón, quien nos hizo amar la lectura y vivir cada relato como si fuera un mundo nuevo.

Recuerdo mis primeros años en los que empecé a interesarme por la lectura y la escritura. Comencé, como todos, con libros que nunca llegué a terminar. Lecturas que no acabaron de interesarme y que, por desgana, iba amontonando en mi rincón de “no leídos”. Llegué a pensar que quizás aquello no era para mí, que tal vez en otra vida acabaría devorando libros, pero no en esta.

Hasta que llegó Marina. Un libro escrito por Carlos Ruiz Zafón en el 99 y que cuenta con aproximadamente catorce ediciones. Me enamoré del personaje y, sobre todo, de Barcelona (aún más). Si hay algo que Carlos Ruiz Zafón y yo tuvimos en común fue el amor por la ciudad catalana. En aquellos entonces yo necesitaba recordar mi ciudad, la echaba de menos y cualquier atisbo de nostalgia me reconfortaba. Así empezó mi amor por la lectura, y mi amor por Carlos.

La sombra del viento es, hasta ahora, mi novela favorita. El Cementerio de los Libros Olvidados se convirtió en una metáfora en mi vida y encontré mi pasión por la lectura, la creatividad y la imaginación.

Ya lo dijo el escritor argentino Adolfo Bioy: “Creo que parte de mi amor a la vida se la debo a mi amor a los libros”.

Carlos Ruiz Zafón ha sido un referente a nivel mundial, ha llegado a miles de corazones con sus historias y sus palabras. Su forma de escribir, describir y contar una historia es lo que hace tan especiales sus libros. El trasfondo, lo que hay detrás de cada relato, la sensación que te deja al acabar cada tomo…Hay miles de palabras en el mundo pero ninguna sería lo suficiente buena para describir lo que he sentido al leer sus libros.

“Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte”. Y no hay nada más bonito que alimentar el alma de sus libros. Compartirlos, de generación en generación. Que el alma de todas y cada una de las páginas siga viva.

Que las palabras nunca mueran y que los libros jamás desaparezcan. Leer es vivir.

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