Tras haber superado la desescalada y haber salido del estado de alarma iniciamos lo que se ha venido en llamar la “nueva normalidad” término absolutamente relativo pues ¿ qué es lo que es normal y qué no?.

Precisamente esta semana se ha desvelado uno de los misterios que tenía intrigados a los aficionados al atletismo, quién estaba detrás de la cuenta de twitter “@jokin4318” alias de Joaquín Carmona, todo un referente de la red social con 32.637 seguidores y quizás el más lúcido de los comentaristas del deporte rey desde junio de 2010 en que se unió a la red.

Sus tweets son todos muy interesantes destacando la cantidad de datos que ofrece, siempre con precisión y rigor estadístico; fotos y videos ilustrativos de la noticia que difunde; enlaces a otras páginas para ahondar en el tema; y además con gran prodigalidad del orden de 7 tweets por día.  Sin duda un enamorado del atletismo, la numeración de su alias es una declaración de intenciones, 4318 ha sido la plusmarca universal de 400 lisos que consiguiera Michael Johnson en el mundial de Sevilla 1999 hasta que fue batido por el sudafricano Van Niekerk en la olimpiada de Río con 43.03. Precisamente de este momento es la foto que ilustra su cuenta en la red del pajarito. 

Así si cogemos al azar cualquier día nos podemos hacer una idea de porqué se ha hecho un hueco entre los tuiteros más seguidos y respetados del país, por ejemplo, si nos vamos al 19 de febrero de 2020 encontraremos nueve tweets: en el primero nos da los enlaces para seguir la reunión de Lievin en Francia con las explicaciones pertinentes para seguirlo más fácilmente aportando también las listas de salida y resultados; más tarde sube varios tweets sobre lo más destacado de la reunión como la participación de Duplantis que aspiraba a batir nuevamente su reciente record universal de pértiga lo que le sirve para aporta una comparativa con Bubka sobre rachas de WRs en competiciones consecutivas y ahonda más en esta última noticia detallando los últimos concursos de Duplantis en los que atentó o batió el WR; la participación de Jesús Gómez en los 1500 incidiendo en su crono, qué lugar ocupa el mismo en su historial, en el ranking histórico o en la temporada, todo bien documentado. Algo similar hace con el meeting de Sabadell disputado estos días destacando a tres jóvenes valores en alza: el cuatrocentista Bernat y los mediofondistas Mirón y Mireya Arnedillo, de los que nos hace una detallada presentación que nos pone sobre la pista del estado de forma de los atletas y la valía de los mismos. Completa la jornada tuitera con la mención al reportaje que ha dedicado el diario AS a Yago Rojo, todos los tweets ilustrados con video o foto, utilizando una iconografía muy sugerente que agranda la información suministrada.  

En definitiva que siguiendo a Joaquín te pones al día de lo acontecido mundialmente en el mundo del atletismo de una manera amena y perfectamente documentado.  Esta operativa la podemos hacer cualquier otro día y el resultado sería similar.

Pues bien, la semana pasada se dejaron oír a varios conocidos influencers del mundo del atletismo preguntar por Jokin pues desde que se decretó el estado de alarma no había interactuado siendo su último tweet del día 15 de marzo en que nos presentaba un documental sobre el histórico Mariano Haro, “el león de Becerril”. Algunos empezaron a pensar en lo peor pues con la cantidad de personas que se han visto afectadas por el maldito coronavirus Joaquín podía encontrarse entre ellas.

Ninguno de sus seguidores que son legión tenía idea de dato personal alguno de Jokin, se especulaba sobre quién podría estar detrás del personaje, si Joaquín Carmona sería un pseudónimo. Entre los estadísticos nadie arrojaba luz sobre el misterio. Así que se empezó a preguntar por las redes por algún dato que permitiera tirar del hilo que nos llevara a saber sobre la situación de Joaquín. Un atleta aficionado de un barrio de la capital había escuchado a un conocido comentar algo de una persona peculiar que tuiteaba sobre atletismo, escribió a su amigo que está trabajando en un proyecto universitario en Italia y este puso sobre la pista al periodista deportivo Alfredo Varona. Había coincidido con Jokin en la Biblioteca Pública a la que acudía a estudiar, le llamó la atención que no se relacionaba con nadie, siempre pegado a su portátil, en alguna mirada furtiva había identificado que la temática en su pantalla era sobre atletismo. La curiosidad le llevó a preguntar a los funcionarios de la biblioteca por el enigmático personaje, le comentaron que solía acudir diariamente, siempre con el portátil, algunos decían que dormía en el parque próximo aunque luego pensaron que no pues lo habían visto trabajando de cartero.

Con estos datos Alfredo decidió acudir una tarde al parque indicado y ahí encontró a una persona cuya fisonomía coincidía con la foto de perfil de Jokin, entabló conversación con él y descubrió que efectivamente era él, era Joaquín Carmona, éste le contó que por circunstancias de la vida se veía obligado a vivir en la calle y a dormir        en           el parque. Le narró que había nacido en Zamudio en el seno de una familia desestructurada que no le pudo costear una educación a pesar de que era un alumno de sobresaliente. Con 18 años se vino a Madrid a buscarse la vida, trabajó en diferentes trabajos todos ellos con la precariedad como característica, con el tiempo montó un quiosco de helados cerca del Bernabéu, se volcó en esta actividad, le iba bien, tenía por fin un medio de vida suficiente y una positiva vida social. Según él, con malas artes del Ayuntamiento le cerraron el quiosco, de pronto vio desaparecer no sólo su medio de subsistencia sino toda su vida social, en la vida de pareja tampoco le había ido bien, todo ello le hizo tocar fondo y encerrarse en sí mismo. Los trabajos que desde entonces había encontrado eran esporádicos, alguna sustitución en Correos, echó cuentas y vio que no le llegaba para mantener un hogar o pagarse una habitación, decidió vivir en la calle y alargar el rendimiento de los haberes que conseguía en estos trabajos. Nunca ha mendigado, nunca ha tenido problemas con el alcohol o las drogas, tampoco con la Policía que en cambio sí se habían interesado en alguna ocasión por el origen del portátil en el que siempre estaba enfrascado.

Encontró en el atletismo una vía de escape, era su deporte favorito, intentó practicarlo de joven en su ciudad natal, sus circunstancias familiares y económicas le privaron de ello. Ahora con tiempo por delante dio rienda suelta a su pasión, de manera completamente autodidacta fue descubriendo las posibilidades de tweeter, durante el día se documentaba en la biblioteca sobre multitud de aspectos del atletismo para por la noche acercarse a la fachada de la misma donde cogía wifi y poder tuitear. Así durante 10 años hasta que la pandemia y el estado de alarma hicieron cerrar todos los organismos públicos, se quedó sin wifi y sin la posibilidad de tuitear.

Este era el misterio, el mejor con diferencia difusor de atletismo en España vivía en la calle y la falta de wifi público gratis lo había silenciado. Así de sencillo y desgarrador.

Desvelado el misterio toda la comunidad atlética se ha volcado en ayudarle a superar esta situación, se ha organizado un crowdfunding que en pocos días ha recaudado más de 30.000 €, le han ofrecido varios puestos de trabajo relacionados con su pasión y arte, su enorme potencial como community manager o similar no se puede desperdiciar.

Esta historia nos desvela que la normalidad o la nueva normalidad son términos relativos, esperemos que la nueva normalidad para Jokin le sea fructífera en su labor de difusión y propagación de nuestro deporte, todos los aficionados saldremos ganando.  

                      

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