El cole granadino con clases en el patio y ayuda de los papás pediatras para diseñar la seguridad

El colegio Fuentenueva ha elaborado un protocolo de seguridad que le permite seguir impartiendo su modelo de educación «cooperativa», para lo que ha contado apoyo de padres médicos o expertos en riesgos laborales

El protocolo del colegio Fuentenueva tiene 140 folios de extensión y más de dos meses de trabajo detrás, pero al final toda su filosofía se resume en cuatro ‘mandamientos’: distancia social, mascarilla, continuo lavado de manos y sentido común y disciplina para aplicarlos. El director del centro de la capital granadina, Luis Pinto Juárez, está orgulloso del trabajo que han han hecho los profesores para poder continuar el proyecto educativo «basado en la cooperación» y adaptarlo a las normas de seguridad que impone la pandemia del coronavirus.

«La sociedad coopera y nuestro modelo se basa en poner a prueba la diferentes inteligencias a partir de un proyecto común. Nuestros niños colaboran, no hacen el ejercicio de la página 23 sino que resuelven problemas entre todos«, explica

Un modelo educativo difícil de desarrollar en tiempos de coronavirus… pero no imposible. «El trabajo que ha hecho todo el claustro de profesores para que podamos mantener nuestro modelo de educación cooperativa ha sido un espectáculo, tenemos mucha suerte con estos profesionales», destaca el director.

En su protocolo para poder trabajaren equipo incluyen, por ejemplo, clases de distintas asignaturas que se imparten en el patio del centro, que se ha dividido por sectores y trabajos digitales a través de documentos compartidos por una plataforma virtual.

Luis Pinto, director del colegio Fuentenueva. / Ramón L. Pérez

Y como lo de cooperar y aportar lo mejor de cada uno lo llevan a gala en el colegio, también han sumado a los padres expertos en las materias que se escapan a los docentes a la hora de diseñar el plan de seguridad para este curso.

En este colegio tienen claro que «la administración llega hasta donde puede» y para no pararse y seguir recorriendo el siguiente trecho del camino hay que contar con toda la ‘tribu’ del Fuentenueva, que incluye a profesores y padres.

«Por suerte con 500 alumnos tenemos de todo entre los padres, pediatras, expertos en Riesgos Laborales, médicos… les hemos pedido ayuda y se han implicado para colaborar con nosotros en el diseño del protocolo«, apunta el director.

Los papás expertos han realizado aportaciones que han mejorado las medidas de seguridad para limitar al máximo el contacto, cambiando por ejemplo el emplazamiento donde se sirve el desayuno, o echándole ingenio y horas de esfuerzo para diseñar un comedor seguro «cuando no te puedes gastar tres mil euros en mamparas», que hubiera sido lo más rápido.

Otro detalle que corrigieron los papás expertos: Adiós a los percheros, los niños utilizarán el respaldo de la silla para evitar el contacto.

El trabajo y las ganas, no obstante, no pueden salvar todos los obstáculos, a la hora, por ejemplo de bajar el número de alumnos por aula como les gustaría.

«Tenemos espacios en el colegio que nos permitirían bajar las ratios, lo que no tenemos son profesores para poder desdoblar clases. El pasado año teníamos 26 docentes en plantilla y este año 25 y dos refuerzos covid de los que solo se ha incorporado uno. Además tenemos cuatro bajas de larga duración sin cubrir, lo que hace que los maestros trabajen saturados y limita la posibilidad de hacer horarios enriquecedores… Pero sobre todas las cosas tenemos un compromiso profesional muy fuerte para sacar esto adelante«, resume Pinto.

A pesar del coronavirus, en el colegio Fuentenueva tienen claro que van a luchar por mantener su modelo de educación coperativa: «La escuela pública la hacemos entre todos».

MERCEDES NAVARRETE

FOTO: La seño Patri marca a sus alumnos de segundo de primaria la distancia que tienen que guardar en la fila del patio. / Ramón L. Pérez

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