La Consejería de Salud ha puesto en marcha la campaña de prevención. Se dirige a mayores de 65 años, a personas con enfermedades crónicas, personal sanitario y embarazadas.

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ya ha puesto en marcha la campaña de vacunación contra la gripe. Se trata de una enfermedad que no plantea serios problemas de salud para la mayor parte de los ciudadanos salvo para determinados colectivos, a los que puede causar complicaciones que pueden llegar a ser graves. Para prevenir la gripe no sólo es importante la vacunación, también lo es la higiene en las manos y otros cuidados.
Los ciudadanos deben saber que la vacuna es un medicamento preventivo que inmuniza contra determinadas enfermedades. También es sumamente importante realizar un uso adecuado y responsable de los servicios sanitarios para evitar su saturación y facilitar su buen funcionamiento. Hay que hacer uso de las urgencias hospitalarias sólo en los casos en los que la gravedad sea extrema. Lo adecuado es pedir cita en tu centro de salud. Para resolver cualquier duda sobre cuestiones sanitarias, los ciudadanos tienen disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, el servicio Salud Responde, accesible con una simple llamadas al 902 505 060 o a través del correo electrónico (saludresponde@juntadeandalucia.es).
 ¿Quiénes se deben de vacunar frente a la gripe?
No todas las personas necesitan vacunarse. Sólo res recomendable para los siguientes colectivos:
1. Personas mayores o igual a 65 años de edad. Se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas.
2. Personas menores de 65 años que, por presentar una condición clínica especial tienen un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe o porque el padecer la enfermedad pueda provocar una descompensación de su condición médica:
– Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, incluyendo: displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.
– Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades metabólicas crónicas, incluyendo: diabetes mellitus; obesidad mórbida (índice de masa corporal igual o superior a 40); insuficiencia renal; hemoglobinopatías y anemias; asplenia; enfermedad hepática crónica; enfermedades neuromusculares graves o inmunosupresión, incluida la originada por la infección de VIH o por fármacos o en los receptores de trasplantes; enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras. En este grupo se hará un especial énfasis en aquellas personas que precisen seguimiento médico periódico o que hayan sido hospitalizadas en el año precedente.
– Personas que conviven en residencias, instituciones o en centros que prestan asistencia a enfermos crónicos de cualquier edad.
– Niños/as y adolescentes, de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetil salicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
– Mujeres embarazadas.
3. Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones
-Trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria; pública y privada. Se hará especial énfasis en aquellos profesionales que atienden a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos.
– Personas que por su ocupación trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables.
– Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o ancianos.
– Personas que conviven en el hogar, incluidos niños/as, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo, por su condición clínica especial (citados en el punto 2).
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