BAROMETRO DEL CIS: CONSECUENCIAS DE LA COVID-19 EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA por Maria Serra

Según los últimos datos publicados por el Centro de Investigaciones de Sociológicas (CIS), al 41,2% de los españoles le preocupa más los efectos sobre la salud que sobre la economía en la crisis de la COVID-19.

Así se confirman uno de los escenarios más polémicos en los últimos meses: el debate economía o salud. A pesar de que la mayoría de los españoles se muestran más preocupados por la salud, los partidos políticos del país siguen tomando medidas ajustadas a la economía y su entorno. La estructura en un país es un ciclo interdependiente en el que cada decisión supone una serie de consecuencias que afectan a toda una sociedad. La economía es un factor importante pero no se puede olvidar la prioridad a la hora de decidir sobre la vida de millones de personas. Frente a la opinión pública no puedes mostrar unas exigencias y responsabilidades que en la realidad quedan desmontadas por aquellos que las promulgan.

El 73,6% de los españoles piensa que se deberían tomar medidas más exigentes en cuanto a la situación de la pandemia y el 87,9% ve necesarias, además, reformas en la sanidad españolas a raíz de la crisis del coronavirus. Entre estas reformas se encuentran el aumento de las plantillas e infraestructuras, dedicar más recursos económicos y la coordinación entre comunidades autonómicas. La sanidad pública española y, en especial andaluza, dependen de un cambio radical y definitivo en una situación grave como la que estamos viviendo.

Muchos han sido los profesionales sanitarios que han marcado esta pandemia como el punto de inflexión y decisivo en el que reestructurar el sistema sanitario público. El aumento de recursos humanos y medios es un punto pendiente y central en el fallo sistemático que sufre nuestra sanidad. Todo ello va cargado con una carencia de fondos económicos e inversión, necesario para lograr el crecimiento y optimización del servicio a los ciudadanos. El cambio es posible, solo es necesaria la reivindicación y la voluntad política.

En cuanto a la posible vacuna de la COVID-19, el dato es preocupante: el 47% de la población española no estaría dispuesta a vacunarse frente al 36,8% que sí.

Muchas han sido las noticias que han saltado en estos últimos días sobre los avances en los ensayos clínicos de una futura vacuna. Las especulaciones son varias pero aún hay dudas y vacíos que quedan por aclarar en cuanto a esa vacuna, su distribución y ejecución.

El CIS además informa que el 69,3% de los ciudadanos consideran que la lucha contra la pandemia debería hacerse “en colaboración” entre el Gobierno de España y el Gobierno de las comunidades autónomas. Uno de los grandes déficits en la gestión de esta pandemia ha sido la falta de coordinación entre las comunidades y el gobierno central.

Lo cierto es que a pesar de la situación excepcional, España es un país descentralizado y ya debería de existir esa colaboración entre mandatos. La crisis del coronavirus ha vuelto a poner así en evidencia el sistema burocrático y organizativo de España. Uno de los pasos más importantes para el control de la llamada “curva” es la comunicación y coordinación de todo el territorio en conjunto. Los medios de comunicación no pueden ser un escenario de especulación entre la clase política.

Respecto a la educación, el 35,7% considera que la enseñanza de los niños y niñas durante la pandemia debería ser una mezcla de clases presenciales y online, frente al 38,9% que apuesta por un plan completamente presencial. La educación pública es otro de los grandes retos que ha tenido que afrontar nuestro país. La falta de recursos y medios ha supuesto el problema principal en la coordinación de los planes educativos. Cada día, docentes se enfrentan a escenarios desconocidos que deben tratar con recursos e infraestructuras ilimitadas. De nuevo, las preferencias de un país no empiezan por la educación.

Muchos han sido los temas que la crisis del coronavirus ha puesto sobre la mesa, los españoles se han enfrentado y siguen enfrentándose a situaciones excepcionales, tanto en su vida personal como profesional. Todo ello supone consecuencias psicológicas, mentales y físicas que se acentúan con el tiempo y con el cansancio de una pandemia mundial. El 79,3% de los españoles considera que la COVID-19 ha tenido efectos en la salud emocional de “todo tipo de personas”. A veces el problema no es solo económico, no podemos olvidar que seguimos siendo personas y lo que el coronavirus se está llevando es mucho más que nuestro tiempo.

OPINIÓN VERSADA EN EL ESTUDIO DEL CIS QUE SE PUEDE LEER EN EL SIGUIENTE ENLACE:

http://datos.cis.es/pdf/Es3298sdMT_A.pdf

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