Mis hijas fueron asesinadas por su padre y nadie las protegió

Las hijas de Itziar Prats Fernández fueron asesinadas en 2018 y desde entonces, lucha para que el Estado reconozca su responsabilidad por no protegerlas. Es Cofundadora del Proyecto Educativo y Social «El latido de las mariposas depende de nuestra actitud», que busca visibilizar la violencia de género

Hace ya dos años que Nerea y Martina no juegan con sus amigos y amigas, ni van a aprender al colegio. Tampoco abrazan a su familia, ni leen un cuento antes de dormir.

Sus corazones dejaron de latir el 25 de septiembre de 2018 como consecuencia de un acto de violencia extrema.

Estos son algunos de los derechos de la infancia que ni a ellas, ni a muchos niños y niñas se les reconocen en el siglo XXI en un país desarrollado, que es el nuestro, España. Creo que ya es hora de cambiar esta situación (ya debíamos haberlo hecho).

A todas las personas se nos ponen los pelos de punta cuando sufre un niño o una niña y haríamos lo que fuera preciso en ese momento para evitarlo.

Si esto es así, prácticamente de forma universal… ¿Qué es lo que ocurre cuando ese daño se produce en el ámbito familiar? ¿En estas situaciones desaparecen los derechos de la infancia pasando a ser prioritarios los del familiar y en particular los del progenitor?

Yo denuncié actos violentos que no se tuvieron en cuenta, o no se consideraron peligrosos, a la hora de valorar el riesgo que podían provocar. Me sigo preguntando, ¿si en lugar de ser su padre quien las amenazaba, si hubiera sido alguien extraño, se hubieran tomado las mismas medidas? Y siempre acabo respondiéndome lo mismo, NO. Nerea y Martina fueron asesinadas por su padre y no se las protegió.

Es nuestra responsabilidad y la de la administración proteger a la infancia. El sistema que estamos utilizando no funciona y la única forma de solucionarlo es admitiendo que las cosas no las estamos haciendo bien. Tenemos la prueba de ello cada día. Por desgracia se suceden casos de violencia en la infancia que podrían haberse evitado. Debemos poner los medios y actuar para que frene la violencia, independientemente de que medie una relación familiar.  La violencia no es gratuita y trae graves consecuencias.

Nerea era extrovertida y se explicaba como un libro abierto. Si alguien se hubiera dignado a preguntarle habría respondido que era ella quien protegía a su hermana cuando estaban con su padre

He escuchado desde hace años las recomendaciones del Defensor del Pueblo en referencia a que un maltratador no puede ser un buen padre. Sin embargo, no se actúa frente a esta situación. Cuando murieron Nerea y Martina había una ley vigente que debía contemplar el riesgo de letalidad de las víctimas y no se aplicaba. Tuvieron que morir ellas y pasar seis meses para que se modificara su aplicación, vigente desde 2014, ¡cuatro años antes!

Y esto no es lo peor, lo peor es que se siguen produciendo situaciones de violencia porque no se tiene en cuenta a lo más importante que son las niñas y los niños que sufren violencia.

A Nerea y Martina nadie las escuchó, Nerea era extrovertida y le faltaban dos meses para cumplir siete años. Se explicaba como un libro abierto y sin ningún tipo de filtro. Si alguien se hubiera dignado a preguntarle habría respondido con toda naturalidad las situaciones que vivía y cómo era ella quien protegía a su hermana pequeña cuando estaban con su padre, entre otras cosas…

No puedo entender cómo no se reacciona ante situaciones así, que se repiten cada día y se obliga a niños y niñas a estar con quien les hace daño. Tan responsables son las personas que ejercen la violencia como las que silencian estas situaciones y mucho más cuando la responsabilidad recae en la administración como órgano máximo de protección del ciudadano.

Que el órgano competente en protección a la infancia, como puede ser la fiscalía, desoiga y ni se interese por la opinión de quienes protege dice mucho de él. La administración está para proteger a la infancia y deben actuar de la forma más rápida posible para que los efectos de esta violencia sean los mínimos posibles. Los niños y las niñas tienen que tener su propia valoración y sus propias medidas de protección justamente para eso, para que estén protegidos realmente.

No se puede permitir que personas anónimas se impliquen más en la protección de la infancia víctima de violencia y sean capaces de organizarse sin los medios necesarios y que la organización encargada de ello les ignore.

Necesitamos medidas urgentes en la protección a la infancia.

Itziar Prats

 

foto: El proyecto «El latido de las mariposas depende de nuestra actitud» busca visibilizar la violencia de género.

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