«Sobre los Molinos Harineros y otras historias mágicas» por Juan Carlos Garcia de los Reyes

Se trata, en efecto, de una bellísima publicación en la que, con un lenguaje cercano y envolvente, Inmaculada Camarero Castellano (Doctora en Filología Árabe) nos acerca al mundo de la molinería mediante la consideración de numerosas fuentes árabes

MIS VÍNCULOS MÁGICOS CON LA AUTORA: Sabía desde hace algo más de un año que tenía una joyita en mi ordenador, una publicación sobre los molinos harineros de Al-Ándalus, pero nunca hasta estos días había encontrado el suficiente sosiego para ahondarme en su lectura. Para disfrutarla mucho. Y no solo porque su temática me interesaba, no en vano poseo un antiguo (y bellísimo) molino harinero en un encantador paraje de las montañas de Andalucía, sino porque con su autora me unen desde hace una década unos vínculos especiales de amistad y de afecto.

Mi camino y el de Inmaculada se toparon cuando paseaba una tarde por las callejuelas de la ciudad vieja de Montevideo y gracias a los hilos mágicos del destino me adentré en una librería algo anodina y la persona que la regentaba, Gustavo Guarino, al adivinarme andaluz, tuvo la necesidad imperiosa de contarme una bella historia llena de generosidad y de bonhomía. La historia de un tal Jacobo Camarero, a la sazón el padre de Inmaculada… Y de esa manera sorprendente empezaron a tejerse nuestros vínculos de amistad. https://granadablogs.com/gr-arquitectos/2009/12/25/hoy-quiero-contaros-una-bonita-historia/

Desde entonces nos hemos cruzado varios correos y alguna llamada, aunque ha sido mi blog, este blog, el que nos ha servido de nexo virtual… pero aún quedaba pendiente entre nosotros conocernos personalmente, algo que antes o después iba a suceder. Y ese día fue precisamente hace algo más de un año cuando, viajando por mi tierra con su familia, Inmaculada me propuso una visita fugaz. Y nos encontramos precisamente en mi amado Molino de San Antonio (Ferreira, Andalucía. España)

Fue verdaderamente entrañable poder saludarnos personalmente, y para sorpresa de ambos supimos de nuestra pasión por los ingenios hidráulicos y por eso me habló, orgullosa, de su publicación Los Molinos Hidráulicos de Cereales en Al-Ándalus. Un nuevo requiebro de la vida… ¡Lo que son las cosas! Así que ahora entenderéis por qué me he demorado tantos meses en adentrarme en esta publicación, hasta encontrar un momento de paz verdaderamente propicio. Y así, al fin, en los primeros días de este nuevo 2021, al calor del hogar de mi molino, pude adentrarme y deleitarlo.  

EL LIBRO “LOS MOLINOS HIDRÁULICOS DE CEREALES EN AL-ANDALUS”: Se trata, en efecto, de una bellísima publicación en la que, con un lenguaje cercano y envolvente, Inmaculada Camarero Castellano (Doctora en Filología Árabe) nos acerca al mundo de la molinería mediante la consideración de numerosas fuentes árabes (jurídicas, agrícolas, de buen gobierno, histórico-geográficas y técnicas), arrojando una luz esencial sobre los aspectos sociales, económicos y técnicos de los molinos andalusíes.

Dado que está publicado online y es descargable gratuitamente os facilito su enlace: https://issuu.com/juaneloturriano/docs/molinos_hidraulicos

Se trata de una edición de la prestigiosa Fundación Juanelo Turriano, empeñada en la promoción y difusión del estudio histórico de la Técnica y de la Ciencia en sus diversas vertientes, con especial énfasis en la Historia de la Ingeniería. Aprovecho para compartiros su enlace, y yo destacaría de ella, entre sus múltiples actividades, sus publicaciones digitales y los prestigiosos galardones que auspicia: el Premio Internacional García-Diego a la investigación (al que corresponde esta publicación) y el Turriano ICOHTEC Prize: https://www.juaneloturriano.com/

INMA PORTADA 1

autor de la portada GERMÁN PELLECÍN

DIÁLOGANDO VIRTUALMENTE CON INMACULADA: Y para animaros, he pensado compartiros algunas de las muchas preguntas y respuestas que podréis descubrir al adentraros en su lectura:

– ¿CUAL ES EN REALIDAD EL ORIGEN DE LOS MOLINOS HIDRÁULICOS ANDALUSÍES? Para su estudio ha sido imprescindible remontarse al momento en el que estas máquinas aparecen por vez primera en la historia, para así comprender el motivo por el cual surgen en nuestra Península. Los ingenios molinares están presentes entre nosotros desde que los romanos conquistan Hispania. Tras el período visigodo, en el que la industria molinera cae en un período de letargo, los musulmanes recuperan esta actividad hasta convertirla en unos de los pilares fundamentales para la economía y la sociedad andalusíes.

Si bien tomaron como base los antiguos ingenios de rueda vertical que se encuentran en ríos y arroyos, con el fin de molturar los cereales y, a través de esa transformación, dar alimento a la multitud de población que se instala en lo que a partir de ahora será Al-Ándalus. Pero que convivió con clase de molino accionado por una rueda horizontal o rodezno (que aparentemente proviene del norte de Europa) que es el que mejor se adapta a los caudales andalusíes, no muy abundantes ni constantes.

– ¿Y CÓMO ERA EN REALIDAD LA VIDA EN UN MOLINO? La proliferación de los molinos hidráulicos en Al-Ándalus fue muy rápida y eficaz, como pone de manifiesto la existencia de toda una práctica reguladora en relación no sólo de los contratos establecidos para su explotación, sino de las reglas que incumben a la administración del agua, a la preferencia de su uso entre molineros y agricultores, a la localización de los molinos dentro del sistema hidráulico y a las relaciones conflictivas con los agricultores, madereros, vecinos colindantes y otros molineros con los que se comparten los mismos intereses.

Además, a través del estudio de los textos legales, se han podido conocer muchas de sus características como los tipos de molino, el modo de captación, conducción y apresamiento del agua, los materiales usados para su construcción, los utensilios necesarios para la molienda, los elementos que conforman la maquinaria, la vestimenta de los molineros, los espacios que rodean al edificio molinar y las otras dependencias que se construyen, como establos, corrales, almacenes, techados y zonas de carga y descarga… O incluso lo que cobraba el molinero, cuáles eran sus clientes, sus costumbres, sus responsabilidades y sus fraudes más comunes.

También, otras fuentes relacionadas con la agricultura andalusí (tratados, calendarios, u obras sobre la alimentación), informan sobre el tipo de granos que se molturaban en los molinos andalusíes.

Del mismo modo que las fuentes histórico-geográficas andalusíes han permitido conocer la expansión de los molinos por el territorio y su pervivencia, siendo la época nazarí, como explicó el gran Ibn al-jatib, la más destacable desde el punto de vista de la actividad molinera, ya que en Granada llegó a haber una cantidad de molinos considerable, que superaba “los ciento treinta, los cuales molían dentro y fuera de sus murallas”. Algunos de ellos eran anteriores a dicho período, pero otros fueron de nueva creación, ante la necesidad de alimentar los nuevos habitantes del reino, al congregarse en él la población andalusí de los territorios conquistados y esto se reflejará en la industria molinera, que irá en alza.

Como también para el conocimiento integral de la molinería en esa época han sido esenciales otras fuentes cristianas inmediatamente posteriores a la conquista (los libros de repartimiento, los apeos, los fueros y las ordenanzas). Y, cómo no, los numerosos estudios especializados realizados en época reciente por arqueólogos, historiadores, o etnólogos, permitiendo completar una visión que hasta ahora aparecía fragmentada u oscura… Es decir, completando una perspectiva pluridisciplinar.

MOLINO EXTERIOR

– ¿NOS ACERCAS A LOS PRINCIPALES ELEMENTOS QUE CONFORMAN A LOS MOLINOS? En los molinos de rueda horizontal (Rodezno), los más numerosos, se pueden destacar los siguientes elementos:

  • La acequia, construida con argamasa fuerte y mampostería, que ha pervivido hasta la actualidad. Esta conducción artificial será en la mayoría de las veces el único canal que lleva el agua hasta los molinos, al mismo tiempo que riega las huertas colindantes, siendo permanentemente citada por los juristas en relación a los conflictos generados por esta causa.
  • La presa o azud, cuyo cometido es el de retener el agua para luego dejarla salir reconducida por medio de caces hasta donde está ubicada la rueda hidráulica. Es tan importante su función, que no se permite el arrendamiento de un molino de rodezno, si no va acompañado de este tipo de presa, que viene a ser como una especie de “seguro”.
  • El cubo, cuyo uso es primordial en los molinos por el hecho de que acumula, da fuerza y dirige el agua hasta la rueda hidráulica. En la mayoría de los molinos andalusíes, al tener solo una muela, disponían igualmente de un único cubo ya que es el responsable del movimiento del rodezno que, a su vez, mueve la piedra molinera.
  • El establo, se trata de una construcción exigida, con el fin de albergar a los animales de carga del molinero para hacer el servicio del acarreto del grano y la harina a sus clientes.
  • Las muelas en tierras musulmanas son mucho más pequeñas que las utilizadas en los molinos cristianos, van a conservar su tamaño hasta el final, alcanzando únicamente el medio metro de diámetro, menos de la mitad de lo que alcanzaron aquéllas. Así pues, como la cantidad de cereal molturado está en relación con las dimensiones de la muela, en la época andalusí debía haber muchas industrias molinares instaladas en los cauces para contrarrestar la poca cantidad de harina resultante de estas muelas pequeñas.
  • La zona reservada para la carga y descarga de las bestias, tratándose de un lugar techado o arbolado destinado únicamente a esta finalidad, donde los clientes ubican y atan al animal y pueden manipular los sacos con comodidad y seguridad. Podría tratarse de un lugar empedrado y cómodo alrededor del edificio molinar donde también podría estar destinado al atado de las bestias en un lado de la fachada.
  • La vivienda del molinero, generalmente situada en el piso de arriba del edificio molinar.
  • Las zonas cultivadas anexas al molino para el autoabastecimiento del molinero y su familia y otras arboladas anexas al sistema hidráulico. Ambas imprescindibles ya que, gracias a los cultivos, la familia se puede alimentar con sus propios recursos y, debido a su arbolado, la zona sombría y fresca que ofrecen resulta apropiada para el atado y estacionamiento de los animales de carga.
  • Las zonas de pasto, como lugares de uso del molinero para sacar a pastar los animales, operación que, con toda probabilidad, haría su familia y no él, a no ser en momentos de parada de la actividad molinera.
  • Y respecto de la ubicación de los edificios molinares, se constata que no hubo ningún impedimento legal para que los molinos andalusíes ocuparan un lugar determinado a lo largo del curso de agua,          siempre y cuando tuvieran en cuenta el menor perjuicio posible a los otros usuarios del sistema, como eran los hortelanos, los vecinos colindantes y otros molineros.

INMA CROQUIS

autor de los croquis JUAN DE NASCIMENTO CAMARERO

¿Y QUÉ NOS DIRÍAS SOBRE EL PROCESO DE LA MOLIENDA Y SUS PROTAGONISTAS? En el proceso de molienda la limpieza del grano se hacía tanto en la era como en el molino en donde, en ocasiones, se contrataba a un asalariado sólo para este cometido. Además de este trabajador, estaban otros especialistas como el garbillador de adárgama y el acemitero, los cuales hacían harinas especiales, además del picador de muelas, quien era contratado cuando el molinero no podía o no tenía tiempo para hacerlo él mismo.El almotacén era el que tenía que vigilar que todo el molino funcionase dentro de la legalidad, siendo el encargado de inspeccionar los pesos y medidas, de que la maquinaria estuviera bien equilibrada, sin roturas ni ranuras por donde se perdiera el grano o la harina, de que la muela estuviera bien picada y no muy reducida por el uso, de que el grano no se molturara después de haberla picado ni que al echarlo en la tolva se mezclara con la de los otros clientes, ni tampoco de que fuera molido con sustancias de otra naturaleza o que estuviera mal cribado. O que se pesara el grano antes y después, una vez hecho harina, para que coincidieran los pesos y, si esto no ocurría, obligar al molinero a completar la medida con su propia harina. Sin embargo, estas normas eran infringidas continuamente, a tenor de los muchos y variados fraudes que se relatan en las obras de “buen gobierno”

Respecto de la clientela de los molinos, hay que resaltar que, frente a lo que sucedía en territorio cristiano, en el reino nazarí ninguna persona estuvo coaccionada para ir a un determinado molino, sino que, por el contrario, se disfrutó de libertad para elegir el más cercano a su hogar o a su tierra o el que más le conviniere por otra causa. Los clientes asiduos, según los tratados jurídicos, eran los particulares, los asalariados, los panaderos, los comerciales y los agricultores, quienes estaban obligados a molerle el trigo al dueño de la tierra para el cual trabajaban.

Y, cómo no citar a la cantidad de maquila, que en concepto de sueldo tenía que cobrar el molinero. La discusión de la época se centraba en admitir que el molinero no sólo tomara una parte del grano, que era lo habitual, sino que también pudiera cobrarse en harina o en dinero.

En esa época hubo tal perfeccionamiento en los procesos de arrendamiento de molinos que contribuyeron al desarrollo económico de al-Ándalus y al bienestar y progreso de la sociedad andalusí. Los contratos de arrendamiento de molinos solían comenzar especificando el tipo de molino que se trata, o sea, si es vertical u horizontal, así como su ubicación, es decir, si está en la ciudad o en una zona rural y sus límites. tras esos detalles, se citan las dependencias de que dispone y así como los elementos necesarios para el buen funcionamiento, a saber, el azud, la acequia, los canales, la sala del molino, el alfarje, las piedras, los almacenes….

MOLINO INTERIOR

Y, PARA FINALIZAR ¿NOS CUENTAS ALGO SOBRE LA MALA FAMA DE LOS MOLINEROS? En cuanto a los fraudes que con asiduidad y normalidad realizaban los molineros a sus clientes, la documentación analizada constata que las irregularidades más comunes eran las de mezclar o sustituir el trigo de calidad superior por uno inferior; sustituir con agua parte del grano y, con ello, dar menos cantidad de harina; mezclar el grano con todo tipo de sustancias que, entre las citadas se encuentran huesos de sepia, algas y tierra e, incluso, huesos humanos y, por último, moler el grano después de haber sido picada la muela, con lo que, al mezclarse con la arenisca que había salido de ella, se conseguía un mayor peso. también, como se decía anteriormente, se robaba un poco de la mercancía de todas las maneras posibles. en casi todas las anécdotas recogidas, la constante es la de no pesar el grano al entrar al molino, con lo que el molinero se aprovecha para hacer todo tipo de artimañas y entregar menos cantidad de harina. Al no concretar el peso, el cliente no puede reclamar, aunque sepa a ciencia cierta que le han estafado. Sin embargo, a pesar de esta vigilancia, los abusos formaban parte de la actividad diaria del molinero y ninguna autoridad impidió de forma tajante la pequeña sisa, el agua añadida, la mezcla con impurezas ni la falta del pesado.

En fin… Espero que este texto os haya abierto la curiosidad por adentraros en el mundo de los molinos hidráulicos harineros, y os deseo una feliz lectura de esta publicación. Y a Inmaculada le mando un cálido abrazo y media docena de besicos. ¡Hasta pronto!

JC INMA CAMARERO

 
                                                                       INMACULADA CAMARERO CON EL AUTOR DE ESTE ARTÍCULO JUAN CARLOS GARCIA DE LOS REYES
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