«España cerró la frontera y la policía marroquí nos devolvió al otro lado a 50 refugiados sirios»

Delegación del Gobierno en Melilla confirma que España cerró su frontera con Marruecos este jueves ante la aglomeración de sirios.Las mismas fuentes aseguran que 20 sirios entraron en España tras el cierre, pero varios testimonios afirman que eran muchos más: «Los marroquíes vinieron a por nosotros, pegaron incluso a los niños, y nos encerraron en el calabozo». «La policía española cerró la puerta y abandonó a los sirios entre Marruecos y España», dice Ahmed, quien afirma haber estado arrestado durante 20 minutos

Creían haberlo conseguido. Este jueves decenas de refugiados sirios lograron sortear el control marroquí que cada día bloquea su paso a Melilla. Decididos, continuaron su camino hacia el lado español sin ser conscientes de un nuevo obstáculo: ante la «aglomeración de personas», la policía española reaccionó cerrando su frontera. Según varios testimonios recabados por eldiario.es, la policía marroquí apareció de nuevo cuando los solicitantes esperaban en la zona intermedia entre ambos países: «Vinieron a por nosotros, pegaron incluso a los niños, y nos encerraron en el calabozo».

Ahmed escribe desesperado desde el otro lado de la frontera. Aún no se cree haber estado tan cerca de conseguir aquello que intenta desde hace más de dos meses. La razón por la que su dinero se ha agotado, el objetivo por el que malvive en los alrededores de la frontera española: llegar a España para pedir protección internacional en Europa.

Eran alrededor de las 11:45 horas. Cerca de un centenar de refugiados sirios volvían a intentarlo de nuevo. Después de traspasar el paso marroquí que bloquea cada día el paso a España a cientos de refugiados sirios, el paso melillense quedó clausurado frente a ellos. «La policía española cerró la puerta y abandonó a los sirios entre Marruecos y España», relata Ahmed, quien asegura haber estado presente en este intento de entrada, haber sido devuelto a Marruecos por la policía alauí y retenido «durante 20 minutos» en los calabozos de la comisaría de la frontera junto a decenas de solicitantes de asilo.

«La policía marroquí nos pegaba, golpeaba hasta a los niños… E impidió que entrásemos después de que España cerrase la puerta. Nos arrestaron a todos nosotros», cuenta el joven sirio horas después del intento. «Entramos en la prisión de Beni Enzar [el paso fronterizo] y luego nos soltaron», explica Ahmed desde la ciudad de Nador.

La Delegación del Gobierno en Melilla ha confirmado a eldiario.es que las autoridades españolas ordenaron el cierre de frontera el pasado jueves. «Había mucha gente agolpándose para entrar en la parte peatonal del paso, por lo que se cerró durante un par de minutos», asegura un portavoz de la institución. «Se pudo observar que muchos de ellos eran sirios. Cuando cesó la aglomeración estas personas entraron sin problema», indica. 20 refugiados sirios pasaron a Melilla, según las mismas fuentes.

Desde el otro lado, varios refugiados consultados por este medio citan a estos 20 sirios a los que la policía española permitió la entrada a Melilla. Pero no eran todos, insisten. «Pasaron los que estaban delante, pero cerca de 50 o 60 personas no logramos pasar porque después de que cerrasen la frontera, los marroquíes vinieron a por nosotros», detalla Mahmoud, quien está punto de cumplir su segundo mes en los alrededores de la barrera hispano marroquí junto a sus dos hijos menores. Teby, al día siguiente, narra la misma historia, las mismas cifras: «Nos llevaron a todos a la comisaría. Eramos cerca de 50 sirios, la mayoría eran mujeres y niños», sostiene.

«¿Habéis visto como España evita que entréis?»

Preocupado, Ahmed pregunta si es cierto aquello que, explica, le repiten una y otra vez los policías marroquíes. «En comisaría un oficial nos dijo: ‘¿Habéis visto como España evita que entréis?», cuenta el joven procedente de Damasco. Siempre nos dicen que, si no podemos entrar, es por culpa de el Gobierno español. Aseguran que tienen órdenes del Gobierno español para que los sirios no entren».

Y no se lo explica. «Estoy cansado y esta es la verdad de lo que ocurrió. Por qué España no se pone de acuerdo con Marruecos para dejar pasar a los sirios. Por qué España presiona a Marruecos, sabiendo que los sirios no vamos a ser una carga porque nos queremos ir a otros países: Alemania, Bélgica, Suecia…», critica el chico procedente de Damasco.

Lleva más de dos meses en Marruecos y está perdiendo la paciencia. «Aquí siento que no tengo dignidad…», reconoce el joven. Abandonó su país en 2014, «después de finalizar los estudios de Ingeniería y el servicio militar», recuerda desde un hostal en la ciudad de Nador. Como muchos de los jóvenes que han huido de Siria, Ahmed decidió emprender su camino hacia Europa para evitar luchar como soldado en la guerra civil que ha acabado con la vida de cerca de 250.000 personas. Con 21 años, decidió iniciar solo el viaje migratorio. «Mi familia no está conmigo».

La ruta de Ahmed es la más común entre los refugiados sirios que optan por entrar a Europa a través de Melilla: desde Siria viajó a Argelia cuando este país no les exigía visado -en febrero su gobierno comenzó a solicitarlo-. Allí trabajó durante «un año y ocho meses» para obtener el dinero necesario para migrar a territorio europeo. Pero sus ahorros se agotan. «Muchos sirios ya no tenemos dinero. Yo puedo dormir bajo un techo porque hay gente que me lo paga. Y los que tienen dinero empiezan a volver a Siria», asegura.

Cientos de ciudadanos sirios están bloqueados en Marruecos , como ha podido comprobar eldiario.es en Nador y Melilla. Los refugiados aseguran que, sin dinero con el pagar a los traficantes que se les acercan cada día, «es muy complicado» acceder a la protección internacional que España les promete en las oficinas de asilo creadas en la frontera para este fin este año.

A su vez, los obstáculos impuestos a su entrada a Melilla están provocando la división de decenas de familias a ambos lados de la frontera hispano – marroquí. Para lograr pasar, los refugiados intentan atravesar el control marroquí cada día de diversas formas. Los que no tienen dinero con el que pagar un pasaporte falso marroquí a los traficantes, tratan de vestirse con ropas similares a las de la población local para aparentar ser residente de la ciudad de Nador y, así, poder cruzar el paso fronterizo a la ciudad autónoma española. Pero muchas veces logra pasar una parte de la familia mientras que otra se queda atrás.

Ahmed escogió esta ruta para evitar los peligros de cruzar el Mediterráneo, pero desde hace semanas ronda por su cabeza la idea de intentar llegar a la ciudad autónoma en patera. «Luego sienten misericordia por los refugiados sirios que arriesgan su vida viajando desde Turquía a Grecia, pero no nos dejan pasar de Marruecos a Melilla».

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