El bar que le dio nombre a LA CALETA de Granada

El establecimeinto, hoy desparecido, cambió la denominación que se le daba a la zona desde época musulmana

La Caleta de Granada es una de las zonas que más cambios urbanísticos ha sufrido a lo largo de su historia. Construcción y derribo de edificios, nuevos y viejos hospitales o puntos de encuentro de la sociedad granadina han escrito la historia de esta zona de Granada.

Punto de salida de Granada hacia la zona norte y Málaga. Los antiguos tranvías de Granada pasaban por allí. Los actuales también lo hacen. Esta parte de la ciudad era hace 50 años uno de los centros neurálgicos de la urbe, aunque apartada del centro. Reuniones de amigos a la salida de los partidos de Granada CF, tras corridas de toros o al final de la jornada laboral de los múltiples talleres y almacenes de cereales que había en la zona eran el caldo de cultivo de los temas de interés de la sociedad.

Pero, hubo un lugar que marcó la historia de este punto: Bar-Restaurante La Caleta. Este mítico establecimiento se ubicaba un poco más atrás de la zona que hoy ocupa la parada de autobuses urbanos y metropolitanos, siempre a rebosar en hora punta. “Hay referencias anteriores de que ya había un bar en la zona. La Caleta recibe este nombre gracias al ventorrillo que había. Pero, aquella zona era la finca de Ginarromán (Gina-Raman o Huerto del Granado), desde época musulmana. Comenta a GranadaDigital Nicolás Olea Serrano, autor del libre “Del río Beiro a la Puerta de Elvira” y catedrático de la Facultad de Medicina.

Bar La Caleta con su mítico surtidor de gasolina

Del nombre de la zona se habla desde época musulmana, “ya que por ahí pasa la acequia del Darrillo Turbio”, un ramal para las aguas sucias de la ciudad, donde ya se hacía referencia al nombre primitivo de este enclave de Granada.

Punto de encuentro entre los 70 y 80

El Bar La Caleta se hizo famoso en la ciudad por sus reuniones y tertulias. Un establecimiento que pertenecía a Los Caletos, nombre que recibía la familia de Enrique Peinado Chica, que regentaba la taberna.

“A la Caleta asistía gente que venía desde Maracena y sus reuniones estaban creadas a base de vino y amor. Toros, fútbol y la compraventa cabras o cerdos eran comunes allí”, comenta José Luis Orantes, hijo del panadero que surtía al bar y que más tarde heredó el negocio del horno.

Cartel publicitario de La Caleta

Orantes recuerda el ambiente que se formaba a la salida de los partidos del Granada CF, cuando existía el primer campo del equipo rojiblanco. “Los municipales se subían a una tarima a dirigir el denso tráfico que se formaba. Había una acera ancha con un surtidor de gasolina en la puerta del bar. Allí paraban los extranjeros que salían de Granada. Los granadinos éramos más de repostar en Villarejo”, afirma José Luis Orantes en tono de humor a GranadaDigital.

Tras las distintas remodelaciones de la época, el Bar La Caleta terminó por desaparecer. Funcionó como almacén, hotel, venta de embutidos y gasolinera. Hoy no queda nada físico de esas paredes que fueron testigo de innumerables historias, pero en el recuerdo y para la historia quedará su nombre para una zona tan significativa como es hoy en día.

Jose Luis Moreno

FOTO: Carrera del coches en las fiestas del Corpus, frente al bar La Caleta | Foto: Archivo municipal

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