En estos días en que hacemos repaso de lo acontecido durante el año y nos hacemos planes y compromisos para el año que se inicia y como la competición atlética está bastante parada es un buen momento para intentar buscar explicación a porqué COMPETIMOS pues finalmente es a lo que se dedica esta sección, a glosar las competiciones de cada fin de semana.

El psiquiatra sevillano con residencia en New York ha debutado a sus 78 años en el maratón de su ciudad de adopción, comentó lo siguiente cuando sus allegados dudaban si llegaría a completarlo: “Si no puedes volar corre, sino puedes correr anda; si no puedes andar gatea; pero hagas lo que hagas, ¡sigue avanzando¡”.

Bueno pues ya tenemos una primera razón: avanzar, desplazarse, ¿evadirse?

Hay mucha filosofía detrás de cada dorsal: “Nunca des más importancia al tiempo conseguido detrás de una línea de meta que al tiempo invertido antes de una línea de salida”

Hay mucha introspección detrás de muchos atletas: “No corremos para ganar a nadie sino para competir contra nosotros mismos”, … hasta que le bate el récord el vecino del 2º A.

A ciertas edades, el motivo principal es atrasar la senectud: “No se deja de correr porque uno se hace viejo, sino que se envejece si dejas de correr” y “No añadas más años a tu vida sino más vida a tus años”.

Lo que está claro es que son muchas las ventajas: ganamos autoestima: La fuerza de voluntad es un músculo que se debe ejercitar al igual que los músculos del cuerpo”; nos preparamos para superar adversidades: “El metro más difícil de recorrer es el que separa la cama del suelo”; nos hacemos adaptativos: “Si un día no te apetece correr, cambia de día”, alimentamos nuestro sentido del humor: “Correr es de cobardes” y todos coincidimos en las etapas mentales de un día de competición: “quién me mandará a mí …; una y no más Santo Tomás; ¿cuándo dices qué es la próxima?”.

En definitiva, cada cual encuentra su motivación y esta puede ir mutando como un mal virus a lo largo del tiempo como aquél longevo atleta que tras pasar por todas las fases posibles desde sus inicios como alevín disputando “maratones” de feria de pueblo ir creciendo como atleta y llegar a disputar mítines, campeonatos, ligas; aficionarse a las romerías, disputar campeonatos de veteranos y adaptarse al ocaso cambiando de modalidad deportiva por otra que no exija correr a diario y seguir disfrutando día a día del deporte reinventándose a diario y encontrando nuevos gozos como wasearse con una campeona de España para conocer los tiempos de su entreno y buscar acercarse en alguna serie a sus dígitos cronométricos y seguir soñando con bajar, aunque sólo sea una vez más, de tres minutos en un mil.

A %d blogueros les gusta esto: