REDOXON Y VICEVERSA Juan Alfredo Bellón domingo 27-XII-2015

Estamos listos, pero listos de papeles. Con los resultados electorales y los premios de la lotería de Navidad, nos hemos quedado con los pies fríos, la cabeza caliente, el bolsillo tiritando y la ilusión intacta aunque bien jodida, a pesar de que siga valiendo el Refranero según el cual de ilusión también se vive. El caso es que no hay mal que por bien no venga ni mal o bien que cien años dure, ni cuerpo que lo resista, ni el pelo (de la cabeza de arriba) lo tendremos para siempre porque, en cien años, todos calvos y más vale una vez rojo que ciento amarillo.

Todo esto viene a cuento de los tiempos inmediatos tan espeluznantes que vivimos y que se nos deja vivir en este mundo traidor donde nada es verdad ni mentira y depende del color del cristal con que se mira. -¿O no?- Como diría Rajoy:

­“El casho esh que cada cosha, a shu tiempo y a cada uno, shu caunare.

­ ¿O no? -Posh claro, shí sheñor. Hashta a eshto hemoh llegado. Ushté she deshcalifica por shí mishmo para el futuro porque pone en tela de juicio mi decencia mientras que yo lo deshcalifico a ushté porque quiero y porque puedo. Palabra de Regishtrador de la Propiedad shacroshanta. No faltaría másh”.

El caso es que, con el batiburrillo que tenemos liado, no hay quien se aclare y el país se parece cada vez más a una jaula de grillos porque nadie se para, como hacía Antonio Machado, a distinguir las voces de los ecos y, aún así, a saber entresacar de entre las voces una, esa voz auténtica que, sin desmerecer lo que de verdaderas tienen las demás, se convierte en nuestra voz guía que, como la aguja de ganchillo, nos ayuda a desenmarañar el nudo gordiano en que de pronto se ha convertido esta puñetero país donde ya da igual Julio César que Julián Cerezas y donde poca gente es capaz de saber que ni Santa Cruz es santa cruz, ni Santo Domingo es santo, ni Puerto Rico es tan rico p´a que lo veneren tanto. Ah, esa bendita y maldita iconoclastia, ese viva la Pepa y abajo las cadenas en que sabemos regodearnos como nadie.

Sobre estas ruinas se levantó en la II República el discurso de los demonios familiares de nuestro pueblo y la consiguiente receta del jarabe de palo y de la ineludible necesidad de una mano dura, a poder ser con uniforme, botas, sable y látigo para preservar nuestra sacrosanta unidad de destino en lo universal, como decía el protomartir de la enésima Cruzada. Por eso, aquel llorado testamento de la Momia a los españoles que nos leyó en la tele Carnicerito de Málaga y que nos encomendaba no dejarnos llevar por los demonios familiares, a saber la desunión, la micronización de la politiquería, el ateísmo y la desafección de los valores patrios y religiosos de España como Vigía de Occidente, a poder ser con un Caudillo al frente.

Y ya nadie entiende ni recuerda cómo, sin casi darnos cuenta, se han vuelto a dar las circunstancias desdichadas que hicieron necesaria la intervención divina y humana salvadoras en 1936, así como las ulteriores limpiezas materiales y espirituales que España necesitaba a mayor gloria de Dios y para el bien de la Humanidad. Y si me equivoco al apelar al recuerdo de este discurso preventivo, dígaseme qué es si no la irrupción de tanto partiducho imberbe y desmemoriado, la creación de tanta coalición demoníaca, la constitución de tanta liga “pel sí” y “pel no”, de tanto derecho a decidir el suicidio patrio y el abismo nacional y universal.

Para no hablar de la nueva irrupción del materialismo judeo-masónico, de la corrupción infinita de las costumbres, del abandono del decoro y de la ausencia más patente de la hombría de bien, dicho sea con toda la intención puesto que la *hembría de bien no la nombra ni el Diccionario ni nuestro recio idioma, dada su inexistencia. ¿Hasta dónde hemos de llegar en este declive y deterioro nacionales y universales? ¿Hasta cuándo, oh Catilinas, abusaréis de nuestra paciencia proteica y permitiréis que permanezcamos inanes en el cumplimiento de nuestros deberes salvadores para con la madre patria? ¿Y cómo podremos atajar de una vez la decadencia que nos acecha hasta lo más intimo de la columna vertebral, como la cabalgata madrileña de Reinas Magas? ¿Tendremos que llegar al Portal de Belén con la Niña Jesusa alternativa, su madre “liviana” María, José, su padre biológico putativo y el otro, la Paloma, el mulo y el Cabestro, etc.?

El otro día pasé por mi farmacia de cabecera, a la que últimamente visito más de lo deseado pero menos de lo necesario y, hablando de la salud en términos generales con el farmacéutico, le comenté que este año me siento proclive al resfriado desde que me vacunaron contra la gripe a comienzos de otoño, por estar yo incluido desde hace tiempo en lo que se llama población de riesgo. Me aconsejó uno de entre varios anti catarrales que tiene en su botica y me comentó que él toma también un medicamento inhibidor de los procesos producidos por enfriamiento estacional. Su nombre, REDOXON, es bien antiguo y conocido, aunque ligeramente retocado con la subespecificación INMUNO 4; el fabricante alemán del fáramaco es BAYER, hasta ahora el patrón de Pep Guardiola; y la gracia de que presume es que “ayuda a protección de las células frente al daño oxidativo y al funcionamiento anormal del sistema inmunitario”. Por último, se recomienda tomar “durante los cambios estacionales y en épocas de gran actividad física o mental” .

Llegado aquí, recordé el nombre antiguo del producto, recomendado en mi época de estudiante para fortalecernos frente a los excesos memorísticos de empollar a todo trapo y de cuya ingesta nos defendíamos ante la insistencia paterna diciendo que su “viceversa” en clave, recurso entonces muy de moda por ser el nombre del la banda musical que tocaba y grababa con mi paisano Sabina (NO-XODER) no nos parecía recomendación placentera ni conveniente, como tampoco lo era la del refrán “Si quieres llegar a viejo, guarda la leche en el pellejo”.

Lo que me viene al cuento y me da pie para responder a tanto alboroto del facherío y de la carcundia patrios como soportamos en nuestros días: que se abstengan de joder y fastidiar, que tomen mucho REDOXON o viceversa, que se olviden del “mucho CAFÉ” y que vean que no se puede dar coces contra el aguijón de la historia, que la memoria acabará por desenterrar lo que ellos con tanto celo ocultaron y por evidenciar que nunca podrán prevalecer sino VICEVERSA contra los caminos de la igualdad, de la justicia y de la libertad. Que aunque sabemos que las personas somos los únicos animales capaces de tropezar dos veces en la misma piedra, tampoco es menos cierto que la historia avanza en espirales pero nunca se repite por mucho que algunos lo pretendan hasta con rogativas.

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