¿Por qué se producen ciclones tan destructivos como el de las islas Fiyi?

Hace 6 días Winston, uno de los ciclones más intensos de los que se tiene registro, arrasó las Islas Fiyi en el Pacífico Sur. Hoy quiero escribir sobre ciclones, huracanes, tifones y otros fenómenos similares.

Los ciclones son denominados huracanes en las Americas, por el nombre caribeño Hurrican, en Oriente son tifones, nombre derivado del nombre del viento fuerte en varias lenguas, como persa y chino. Los ciclones, huracanes o tifones son uno de los mejores ejemplos de la realidad de la naturaleza, la realidad no lineal.

La mayor parte de la disciplina «Física», sin decirlo mucho, se restringe voluntariamente a un aspecto tremendamente minoritario de la naturaleza, su comportamiento lineal. Incluso hay una parte de la física que lo exige como premisa para su desarrollo, la Mecánica Cuántica, que eleva el principio de superposición lineal a uno de sus axiomas.

La teoría económica tradicional, y la actual, es, en un 99%, lineal. Pero ni la naturaleza en su conjunto, ni una parte de esa naturaleza, la de las sociedades humanas, es lineal.

Los fenómenos naturales son no lineales, y como no linealidad incluyen realimentaciones positivas. Estas realimentaciones son las que sufrimos cuando alguien pone un micrófono frente al altavoz que emite de forma amplificada el sonido que ha recogido el micrófono.

La naturaleza solo se mantiene porque en su comportamiento no lineal incluye casi siempre realimentaciones negativas, que frenan el disparo de los fenómenos.

Casi, porque con los ciclones no hay realimentaciones negativas.

Los ciclones se forman al unirse miles de vórtices de ascenso del aire que se producen constantemente en las regiones tropicales.  Los vórtices están saturados de vapor de agua procedente de la evaporación de la superficie de mar recalentado por la radiación solar de los trópicos.

Los vórtices se mueven y llegan a la coalescencia, se hacen cada vez más grandes. Al subir en la atmósfera, el vapor de agua condensa dentro del gran vórtice que se está formando, y al condensar liberan una enorme cantidad de calor, energía en flujo que mantiene al aire ascendente dentro del vórtice.

El vórtice se transforma en ciclón, y crece succionando agua de la superficie del mar, con su vapor. El agua se calienta dentro del ciclón, y se vaporiza. Al ascender condensa y libera el calor absorbido al que se le añade el de condensación del vapor que ha seguido ascendiendo desde el agua del mar.

Se convierte en un ciclón tropical de gran intensidad.

El fenómeno es un esquema de sistema realimentado positivamente, y se mantiene mientras haya agua caliente debajo del vórtice convertido en ciclon tropical, creciendo casi sin límite.

Al moverse el ciclón, el aire gira alrededor de su centro, y se acelera con la pequeña pero constante aceleración de Coriolis una vez que ha dejado atrás la región ecuatorial. Los vientos llegan a ser los más intensos que se conocen en la superficie de la Tierra, y van cargados con la masa de las gotas del agua condensada.

Este invierno del Hemisferio norte, verano del Hemisferio sur, el agua del centro del Pacífico estaba más caliente de lo habitual, como corresponde a una de las zonas de la oscilación plurianual que hemos dado en llamar ENSO: El Niño/Southern Oscillation.  Ese océano tenía mucha más energía en superficie de la que tiene otros años y esa mayor energía ha generado el ciclón Winston, uno de los más potentes jamás medidos, si no el más potente.

El ciclón ha cruzado en su paso las Islas Fiyi, causando inmensos daños humanos y materiales, como hacen los tifones en las Filipinas y otras zonas del Mar de la China, y los huracanes del Atlántico sobre las islas del Caribe y las costas de los EEUU y México.

Cómo los ciclones, la mayoría de los fenómenos naturales son no lineales. Pero esta mayoría de otros fenómenos tienen mecanismos de control, realimentaciones negativas. Éstas ocurren también en los huracanes cuando estos ascienden en latitud hacia los Polos, encontrando aguas frías en la superficie del mar, y convirtiéndose en los vientos que  arrastran el agua de la lluvia beneficiosa de unas partes a otras del planeta.

Como decía al principio, la economía de las sociedades humanas es no lineal, funciona bajo realimentaciones positivas.

Pensemos en la amortización de riqueza que se produjo en los capitalistas de la Edad Media que eran las distintas partes de la Iglesia Católica: Las personas cedían partes de sus riquezas a la Iglesia, que las acumulaba sin volver a sacarlas al mercado. La riqueza, y consecuentemente el poder de la Iglesia crecía, y al crecer recibía cada vez mas riqueza que retiraba de la circulación.

Revoluciones teológicas como la de Lutero hubo muchas a lo largo del Medievo, pero solo cuando las personas decidieron desamortizar aquellas riquezas triunfó el protestantismo. Lo mismo ocurrió con la desamortización que fué la Revolución Francesa, y algo similar, en pequeño, con la desamortización de Mendizábal en España.

Durante los siglos XIX y XX, se ha vuelto a producir un fenómeno de realimentación positiva en la economía mundial, al acumularse cada vez mas riqueza en fondos y esquemas financieros que la absorben en realimentación positiva y la acumulan sin repartirla a la sociedad como ocurría con las riquezas de las abadías inglesas del reinado de Enrique VIII de Inglaterra o en la Francia de 1789.

 Es urgente introducir el estudio de los sistemas naturales, y entre ellos los económicos, reales, no lineales con realimentaciones positivas. Para el funcionamiento natural (salvo crisis como los ciclones tropicales), la naturaleza, no linealmente también, incluye siempre elementos de control, realimentaciones negativas,  que en el caso de la economía son las diversas maneras de desamortizar las riquezas acumuladas, o controlar e impedir su acumulación.

Mientras la física no dedique una buena parte de su actividad a los sistemas reales, no lineales y complejos, no deterministas, su trabajo se irá convirtiendo cada vez más en una mística a la manera de la salmantina del siglo XV cuando los clérigos debatían el sexo de los ángeles y el número de estos que podían posarse en la punta de un alfiler.

Mientras se acepte (como hacen los candidatos y congresistas republicanos de los EEUU) que no debe existir realimentación negativa en el sistema económico, éste evolucionará como lo hizo el sistema europeo del norte de Europa hasta la revolución protestante, y el sistema del sur de Europa hasta la Revolución Francesa.

Estos mismos fenómenos se han dado, a lo largo del tiempo en China y en la India, en Persia y en los distintos y fluyentes en sus fronteras países del Islam.

La primera acción para resolver un problema es identificarlo. Muchos problemas naturales, el clima entre otros, y unos de estos problemas naturales, los económicos, derivan de un análisis erróneo de sus principios de funcionamiento.

Estamos en 2016. Es hora de mejorar nuestra ciencia, incluyendo en ella elementos de la realidad.

Una enorme ventaja de esta inclusión de la realidad en las teorías de la física sería la eliminación del determinismo, y la asunción de que  sistemas  tan simples como la oscilación de dos péndulos acoplados, o tres estrellas de masas distintas bajo su interacción gravitatoria, no lineal, mutua genera trayectorias impredecibles y no repetibles.

Esos movimientos, de origen tan sencillo, son tan indeterminados como los movimientos de los átomos. La razón de la indeterminación no exige ningún »Principio», sino que deriva simplemente de la interacción no lineal de unos cuerpos con otros.

La realidad tiene un inmenso componente aleatorio, y es irreversible, toda ella, en el tiempo.

Necesitamos avanzar en nuestro conocimiento de la realidad de la naturaleza.

Es urgente.

El Porqué de las Cosas es un proyecto divulgativo impulsado con la colaboración de Obra Social ‘la Caixa’.

Si quiere realizar cualquier consulta que tenga que ver con el conocimiento, envíe su pregunta a: ciencia@elmundo

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