Cinco cosas que las personas que no tienen hijos quieren que sepas

Cada vez más gente decide no tener hijos y más famosos hablan con sinceridad de sus propias decisiones y, por eso, se ha empezado a investigar el tema: ¿Quién tiene más probabilidades de no tener hijos? ¿Por qué la gente decide no tener hijos? ¿Cómo percibe el resto de la sociedad a este tipo de personas?

Los datos topográficos pocas veces distinguen entre las personas que no tienen hijos por elección y entre las que no tienen hijos porque no pueden, pero los resultados de un censo estadounidense de 2014 revelan que el 47,6% de las mujeres de entre 15 y 44 nunca han tenido hijos, la cifra registrada más alta de la historia. Dentro del grupo de mujeres de entre 40 y 44 años, sólo un 19% sigue sin tener hijos, según el informe Pew de 2014.

Ahora se ha publicado un estudio en el que se investiga cómo llega la gente a tomar esta decisión: no es cosa de una conversación, tal y como indican estudios pasados, sino de un debate interno y con la pareja.

Amy Blackstone, socióloga de la Universidad de Maine especializada en investigar a las personas que no tienen hijos, espera que su estudio ayude a cuestionar la norma de que todo el mundo acabará teniendo descendencia. Si se dejara de asumir eso, se les daría a los niños la oportunidad de crecer y poder plantearse si tener hijos es la opción más adecuada para ellos.

«Actualmente se educa a los niños —particularmente a las niñas— para que se imaginen siendo padres en el futuro», explica. «Pero si pensáramos más en si ser padres o no, todos tendrían la oportunidad de elegir la opción adecuada para ellos«.

«Y, por supuesto, las personas sin hijos se verían beneficiadas… si consiguiéramos que fuese una decisión personal y no una norma», afirma Blackstone. «Pero creo que los padres también saldrían ganando».

Blackstone dirigió un pequeño estudio en el que participaron 31 personas —21 mujeres y 10 hombres, todos heterosexuales excepto dos miembros del grupo— que habían decidido no tener hijos. En entrevistas de entre 60 y 90 minutos, Blackstone les preguntó sobre el proceso de tomar la decisión y sobre las reacciones y las reflexiones de los demás con respecto a su decisión.

Descubrió que no fue una decisión instantánea, sino una decisión compleja continua que se enfrenta a las críticas de los que afirman que las personas sin hijos son egoístas o superficiales con respecto a la decisión de si tener hijos o no. También arroja luz a los enfoques desde los que los diferentes géneros abordan la decisión y facilita información sobre cómo ayudan los amigos y la familia a tomar la decisión.

Más adelante encontrarás cinco observaciones del estudio de Blackstone. Los nombres que aparecen junto a las declaraciones de los participantes son pseudónimos.

1. Las personas sin hijos no toman decisiones a la ligera.

«Creo que se podría decir que para conseguir llegar hasta este punto [y seguir sin tener hijos] se ha necesitado un proceso constante de toma de decisiones porque es lo que se espera de las relaciones, especialmente en el caso de las relaciones amorosas. Estás decidiendo continuamente seguir sin tener hijos». —Janet.

«No es una decisión que pienses ‘vale, hoy es el día en el que he decidido que no quiero hijos’. Es una decisión constante». —April.

«Mi pareja y yo hemos hablado sobre si creíamos que queríamos tener hijos o no… Ha pasado tiempo y sabemos qué cosas son importantes para nosotros y cómo queremos vivir nuestra vida. Y consideramos que un hijo es un cambio muy grande». —Sarah.

«Creo que he estado decidiendo constantemente que no quiero tener hijos». —Annie.

«Creo que ha sido una decisión que hemos tomado más de una vez. Lo hemos hecho en diferentes momentos de la vida. Llevamos juntos 18 años, diría que cada 5 o 6 años salía el tema y creo que a partir de ahora dejaremos de hablarlo por cuestión de edad. Uno de nosotros dirá: ‘¿Y ahora quieres tener hijos?’, y el otro responderá: ‘No, la verdad es que no’. ‘¿Hay algo que haría que quisiéramos tener hijos?’ ‘No. No». —Robin.

2. Han visto lo que es tener hijos de cerca… y no les ha gustado.

«Crecí asumiendo que todo el mundo tenía hijos. Te casabas y era lo que pasaba. Pero tengo hermanas mayores y, al crecer, me di cuenta de que mis dos hermanas mayores pospusieron el momento de tener hijos durante mucho tiempo. Eso me dejó claro que tener hijos era una elección en vez de algo inevitable. Poco después, mis dos hermanas pequeñas se quedaron embarazadas accidentalmente y vi cómo afectó a sus vidas: ni ellas ni sus parejas tenían un buen trabajo. Tuvieron que apañárselas para seguir adelante y es ahora, 20 años después, cuando por fin han podido empezar a vivir su vida. Poco a poco empecé a pensar que no iba a tener hijos, a decirme a mí mismo: ‘La verdad es que no creo que necesite tener hijos». —Steve.

«Creo que en parte se debe a que mis amigos empezaron a tener hijos y eso me hizo pensar ‘vaya, creo que esto no es para mí’. Porque, aunque hubiera querido tener hijos antes, en cuanto empezaron a tener hijos y a perder la libertad y la individualidad, me di cuenta de que esas cosas eran determinantes para mí. Me daba la sensación de que no se parecía nada a la familia feliz en la que piensas cuando eres pequeño. Creo que eso influyó mucho. Cuando mis amigos empezaron a tener hijos es cuando empecé a pensar ‘no voy a hacer esto». —Janet.

«Estaba observando a las familias de mi alrededor y me preguntaba si quería formar parte de esa dinámica de nuestro mundo… Muchos padres no parecían estar felices… La mayoría estaba estresado. Había algo de ese estilo de vida que me echaba para atrás». —Kate.

«Mi hermano estaba inmerso en un matrimonio muy perjudicial… La relación iba directa al abismo y probaron a decir: ‘Bueno, pues vamos a intentar tener hijos porque eso es lo que hay que hacer y esto mejorará la situación’ y tuvieron una hija. Dos años después se divorciaron. Mi hermano quiere a su hija, pero también reconoce que, por muy feo que suene, piensa que ojalá no la hubiera tenido… Y, una vez, hablando con mi hermana, me dijo que cuando llega a casa y recoge a su hija de la guardería, la niña le dice: ‘Quiero volver a la guardería porque me lo paso mejor allí’. Supongo que no quiero eso. Eso te hace sentir fatal y la situación por la que pasó mi hermano me lo confirmó». —Cory.

3. Para las mujeres, la responsabilidad social suele influir…

«[No tener hijos] es responsable. En vez de cumplir las expectativas sociales a ciegas, de hacer lo que se supone que tienes que hacer, [no tener hijos] implica tener muchos factores en cuenta. Pienso en todo tipo de cosas. Por ejemplo, me fui de acampada el fin de semana pasado y vi la cantidad de basura que deja la gente con niños. También pienso en los niveles aceptables de población». —April.

«Me preocupa mucho el planeta… Ahondando más en los problemas sociales, creo que el mundo está en contra de los niños ahora mismo. Actualmente, en nuestra sociedad, no está bien tener hijos. No podemos criarlos de una forma saludable». —Kate.

«Yo fui una niña muy consciente del medio ambiente y me preocupaba mucho el control de la población, así que eso tuvo mucho que ver en mi decisión de no tener hijos». —Kim.

4. Mientras que las decisiones de los hombres tienden a ser más personales.

«No tener hijos es el resultado obvio de nuestras decisiones. Quiero poder viajar y hacer cosas que no podría hacer si tuviera hijos… Es una de las muchas decisiones que hay que tomar para equilibrar la vida… Y es una respuesta racional a lo que implica tener hijos y el impacto que tiene ser padre para el resto de tu vida». —Steve.

5. Han pensado mucho en lo que significa ser padre.

«Es posible que la gente que ha decidido no tener hijos haya reflexionado más que los que han decidido tenerlos. Es una decisión premeditada, respetable, ética, realmente sincera, buena, justa y, para mucha gente, correcta». —Bob.

«Me gustaría que se viera como una decisión como otra cualquiera». —Barb.

«Me gustaría que más gente considerara la posibilidad de pensárselo… Es decir, me gustaría que fuera normal decidir si vas a tener hijos o no». —Tony.

¿Qué hay que tener en cuenta de este pequeño estudio?

Nancy Molitor, psicóloga clínica y profesora adjunta que trabaja en una clínica de la Northwestern University Feinburg School of Medicine de Chicago (EEUU), elogió a Blackstone por investigar un tema tan poco estudiado y tan incomprendido como es el de la decisión de no tener hijos. Además, se interesó por cómo parecía influir el género de una persona en la toma de esta decisión.

Sin embargo, señala que ya que el grupo de participantes es muy pequeño, homogéneo y que sus integrantes no fueron seleccionados al azar, es prácticamente imposible sacar conclusiones generales sobre las personas que no tienen hijos. Por ejemplo, los patrones ligados al género que ha observado Blackstone deberían validarse y confirmarse en un grupo mucho más grande. Esto es propio de las investigaciones cualitativas, que no cuentan con las muestras aleatorias y los grupos de control característicos de las investigaciones cuantitativas. Pero todavía hay hueco para este tipo de estudios en el ámbito de la ciencia, especialmente si se trata de asuntos sociales emergentes porque tienen la capacidad de poner de relieve nuevas ideas, nuevas preguntas y nuevas hipótesis para futuras investigaciones.

«Se trata de un grupo pequeño», explica Molitor. «Eso no quiere decir que no sea interesante, pero es difícil especular sobre si estos resultados se mantendrían en un grupo más grande de gente de Misisipi o de la zona central de Estados Unidos».

Molitor pide que se realicen estudios a largo plazo para comprobar si las personas menores de 50 (el límite de edad de las personas que participaron en el estudio de Blackstone) cambian de opinión al cambiar de década. Molitor también cree que sería interesante seguir estudiando a la población sin hijos mediante la observación de las diferencias regionales y generacionales en un grupo aleatorio más grande.

«Se realizaron muchos estudios [sobre no tener hijos] en la década de los noventa», explica. «Puedo hablar por experiencia propia y por las conclusiones de los estudios de los noventa: las decisiones de no tener hijos pueden ser muy distintas a las de una mujer millennial que esté tomando esa decisión ahora en 2016″.

Desde la publicación de su estudio en The Family Journal, Blackstone ha entrevistado a 44 personas más, con lo que ha aumentando la diversidad de su estudio más allá de una mayoría de participantes blancos, heterosexuales de clase media o alta. Espera poder seguir derribando mitos y suposiciones sobre la gente que no tiene hijos con más investigaciones que, con suerte, ayudarán a crear una sociedad en la que las personas sin hijos no tengan que defender su decisión ni tengan que sufrir por ella. Blackstone no tiene hijos y escribe en un blog que comparte con su marido: We’re {not} having a baby! [¡{No} vamos a tener un hijo!].

«La gente no sabe cómo tratarnos», explica Blackstone. «Por ejemplo, a veces nos excluyen de celebraciones en casas de amigos si hay niños porque la gente asume que no queremos ir. Puede acabar siendo una existencia muy solitaria».

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