Los adultos vivimos pegados al móvil, pero… ¿y los menores?, hoy en día no es raro ver a niños de 10 u 11 años con su propio smartphone pero, ¿es esa la edad ideal para que tengan un móvil?, ¿cuál puede ser el mejor momento para comprárselo? En este artículo trataremos de dar algunas respuestas.

Periódicamente escuchamos cuestiones como «¿cuándo debo dejar que mi hijo tenga móvil?», «no deja de insistir para que le compre un móvil», «¿en qué momento puede tener su propio móvil?», «no me parece bien, pero es que todos sus amigos lo tienen. Si no se lo doy va a ser el “rarito” de la clase»… y el caso es que cada vez oímos estas frases de boca de padres y madres con hijos más pequeños. Así que nos preguntamos… ¿cuál es el mejor momento para comprarles el primer móvil?

La respuesta directa es que no hay una edad concluyente. En cada caso particular deberemos tomar nuestra propia decisión guiándonos por nuestro sentido común y valorando:

  • Las necesidades que motivan esa petición, ¿son reales?, ¿cuánta relevancia tienen?, ¿qué impacto tiene en el menor, o en su círculo social, la no disponibilidad de un móvil?

    No es lo mismo, por ejemplo, el caso de un menor que por su situación médica pueda haber ocasiones en que necesite atención urgente, que otro que simplemente lo quiera porque «ya es mayor» o «todo el mundo lo tiene».

  • La madurez y responsabilidad de nuestro hijo más allá de su edad. Puede haber un menor que sea más pequeño pero que actúe de manera bastante sensata, mientras que otro más mayor quizás no tenga el mismo cuidado.

    Y esto no es algo en lo que no podamos hacer nada. Al contrario, desde bien pequeños podemos ir promoviendo y cuidando su desarrollo personal, con valores y actitudes positivas y, por supuesto, siendo nosotros un modelo para ellos.

¿Qué dicen los expertos?

Jordi Jubany: Este maestro, antropólogo y experto en tecnología y familia destaca que efectivamente «No hay una edad ideal para empezar a utilizar un móvil sino más bien un contexto adecuado. Se debe encontrar el equilibrio entre la madurez personal y el entorno escolar y familiar».

Esther Arén, Inspectora Jefe en la Unidad de Participación Ciudadana de Policía Nacional, utiliza una metáfora bastante ilustrativa para la reflexión «Darle un smartphone a un niño de 10 años es como darle un coche a 200km/h».

Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada pone un punto de humor «La Policía aconseja que los niños no tengan móvil hasta los 14 años, ¿qué tal hasta que puedan pagárselo?» para sumar a la reflexión el hecho de que en su opinión «los móviles pueden ser una droga y […] un arma para cometer un montón de delitos».

Pediatras de la Asociación Americana de Pediatría indican que no hay una edad ideal para darles un móvil a los menores, y ponen el acento en la responsabilidad de los padres a la hora de estudiar su caso particular. Asimismo, destacan la importante función social de la telefonía móvil entre los adolescentes.

La realidad es la que es

Hoy en día vivimos rodeados de tecnología, y nuestros hijos no son una excepción. Desde bien pequeños observan nuestros hábitos cotidianos y comienzan a interactuar con nuestros propios teléfonos y tabletas, ya sea viendo vídeos en YouTube o simplemente jugando.

Yendo un paso más allá, y con los datos del INE en la mano, podemos ver que uno de cada cuatro niños y niñas de 10 años ya dispone de un teléfono móvil. Con 11 años son más de la mitad, y la cifra sigue subiendo de modo que con 14 años el 90% dispone de su propio móvil.

Porcentaje de menores de 10 a 15 años con teléfono móvil. INE, año 2016

Elaboración propia. Fuente INE: «Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. Año 2016».

Esto no significa que debamos “seguir la corriente” sin más, sino más bien nos orienta sobre las tendencias que se están dando en nuestra sociedad y nos puede ayudar a reflexionar al respecto, por ejemplo siendo conscientes de los riesgos derivados de esa alta presencia de móviles en edades tempranas, o de la capacidad de influencia y presión de sus iguales.

¿Y qué pasa con Internet?

Y esta es una pregunta importante. Hoy en día casi todos los teléfonos móviles pertenecen a la categoría de inteligentes o smartphones y se utilizan para casi todo, jugar, ver vídeos, comunicarse con redes sociales y mensajería instantánea, etc., gracias a su conexión permanente a Internet.

De hecho según el estudio «Menores de Edad y Conectividad Móvil en España: Tablets y Smartphones» apenas un 29% de los menores de 11 a 14 años realiza llamadas regularmente, mientras que el 78,5% utiliza mensajería instantánea, 72% accede a redes sociales, 52,5% usa videojuegos, casi un 80% escucha música, un 60% navega y busca información y un 92,5% se descarga aplicaciones (apps), y todo desde su móvil.

Esto significa que al poner en las manos de un menor un teléfono móvil, le estamos dando una puerta abierta a todas las posibilidades de Internet, tanto las positivas como los riesgos. Así pues, debemos tener presente el nivel de preparación y madurez del menor para afrontar el mundo online antes de dar el paso y facilitarle un teléfono móvil.

¿Qué podemos hacer nosotros?

1º Ser conscientes

Debemos ser conscientes de que llegadas ciertas edades la petición de un móvil es algo que va a estar ahí, es una realidad y no podemos mirar para otro lado, ni actuar impulsivamente sin pensar en las posibles implicaciones para nuestro hijo.

Ante la petición, conviene tomarse un tiempo para analizarla y elaborar una respuesta adecuada que pueda ser comprensible y razonada (aunque no tenga porqué ser compartida) por el menor.

2º Ser consecuentes

Cuando hayamos tomado una decisión y tengamos una respuesta, debemos actuar coordinadamente en el seno de la familia. Es recomendable que toda la familia, padres, abuelos, tíos, etc. respeten esta decisión y actúen en consecuencia para evitar mensajes contradictorios y “sorpresas” en forma de regalos no previstos.

Del mismo modo, debemos ser consecuentes, es decir no ir cambiando la respuesta por que sí, o simplemente por la insistencia del menor. Esto no significa que nos debamos volver inflexibles, si cambian las necesidades o el grado de madurez y responsabilidad del menor podemos reconsiderar nuestra postura.

3º Y cuando llegue el momento

Más educación

Lógicamente el momento llegará y entonces no basta con poner a su disposición el teléfono, tendremos que continuar con nuestra labor de educación, acompañamiento y supervisión diaria sólo que incluyendo también el nuevo dispositivo, sus usos y repercusiones en el día a día de nuestro hijo.

Normas de uso

Una buena idea puede ser acompañar la entrega del nuevo dispositivo con una conversación cercana, en confianza al respecto de todo lo que supone, la responsabilidad en el uso, los contenidos que no se deben creer, la precaución ante mensajes potencialmente peligrosos, el control de la lista de amigos, el cuidado de su privacidad, el respeto a los demás, etc. llegando a un consenso en cuanto a las normas de uso del teléfono.

 

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